Ay, Manizales del alma. ¡Qué candidatos! (I)
No hay nada más empalagoso y extravagante que ciertas posiciones que asumen algunos personajes que creen ser los portadores de la verdad revelada, y que a través del poder político que ostentan de manera efímera, inmerecida y espuria, les permite actuar y tomar decisiones omnímodas y omnipotentes en perjuicio de una gran mayoría de personas, como si fueran los amos, señores y dueños del departamento, de su capital y de la voluntad de los electores.
Caldas y Manizales exigen respeto y que no sean objeto de atropello con la imposición de unos candidatos que aspiran a ocupar cargos o dignidades de elección popular en los comicios del próximo 25 de octubre, ya que algunos de los avalados e inscritos no son dignos o aptos, ni llenan las expectativas que clama el constituyente primario, ni su pasado los acredita para alcanzar tal distinción; y como un hecho extraño, entre más señalamientos tenga y más procesos penales cargue, tiene más opción de triunfo.
Sin lugar a equívocos, Manizales, desde la implantación de la elección popular de Alcaldes, tiene el record o se ha dado el lujo de haber tenido, hasta hoy, el mayor número de Alcaldes “avivados” y de bajos principios éticos y morales, así procuren aparentar un “linaje” ficticio y/o hayan manipulado algunas encuestas sobre su gestión y por cuenta del erario; debacle que sólo es atribuible a la ignorancia del “inepto vulgo” o a la irresponsabilidad de los miserables desvergonzados que venden su conciencia por dinero o burocracia, sin importarles el futuro de la sociedad ni el de su núcleo familiar.
Y la aseveración anterior sobre los “avivados”, no es traída de los cabellos, ni de los mentideros políticos, ni de la chismografía de Cafés. No. Todo se puede corroborar sin ninguna dificultad en la Fiscalía y en los Juzgados Penales de la ciudad, y lo más risible, la mayoría de las sindicaciones corresponden a nimiedades, entendida esta como coimas o serruchos de poca monta en su cuantía, ya que los grandes negociados siguen en el limbo de la impunidad, ora porque se hicieron bien hechos, ora por desidia o encubrimiento en la investigación, pero que son de conocimiento general, incluidos los órganos de investigación, acusación y juzgamiento.
Antes, los gobernadores designaban los alcaldes por medio de Decreto y eran escogidos por los jefes políticos y la selección se hacía por su prestancia económica, social o política, así recayera el nombramiento en un “asno bípedo”. Se buscó combatir esta práctica clientelista con la elección popular de Alcaldes, y resultó más dañino el remedio que la enfermedad. Hoy, los partidos o movimientos políticos encontraron una nueva modalidad de corrupción y enriquecimiento, a través de la venta de avales por elevadas sumas de dinero o por un compromiso para montar un concierto para delinquir en la modalidad de la contratación, lo cual se hace de manera descarada y pública sin importar la ideología, ni el pasado y presente del nuevo socio y futuro elegido.
Los caldenses no hemos sido ajenos a estas abominables prácticas, y con humildad y sumisión vergonzosa elegimos al candidato que nos imponen y qué por lo regular es el más malo. Ahora, nos presentan (?) un variopinto de candidatos a la Alcaldía de Manizales (después hablaremos de los de Gobernación), el Centro Democrático con doña Adriana Gutiérrez Jaramillo de Jaramillo (esto para que no quede ninguna duda de su abolengo), la Unidad Nacional, perdón por el lapsus calami, la SILIPE (Sierra, Lizcano y Penagos) con Luís Roberto Rivas Montoya, el Partido Liberal con José Octavio Cardona León (liberal de pura y buena cepa) y la Alianza Verde con Luís Fernando Acebedo Restrepo.
Todos ellos con significativas y protuberantes peculiaridades, unas muy admirables y respetables, y otros, con unas inadmisibles y repudiables, algunos de los candidatos fueron impuestos arbitrariamente por voluntad expresa y unilateral de uno cualquiera de esos jefecillos de pacotilla, no obstante haberse dado unos cambios sustanciales en la política caldense de manera paulatina y degenerativa, lo cual se ha reflejado en la renovación de la clase dirigente, pero no en sus manías politiqueras, ya que la actual, como lo dijera un ex candidato a la gobernación, es más clientelista, perversa y corrompida que la anterior (Barco-Yepismo).
La alianza SILIPE acogió la candidatura a la Alcaldía de Manizales de Luís Roberto Rivas Montoya, presentada a ese “aquelarre” por el “Mono” Sierra, de manera omnímoda, omnipotente e inamovible, ya que éste busca así, y por todos los medios, defender a ultranza sus intereses económicos, personales y de parentela, sin importarle un pito el futuro de la ciudad y de sus gentes, no debe de pasar desapercibido que este paracaidista no pertenece a la mal llamada Unidad Nacional, su advenimiento al Santismo solo obedece a su gula burocrática, puntal de la sinecura que le permite deglutir las mieles de ese vergonzoso, desaprovechado y efímero poder político.
