¿Será que imponen desde Palacio a ciertos candidatos para las próximas elecciones?

Un dilecto amigo mío, muy cercano a los gurús de la Dirección Liberal Nacional, me aseguraba que el presidente Santos en varias oportunidades había demostrado un inusitado interés por las elecciones del próximo mes de octubre en los departamentos de Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda en lo concerniente a Gobernador y Alcalde de su capital, manifestando su preocupación por ser estos departamentos un fortín de Uribe, y que un triunfo del Centro Democrático en dichas regiones, era un revés no solo para él, sino para su gobierno. Situación que es cierta. ¿Se imaginan las millonadas de dinero que se desembolsarán a través de los “cupos indicativos”?

No sé qué estrategias tomaran en Antioquia, Quindío o Risaralda, para contrarrestar el ímpetu con que pueda irrumpir la Unidad Nacional el día de las elecciones, con un patrocinio irrestricto de Santos, y para constreñir y corromper al elector, a través de cargos burocráticos y de montañas de dinero adheridas a los perversos “cupos indicativos”, solo para fruición del Presidente de derrotar a Uribe en las urnas. En Caldas y, sobre todo, en Manizales, debemos tener dignidad y valor para no permitir que nos conviertan en una especie de “gallera” para definir esta ridícula pelea o pulso de poder.

Gran frustración se llevará el presidente Santos en este departamento, con la estruendosa derrota y la costosa campaña electoral – pero, para el erario- de sus pupilos de la Unidad Nacional; todo, o por una miopía política o por un excesivo egoísmo y un desbordado apetito de poder, creo más en este último, en donde han prevalecido los intereses personales más que los generales, focalizados en unos malos candidatos que no llenan las expectativas que reclama la comunidad más necesitada y vulnerable, pero que sí son prenda de garantía para cristalizar y obtener a plenitud sus lucrativos fines y, de paso, congraciarse con una pequeña clase “social” corrupta y blanqueada.

Los candidatos a la Gobernación y Alcaldía, de Caldas y Manizales, después de larga espera debido a los eternos conciliábulos que se dieron en otras latitudes para su selección, por parte de extraños pero con inmensa capacidad de imposición, fueron divulgados, mas no escogidos ni avalados, por los que conforman la temible sociedad “SILIPE” (Sierra- Lizcano- Penagos), y como buenos farautes de directrices superiores cumplieron con su mandado, descorrieron el velo y aparecieron los nombres de Guido Echeverri, candidato a la gobernación y avalado por Cambio Radical, y Luis Roberto Rivas, candidato a la Alcaldía, a quien seguramente avalará el Partido Conservador.

A los mencionados candidatos del presidente Santos – más Echeverri que Rivas – les quedará cuesta arriba una remota y casi imposible victoria, no la tendrán fácil ni cuesta abajo ni en terreno plano, empezando, y creo no equivocarme, porque los de la sociedad SILIPE, si votan por uno, no lo harán por el otro, y aquí entran a jugar no solo ideologías e intereses personales ya consolidados, sino parentelas; para que el presidente Santos se salga con la suya y que una mayoría acepte ser el escenario o arena para el combate con Uribe, se requiere de muchas volquetadas de plata y que se garantice que se tendrá dos o más Aeropuertos de Palestina o un Viaducto entre el Alto de Letras y la Sabana de Bogotá. Así de sencillo.

Es el momento preciso y crucial para que los caldenses, en general, y los manizaleños, en particular, nos hagamos valer, demostrando que somos un pueblo pensante y gallardo, que tenemos un gran sentido de responsabilidad y de pertenencia, que merecemos respeto, que nosotros somos capaces de resolver nuestras propias encrucijadas y salir airosos, que tenemos dignidad y coraje, que no vendemos nuestra conciencia, ni empeñamos el futuro ni el de nuestra descendencia, que estamos dispuestos a coadyuvar en la lucha contra la corrupción y que tenemos plena conciencia y coraje para derrotar en las urnas a esta clase dirigente que tenemos en Caldas, y que nos asfixia y avergüenza.

La elección del Gobernador está difícil, por no decir que envolatada, cualquiera de los otros candidatos distintos al de la “Silipe” puede ganar, teniendo la mayor opción de triunfo el conservador que respalda el Centro Democrático de Uribe, habida cuenta del fortín de votos que éste tiene en Manizales, La Dorada, Pensilvania, Chinchiná, Salamina, Manzanares, Marquetalia, y es mejor no seguir, para tranquilidad del espíritu.

En cuanto a la elección del Alcalde de Manizales, la situación es más despejada, solo hay dos candidatos solitarios en punta con una ventaja sobre los demás, medible en tiempo luz: Adriana Gutiérrez Jaramillo y José Octavio Cardona León, la primera, ha militado en todos los movimientos políticos, hasta en el “Movimiento del Pueblo”, del extinto narcotraficante Jairo Correa Alzate, siendo hoy uribista hasta el tuétano; el otro, liberal de pura cepa, no obstante haber estado en “comodato” por algún tiempo en el partido de La U., sin perder su ideología, y gracias al Señor, regresó sano y salvo, por fortuna no se dio el efecto de las manzanas podridas. ¡No se descompuso, ni se torció!

No cabe la menor duda, que entre los dos aspirantes a la Alcaldía de Manizales, existen notorias y abismales diferencias: Doña Adriana, mujer atractiva y bien perfumada, adinerada, de profesión Administradora de Empresas y ex -parlamentaria, representa a esa rancia, discriminadora y opresora burguesía que se cree de “sangre azul”, olvidando que este líquido sólo le corre a los artrópodos y moluscos; de grandes ambiciones en todo el sentido de la palabra; en política no tiene recatos para aumentar su cauda electoral, así tenga que entregar su alma al mismísimo Belcebú; es indolente por naturaleza, su contacto con los estratos 4 hacia abajo, es superficial y solo se da en época electoral, no creo que conozca el Barrio Galán; su oratoria y retorica es deficiente y nada convincente; resumiendo, no conoce a fondo los problemas sociales que agobian a las clases más vulnerables y desvalidas de la ciudad.

Don José Octavio, hombre joven y emprendedor, de extracción humilde y franciscana, de profesión Abogado, especializado en Derecho Penal, Administrativo y en Administración Pública; Catedrático de la Universidad Nacional: fue Subgerente de la Licorera de Caldas, Personero y Concejal de Manizales; tiene oratoria y retórica y sus ideas son claras y contundentes; se desenvuelve y se siente cómodo, sin prejuicios, en todos los estratos sociales, conoce la problemática de las gentes, sobre todo de aquellas más pobres y necesitadas. ¡Se dan cuenta del por qué de las diferencias!

Por cuestión de espacio, seguiremos con otras entregas este análisis que apenas empieza.

Marco Aurelio Uribe García.
Manizales, julio 16 de 2015.