Colombia es un país que vive con una guerra. Cualquiera que lo niegue es alguien con serios problemas cognitivos. Colombia es un país que vive con una guerra y desde hace décadas es un país inmerso en un conflicto interno que nadie a ha podido o ─quién sabe─ nadie ha querido resolver. Usted puede usar las palabras que quiera: terrorismo, narco terrorismo, insurgencia o cualquier otra palabra para definir el bando de las guerrillas ─por lo menos al día de hoy, porque se sabe que la lucha social desde hace años debió cambiar de estrategia y alejarse de la violencia─. También puede llamarle como quiera al bando del gobierno: ejército, paramilitares, héroes, etc; pero eso no va a cambiar el hecho de que aquí están en guerra. Dos bandos están en guerra y por años han dicho que Colombia está en guerra, y eso no es lo mismo.
Unos señores, unos barbados y otros de corbata, vienen desde hace años vociferando en los medios de comunicación justificaciones a su guerra. Total a nadie le importa, porque lo que de verdad importa, que es vivir bien, no es una meta ─ni siquiera utópica─, sino algo que no se va a poder lograr hasta que esa guerra que vive con Colombia termine. Como una enfermedad en la que sus gestores son células cancerígenas.
Y no es mentira lo que rueda por las redes sociales: los que pelean esa guerra son colombianos que muy poco tienen que ver con la guerra. Que les hacen pensar que sí es diferente. Pregúntele a un soldado lo que piensa, y verá que no hace sino repetir palabras oficialistas, pero no piensa. Pregúntele a un guerrillero qué piensa, y verá que exaltará cuanto discurso revolucionario recuerde. O mejor aún, pregúntele a los rasos ─soldados y guerrilleros─ y verá que la mayoría no eligió llegar ahí: o les tocó para sobrevivir o los reclutaron a las malas. Y esa es una práctica que no solo tienen las guerrillas, sino también el ejército, y todo el mundo lo sabe.
Entonces ¿por qué vivimos con en esta maldita guerra?
Los que sufren son los más pobres, de uno u otro bando, pero siempre son los más pobres. El que lo niegue tiene problemas cognitivos.
El Rap colombiano lleva años intentándole explicar a sus seguidores que esa guerra no es colombiana, sino de unos pocos, y que los pobres son la carne de cañón. Los que están mandando a pelear son cobardes sin nombre, escondidos en sus corbatas o en sus cambuches. Nos hicieron creer que para ser colombianos tenemos que tomar un bando, cuando el rap y otros géneros populares vienen diciendo que no, que hay otro bando, y es el de la gente que trabaja para salir adelante, y no les interesa morir por una guerra que ni siquiera es colombiana. Es una guerra en Colombia, que no es lo mismo.
Escuchen a los pobres, escuchen a sus voceros. Escuchen el rap, que sabe escuchar a los más humildes de las ciudades, la carranga, que sabe escuchar a los campesinos, que no son pobres, sino campesinos; y ni siquiera eso pueden ser porque viven en un país que alberga una guerra privada, no una guerra pública.
Para ser colombianos no necesitamos la guerra.
Ya lo intentaron por más de 5 décadas. En nombre de la victoria han matado a todo tipo de hombres y mujeres valiosos, desde los más humildes hasta los más brillantes. Pregúnteles a las víctimas de la UP, a Carlos Pizarro, a Luis Carlos Galán. Pregúntele a los desplazados por la guerrilla y los paramilitares. Pregúntele a la gente sin extremidades, o a los familiares de las personas con las que, en nombre de esa guerra, les usaron la cabeza como balón de fútbol.
Para ser colombianos no necesitamos la guerra.
Si no quieren la paz, a costa de lo que sea necesario, entonces no debería ser colombiano, sino ponerse un gentilicio en nombre de su ideología política. Si no puede perdonar porque su ideología no se lo permite, reconsidere su pensamiento, porque hasta lo más miserable y retrógrado que es la religión entiende que la única forma de seguir adelante es perdonando ─u olvidando, lo que primero ocurra─, no esparciendo rencor en personas que no tienen nada que ver y que solo quieren vivir bien y salir adelante.
Que no se olvide: para ser colombianos no necesitamos la guerra.
@YDesparchado