Al comienzo de este camino, escribí una entrada llamada ‘Nuestra banda sonora y la palabra más linda’. En ella contaba cómo la danza, particularmente Dancing Queen de Abba, se había convertido casi en un himno para nosotros. ¿Por qué? Porque cuando Anto la bailaba, el mundo brillaba.

Han pasado 8 meses desde ese texto. Muchos días inciertos y otros felices. Pero hoy el panorama es muy diferente. En ese entonces, Anto apenas empezaba a alzar cabeza. Poco a poco comenzaba a mover su cuerpo, todavía entumecido por los dolores de su condición. Pero bailaba. Y la esperanza crecía.

Hoy, a esta altura, nuestra guerrera se mueve con una soltura exquisita. Hoy, suena la música y se deja llevar. Se lanza a moverse libremente sin importarle nada el cruel mundo. Como si poco a poco se corriera el velo gris de su enfermedad y empezara a entrar un alentador sol de nueve de la mañana.

Cuando Anto mueve su cuerpo al ritmo de la música, los nubarrones de la Artritis Juvenil desaparecen.

Anto ama bailar. En su casa, pero sobre todo en su jardín. Y para nosotros es un triunfo enorme verla arriba de un escenario, moviendo su cuerpo, saltando y disfrutando. Sabiéndose cada vez más fuerte. No hay palabras en ningún idioma que puedan describir esa sensación.

También es muy lindo verla balancearse con los brazos como si estuviera en un columpio mientras camina de la mano de papá y mamá. O descubrirla subiendo los pies en una silla y, apoyada en las manos, hacer la famosa ‘carretilla’ que uno hacía en el colegio.

Poco a poco pareciera que la palabra más hermosa de todas: ‘remisión’, que significa la inactividad de la enfermedad, ya no es un imposible. No se qué tanto se demore en suceder, pero estoy seguro de que al menos ya vamos en camino hacia ella. Quizá esté lejos, quizá esté a la vuelta de la esquina, pero al menos hoy sentimos que puede ser una realidad.

Claro, a veces hay golpes de realidad. Como se siente mejor, se exige más. Y salta con rabia. Golpea el piso con fuerza con sus pies y algunas veces, en las noches o en las madrugadas, la invade el dolor, acentuado por el frío tremendo que hace por estos días en Bogotá.

Pero es un día entre muchos. Son unos minutos que no desaniman en esa búsqueda del nocaut absoluto a esta visitante indeseada.

Mientras tanto, que no falte la música, que suene a todo volumen, que invada todos nuestros espacios y que nos haga ver, día a día, a Antonia bailar. Porque más que danza, para Anto mover su cuerpo es sinónimo de estar viva.


La banda sonora de este camino

También es hora de actualizar nuestros sonidos. Una amiga del alma, nuestra adorada Sonia López, dice que uno debe tener compuesta la banda sonora de su vida y cada tanto reorganizarla y escucharla. Son esas canciones que, al escucharse, te remontan a un momento, a una situación.

O simplemente son las que están hechas para subirte el ánimo. Desde hace casi un año ya, las canciones que pondré acá se sumaron a mis hábitos musicales constantes. Rara vez las oía, algunas ni las conocía. Pero ahora, cada vez que suenan, me llenan de recuerdos.

Gonna Fly Now: La típica de Rocky. Pero si uno recorre su letra… eso de intentarlo con dureza, hacerse fuerte y luego volar… difícil no identificarse.

Nessun dorma: ¡Al alba venceré! Cada noche de fiebre, me sonaba en la cabeza. Sabía que amanecer vendría la victoria. Y Anto también.

Dancing queen: Ni hablar. Será una favorita siempre.

Ride of your life: Esta pieza de Regreso al Centro de la Tierra, de Rick Wakeman, me hace imaginar a mis hijas viajando por el mundo juntas.

Valiente (de Soy Luna): La ídolo de Majo tiene esta canción que ambas gritan cada vez que suena. Es como si, en mi casa, la hermana mayor se la dedicara todo el tiempo a la menor.

Mi sol: Nunca fui cercano, en lo más mínimo a Dr Krápula. Hasta que, poco después de enterarnos de que Anto venía en camino, conocí este tema.

Superman, banda sonora de 1970: La entrada del Superhéroe de las Pastillas y Pastillita. Viernes de pastillas pero también de juegos .

 Shotgun mouthwash: El glorioso inicio de la banda sonora de Trainspotting 2 me hace levantar dispuesto a patearle el culo hasta el cansancio a la AIJ.