Se acercan las elecciones en los Estados Unidos, dónde América Latina sí está de manera implícita, por medio de los inmigrantes, del comercio -sobre todo el ilícito: drogas, tráfico de personas, etcétera- y de intereses de sectores políticos organizados que influyen en algunos aspectos de la dinámica interna, sobre todo visible en la influencia de la comunidad cubano-estadunidense, pero también de la inmigración conservadora proveniente de Sur y Centroamérica.
En esta campaña electoral se muestran anuncios políticos en todas partes  -en los jardines delanteros, en los periódicos, en la televisión y ahora en las redes sociales como en Facebook, muchas personas simplemente las bloquea mentalmente o se olvidan del candidato al hacer clic a otra página.
Desde que Barack Obama ganó la presidencia de Estados Unidos, el uso de Internet en las campañas electorales se ha convertido en un tema recurrente en las estrategias políticas, el sagaz uso de las nuevas tecnologías fue un factor decisivo de la victoria del presidente brindando una transformación perdurable en la forma de hacer política.
Con el pago de «Historias patrocinadas» en Facebook la campaña logró que mucha gente viera la propaganda política del presidente sin haberlo establecido deliberadamente.
A partir de entonces, se ha extendido la idea de que es casi obligatorio para los candidatos tener presencia en Internet como estrategia de campaña, especialmente en el uso de redes sociales. Sin embargo, pareciera no haber claridad sobre cuál es el impacto real de las redes en las campañas electorales en línea y al final no se conoce qué porcentaje de los amigos virtuales votan por el candidato. Tampoco está claro si son muchos o pocos los que se involucran más allá del contacto a través de la red.
Aunque la presencia en línea es cada vez más importante como una alternativa de acercamiento con el electorado, en particular con la gente joven, Internet no es visto todavía como un medio que pueda definir una votación.
Hoy en día Obama y el candidato Republicano Mitt Romney han desarrollado todo tipo de campañas publicitarias, muchas de ellas personalizadas, con el objetivo de persuadir a nuevos votantes. Ambos competidores están en diferentes comunidades digitales, entre ellas el servicio de música Spotify y las plataformas de intercambio de imágenes Pinterest e Instagram, en la que Romney publica fotos suyas con su familia.
Ambos candidatos han protagonizado una redada sin precedentes de las redes sociales. Las dos campañas han invertido importantes sumas de dinero para que sus anuncios e historias sean colocados en los primeros lugares de los motores de búsqueda cuando los usuarios digitan palabras claves como «debate».
Internet representa un medio mucho más libre, plural, difuso, caótico e interactivo, potencialmente mucho más favorable a un debate político real. Así como la televisión destronó a los mítines, ella misma está condenada. Entramos en el mundo de los blogs y los correos electrónicos, de Facebook,de Twitter y de Youtube. La principal y esperanzadora diferencia es que ahora existe mucha más posibilidad de iniciativas desde abajo.

Uno de los factores más importante es la incursión previa de los candidatos en estos medios y comenzar a armar redes sociales ocho meses antes de la campaña electoral. Es un hecho que armar redes sociales toma tiempo y no basta con crear un perfil. Es necesario tener un objetivo claro y una estrategia para lograrlo. Ahí está el reto.
Hasta Facebook lo dice. El número de fans no debe ser el principal objetivo de una estrategia en redes sociales. La clave para que una estrategia triunfe en Facebook es lograr una relación valiosa con cada uno de sus seguidores, la métrica más relevante no es el número de fans, sino el engagement y las campañas que desean usar eficazmente las páginas de Facebook en su estrategia de comunicación y márketing para lograr una relación valiosa con sus fans deben recurrir a la publicidad más efectiva, la de voz a voz de toda la vida, para conseguir recomendaciones.
Interacción es la palabra mágica.
Si un candidato consigue que sus publicaciones se compartan y se comenten estará logrando lo más importante: llegar a la red de amigos de sus fans y por lo tanto que aumenten las posibilidades de penetración en nuevas redes de potenciales seguidores.
Para lograr está interacción se debe publicar algo interesante, provocando conversaciones, posteando a las horas en las que los usuarios están más activos, no espameando con excesivas publicaciones y tener en cuenta las horas en las que los fans están más activos y usando las estadísticas disponibles en toda página, un punto en el que vale la pena detenerse: La enorme información sobre los fans que proporcionan las estadísticas de las páginas puede resultar muy valiosa para dirigir las campañas de márketing con más acierto.
Hay muchas campañas que tienen los llamados «fans falsos» y eso se ve reflejado a la hora de votar, sin embargo Facebook ya comunicó en el mes de agosto que iba a actuar en las páginas de estos perfiles de personas no existentes, o que han sido conseguidos por métodos poco lícitos según Facebook, como son las compras masivas de fans.
En estos días ya podemos ver como numerosas páginas de fans están descendiendo en el número de «Me gusta» que tienen, tal y como se puede observar en el siguiente cuadro elaborado por PageData, donde podemos ver caídas semanales de fans.
Por esa misma razón, en el mundo de la política en Internet  al igual en el de la política tradicional, las relaciones entre las personas es la moneda de mayor cotización. Así es como los políticos deben armar estrategias de comunicación para saber de que manera van a involucrarse dentro de los ecosistema digitales y el único secreto para que una compañía triunfe en estos entornos es hablar el idioma de cada uno de ellos. En resumen: no compre seguidores, sea social.
Lectores: ¿Hay un anuncio político en las Redes Sociales que le hizo parar y pensar?
@FerneyBenitez

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