“El periodismo declarativo está muerto, porque la gente habla para salir en el periódico. Hay que publicar lo que se calla, que es lo difícil”.

Estas y otras más son las palabras que hoy se pasean por la cabeza de muchas personas, críticas que despertaban el interés por la lucha de una sociedad informada, un periodismo que no espera morir, la esencia de aquel hombre que era capaz de definir su postura en 140 caracteres. Aquel que fue por la vida caminando mientras inundaba su andar de historias y experiencias, ese mismo que irrumpió la vida de sus estudiantes por más de treinta años para permanecer en sus recuerdos como un gran maestro del periodismo.

Miguel Ángel Bastenier, el maestro que nunca se consideró uno: Profesor, lo soy. Maestro es solo una teoría, una que necesita comprobarse y hasta el momento no se ha logrado.

Un día de septiembre de 1940 en Barcelona, España nació el  más fiel amante del buen uso del idioma,  el irrepetible maestro de ética periodística quien se encargó de inculcar que el criterio es la base más importante para hacer buen periodismo, maestro de la  Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- y de la escuela de periodismo de El País de España, quien entregó su vida, su alma y su cuerpo a la campaña en pro del buen periodismo, el que va mucho más allá de una grabadora y un texto que contenga más transcripciones que historias.

“Tenía una memoria prodigiosa. De hecho, siempre nos había dicho que nunca grababa las entrevistas, a pesar de que duraran horas.”, escribió Andrés Garibello, colega, amigo y Director de la Escuela de Periodismo Multimedia de El Tiempo, en su columna ‘El Miguel Ángel que recuerdo’ en honor a su maestro.

Bastenier quien se ganó el título de ‘el periodista más rápido del mundo’ será recordado por su humor y su gran corazón, alguien que le encantaba y amaba profundamente enseñar, compartir sus conocimientos a quienes estuvieran dispuestos a mejorar. Un hombre que pudo hablar de todo sin olvidar su especialidad.

“De Miguel me quedo con La Teoría del Caracol que algún día en medio de conversaciones me enseñó: ‘Los géneros periodísticos no se pueden seguir enseñando como objetos independientes, individuales y excluyentes. Deben ser complementarios’. Siempre entendió los reportajes como el género madre del periodismo, ese que de cualquier forma debía contener una noticia o una crónica inmersa” confesó Oscar Durán, colega y profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

76 años después Miguel Ángel muere en Madrid a causa de un cáncer de riñón dejando una gran tristeza entre sus amigos, familiares y allegados. Entregó en vida el que será uno de sus más grandes legados, su libro ‘Cómo escribir un periódico: El chip colonial y los diarios en América Latina’, un producto de sus talleres en la FNPI donde expone el panorama actual del oficio del periodista, revela secretos para escribir bien, da consejos para acabar con los vicios en las salas de redacción y la importancia de los editores.

La nostalgia es profunda cuando grandes del mundo llegan al final de sus misiones, por eso hoy los estudiantes de La Escuela De Periodismo Multimedia de El Tiempo recordamos a uno de los grandes referentes de nuestro oficio, el oficio que nos ha dado alegrías y tristezas, el que nos ha permitido conocer, aunque sea a través de sus letras, a personas como Miguel Ángel Bastenier de quien aprendimos que ‘El mejor periodista es un investigador, pero ni policía, ni juez. Documenta e interpreta el caso, y ahí acaba su función’, que ‘El periodista no está obligado a incluir en la entrevista todo lo que el entrevistado le diga que quiere que salga’ y que  si ‘periodismo narrativo’ quiere decir historia sin fuentes, cuando el autor no ha presenciado los hechos, entonces prefiere que lo borren.

Hoy el mundo siente una profunda tristeza que se escribe en forma de reglas ortográficas, en el amor que le ofreció al oficio y en los puntos y comas que nunca hicieron falta en sus textos.

¡Hasta siempre al gran Miguel Ángel Bastenier!

Por: Escuela de Periodismo Multimedia de EL TIEMPO