La imposición de la candidatura a la Alcaldía de Manizales, de Rivas Montoya, no permitió disensos, ni análisis ni oportunidad para otros candidatos de iguales o mejores conocimientos en el manejo de la cosa pública y, ante todo, que no hubiesen tenido tantos cuestionamientos judiciales (están vivos y coleando en los despachos judiciales), y haber procurado explicar o dilucidar ciertas actuaciones o decisiones administrativas que tomó unilateralmente cuando se desempeñó como Alcalde de la ciudad. La posición del senador Sierra, con su candidato de bolsillo, fue contundente y aplastante, sin consideraciones y sin ninguna otra opción para los otros dos “escogedores”, las diferencias entre ellos son notorias y abismales, hasta en su figura corporal.
El serrucho o coima no se limita a los contratos de obra, sino que hay diversidad de contratos que facilitan y disfrazan mejor la corrupción que los mencionados, y pasan más desapercibidos pudiéndose pactar obligaciones leoninas increíbles que facilitan el “torcido”y producen jugosas utilidades. Estas situaciones no son nuevas en Manizales, aquí se han visto cosas increíbles, como la desaparición de la mutación catastral a nombre del municipio de Manizales de los predios que conformaron el viejo Aeropuerto de Santagüeda, los cuales por arte de birlibirloque se los robaron con la aquiescencia del Alcalde de la época, y el silencio cómplice de los burgomaestres siguientes, lo que acredita una investigación penal, fiscal, administrativa y disciplinaria, por desidia u omisión. Es extraño que esta oligarquía manizaleña, que se cree impoluta, guarde silencio ante semejante zarpazo.
La cascada de contratos leoninos ha sido impresionante: INFOMANIZALES, empresa de economía mixta, se le cambió el nombre por INFOTIC –Soluciones Inteligentes- nombre más que apropiado para sus fines ilícitos, Manizales Segura y su impuesto al teléfono son manejados por INFOTIC, quienes tienen un contrato para manejar sus inmensos recursos y recaudo de todas las multas de tránsito, el 70% para la empresa y el 30% para el municipio, Y saben quién es el socio, Don Ariosto, primo hermano del multifacético Luis Emilio Sierra.
La constitución del S.T.M – Servicio de Tránsito de Manizales- cuya administración de todos los trámites y operación se le encomendó a una Empresa de Cali, también sobre el mismo porcentaje mencionado en el párrafo anterior; el macro proyecto del Barrio San José; el burdo negociado con las sillas del Estadio Palogrande; El fiasco en la vieja Terminal de Transporte, su lucro cesante y su alto costo de mantenimiento; Y no es de menos monta el T.I.M. – ahora Sistema Estratégico de Transporte, con sus múltiples enredos; los sobrecostos de la nueva línea del cable aéreo y su falta de planeación en su expansión necesaria, y qué tal la Zona Franca, y como se adjudicó el contrato de arrendamiento del Hospital a la empresa S.E.S. ¿Qué Empresa cuantificó el canon de arrendamiento y cómo se ofreció? ¡Por Dios! ¿Y dónde, carajos, están los órganos de control y de investigación?
La inscripción para la Alcaldía de Rivas Montoya, estuvo rodeada de cierta parafernalia, hasta tuvo el acompañamiento y padrinazgo de un oscuro senador antioqueño de nombre Luís Fernando Duque, perteneciente al Partido Liberal y protegido por los crisoles que administran justicia, ha sido señalado reiteradamente por El Portal Verdad Abierta, Arco Iris y otros medios de Antioquia por paramilitarismo.
Publicaciones de los Portales Verdad Abierta y otros en sendos artículos han reseñado: “Lo que muy pocos saben o tal vez quieren olvidar, es que Duque es amigo de los pactos a puerta cerrada. Como el pacto al que asistió con el médico Jorge Morales y el cura de San Antonio de Prado, para concretar el apoyo de los paramilitares a sus campañas políticas. A ese encuentro asistieron Luis Pérez Gutiérrez, Luis Fernando Duque, Jorge Morales, Francisco Antonio Arias, alias el Toñito y el presbítero Óscar Albeiro Ortiz Henao. Ocurrió en el Country Club. Allí se selló el apoyo ilegal a esas campañas, con la palabra del “garante” de ese apoyo, el cura que hoy está preso por ese y otros delitos”.
Si quieren más, que les piquen caña.
Marco Aurelio Uribe García.
Manizales, julio 30 de 2015.
Apostilla: Espere las otras entregas. Apenas estamos principiando.