Con 10.000 becados del programa ‘Ser pilo paga’ del gobierno Santos, los jóvenes graduados inician con mucha expectativa un proceso que les puede cambiar la vida, de igual forma a todos los organismos e instituciones involucradas. Este tipo de iniciativas, como la reciente anunciada por el Presidente de la República, Juan Manuel Santos y la Ministra de Educación, Gina Parody, de brindar 3.000 becas para docentes son pasos importantes en busca de disminuir la brecha de la desigualdad en el acceso a la educación superior.

Pero no todo es color de rosa, tendríamos que ver que este grupo de beneficiarios estén realmente en instituciones debidamente acreditadas y que los programas académicos sean acordes a la demanda laboral, ya que pueden terminar siendo atendidos por universidades de dudosa reputación y con muy bajos estándares de calidad educativa, que sin duda alguna, debe ser la prioridad de la política pública en medio de los escándalos y abusos que se han presentado en algunos centros de educación superior.

La calidad en la educación es un factor determinante a la hora de tener nuevos graduados, ya que la realidad hoy en día es que las empresas no están contratando a los titulados universitarios, un alto porcentaje de gerentes de diferentes empresas dicen que los candidatos actuales no son capaces de pensar de forma crítica o creativa, resolver problemas o escribir correctamente, según Martha White en su artículo “The Real Reason College Grads Can’t Get Hired” (“La verdadera razón por la que no se contrata a los titulados universitarios”).

Para el profesor Sugata Mitra, la forma de enseñar actualmente data de unos 300 años y procede de uno de los últimos y más grande de los imperios -El Imperio Británico- que  intentó controlar el planeta sin la tecnología actual, sólo con datos manuscritos en papel  y trasladados en barco creando una computadora global compuesta de personas que hasta el día de hoy funciona, llama “máquina administrativa burocrática“.

Como si fuera poco ésta máquina afila cada vez más sus aspas, pues ahora con la creación de la Superintendencia de Educación Superior, el ministerio, como autoridad política del sistema, asume como  “juez y parte”, teniendo también el rol de control y vigilancia. Esta combinación es técnicamente no recomendable y puede ser perversa. La situación podría darse para animar a los corruptos para configurar nuevas situaciones de sobornos y similares. Para los expertos, la corrupción es directamente proporcional al control cuando éste no tiene supervisión adecuada.

En Colombia hay 80 universidades, de las cuales 32 son públicas con 1 millón 680.000 jóvenes estudiando programas técnicos, tecnológicos o universitarios, es decir, sólo el 37 por ciento de la cobertura en educación superior, y de los bachilleres graduados en los últimos 10 años 3,2 millones están fuera del sistema, esto indica que nunca pudieron acceder a este tipo de educación. En el último año, el 15 por ciento de los estudiantes de primer semestre desertaron y en el décimo semestre un 45 por ciento lo hicieron, según datos del Ministerio de Educación, de hecho, la tasa de graduación universitaria en Colombia es del 34,3 por ciento y no cambia mucho entre instituciones públicas o privadas. Así mismo, debemos sumarle la tasa de desempleo, que en Colombia para jóvenes entre 17 y 27 años supera el 21 por ciento, casi el doble del promedio nacional.

En estos últimos 10 años el mundo ha cambiado radicalmente, sin embargo el acceso a la educación y la calidad académica son prácticamente los mismos, creados para un mundo diferente, con necesidades distintas, donde la gran mayoría de instituciones educativas siguen sin preparar adecuadamente a sus alumnos para liderar, trabajar por el cambio positivo en su entorno o cooperar con compañeros. Pues más allá de la pobreza física que tiene Latinoamérica, sufre de pobreza mental, lo que hace que seamos el continente cultural más emprendedor del mundo, pero también el que falla más, algo que nos plantea la siguiente pregunta: ¿se trata de una crisis de empleo o de educación?

De acuerdo con Jürgen Klaric experto en la ciencia del neuromarketing y director de BiiA Lab, una de las instituciones más innovadoras de educación en latinoamérica, los sistemas educativos están afectando seriamente a la sociedad y en la actualidad el crecimiento de ofertas de empleo no corresponde al aumento del número de titulados universitarios generando una crisis de desempleo, que es una gran preocupación para muchos países, “si el sistema educativo se cambia hoy los primeros resultados se verían en los 15 años” afirma Klaric.

Vivimos en la era más competitiva de todas, cambiante y exigente, e iniciamos la época de la generación “Z”, que según la mayoría de las estimaciones ha nacido a partir de mitad de los años 90, y así como otras generaciones debemos concientizarnos del cambio en la educación y que esta preocupación no sea de un sólo grupo, se necesita un esfuerzo de cooperación por parte de las empresas, sociedad y los líderes educativos para diseñar las directrices que más urgen para el futuro, creando una estrategia de “gestión de talento” a nivel nacional, con el objetivo de construir un sector laboral competitivo. con un feedback bilateral que apoye todo el proceso.

De tal manera es por esto que el aprendizaje debe complementarse en paralelo con plataformas y comunidades que brindan conocimiento útil, frescos. Habilidades tales como la resolución de problemas, el liderazgo, el trabajo en equipo, la empatía y la inteligencia social y emocional las cuales siguen quedando fuera del programa de la mayoría de instituciones, lo que crea un déficit de habilidades cada vez más grande.

Con base en lo anterior, debemos tomar la iniciativa e iniciar a recorrer el camino, buscar la fuentes de información que nos permita ahondar en los temas que nos apasionen y no esperar a que alguien más resuelva por nosotros, vivir nuestros sueños, alcanzar nuestras metas, y la mejor manera es aprovechar los recursos que tenemos como lo es internet, donde podemos acceder a la información de una manera veraz, amena y oportuna. Fomentando proactivamente las habilidades “de cambio” como la empatía, la creatividad y el liderazgo entre los actuales y futuros empleados, y modificando el sistema educativo para proporcionar habilidades técnicas que puedan serles útiles en un futuro de cara al mercado.

¿y usted qué aprendió hoy?

@DiegoBenitezNET