¿Es ‘Niña errante’ una mirada fiel al descubrimiento sexual femenino? O es simplemente un refuerzo de estereotipos.
La cinta narra la historia de cuatro hermanas que se conocen tras la muerte de su padre. Las tres mayores deben encargarse de llevar a la menor a su nueva casa, en donde vivirá con una tía lejana.
La película nos introduce en lo que parece ser cuatro vidas bastante conflictivas, que retratan muy bien las cuatro actrices, en especial Carolina Ramírez. Sofía Paz es un gran descubrimiento, una niña de mirada inerte pero profunda, que confunde y que asusta.
La fotografía de Sofía Oggioni es bellísima, naturalista e impregna el relato de momentos bañados en una luz preciosa que se ve más real que nunca. En términos artísticos es de lo mejor que tiene esta película.
Mucho se comenta sobre cómo han ‘vendido’ esta historia en cuanto a una exploración del universo femenino. Es ahí cuando yo considero que falla, pues cae en lugares comunes del cine en su intento de retratar la sexualidad. No peca por su intención, sino por sus límites e ingenuidad. Luego, si se le ve desde otro lugar; desde el descubrimiento de un ser humano, más allá de sus genitales, ahí cobra vida, pues justo en ese punto quiebra algunos límites.
Cuando el director nos muestra ese lado vulnerable, esas vidas quebradas y esa decisión irremediable en la vida de los personajes, más allá de los panties, las tetas y la menstruación -que no está del todo mal, pues hace parte de-, es donde se vuelve rica la historia.
Ahora, esa riqueza que a algunos les podrá parecer floja, a mí me parece interesante, pues es un dolor se cuenta más desde el silencio que desde los gritos, y eso es un acto de total introspección muy complicado de lograr. Luego, más allá de retratar un descubrimiento sexual femenino, el enfoque preciso es el descubrimiento personal, de ahí una escena final que considero, si bien sentimental, llena de fuerza.
Tal vez la película peca por intentar representar algo desde lo más primario, por limitarse al cuerpo cuando de descubrimiento femenino se habla y sobre todo por dejar olvidada su otra mitad, la que tal vez es la más importante: la humana.
6 claquetazos de 10.
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