El país ideal para el Secretariado de las Farc
Con sabor agridulce y con infinidad de interrogantes, no obstante ser la Paz un derecho fundamental universal de todas las personas, terminé de leer las 297 páginas que conforman el texto completo del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz estable y duradera. Me causó gran sorpresa y escepticismo encontrar en el mencionado texto que ciertos capítulos no tengan una numeración continua: del punto 3.2.2.8. Otros recursos para proyectos de reincorporación económica (página 68) pasa al 3.4 (página 69); y del punto 6.3.2 (página 189) pasa al 6.5 (página 191). ¿Cuál es el contenido de los puntos 3.3 y 6.4?
Lo anterior, va en contra vía de lo dispuesto por la Corte Constitucional en su revisión de constitucionalidad de la convocatoria del plebiscito, por cuanto no se está dando cumplimiento a la obligación de dar una profusa divulgación al texto completo de los acuerdos firmados en La Habana; además, estos espacios en blanco o no continuidad en la numeración deja mucho que desear infiriéndose de paso que una vez aprobado el plebiscito se llenan con los compromisos que se tienen como arcanos y sólo conocidos por el presidente Santos, por el comandante Timochenko y por los negociadores de las partes.
Muy plausible los acuerdos de Paz que se vayan realizando con todos y cada uno de los diferentes actores del conflicto hasta lograr alcanzar una Paz general, lo que si justificaría una parafernalia y gozo extremo, sin demeritar el que está en curso, máxime tratándose de terminar un conflicto con el grupo subversivo más antiguo del continente americano, situación que de por sí no justifica ciertas concesiones que son preocupantes y de contenido confuso y muy oneroso no sólo por el aspecto económico que representa, sino para un régimen democrático endeble y permeado por los corruptos como el nuestro.
Y lo que menos debe de preocupar a los votantes del plebiscito es el de la “justicia transicional” por la impunidad que esta encierra, ya que no se puede esperar a que se firme una Paz y que los actores de la subversión se levanten de la mesa de diálogos y se encierren en una celda de 2×2 M2; pero sí hay ciertos puntos en los Acuerdos que parecieran haber sido impuestos por una de las partes y que, sin la menor duda, son coadyuvantes para el logro de las aspiraciones iniciales cuando se fundó las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para alcanzar el Poder, tal es el caso de la Reforma Rural Integral: acceso, adjudicación, beneficiarios y uso de la tierra; Participación Política: se aseguran 10 curules, 5 Senado y 5 Cámara, incluidas las obtenidas de conformidad con las reglas ordinarias, Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz para la elección de un total de 16 Representantes a la Cámara de Representantes, Zonas Veredales Transitorias de Normalización y Zonas Campamentarias.
Además de lo anterior, es curioso que se recalque con tanto énfasis en los acuerdos sobre la Reincorporación efectiva de las Farc, sobre todo en lo “económico”, y de manera colectiva; Incentivos para la Reincorporación: Renta básica y Asignación única de normalización; Aprobado el plebiscito, el Secretariado ingresará al Congreso con sueldo, con voz y sin voto hasta julio de 2018.
No queda la menor duda de que el Acuerdo Final (compilación de lo acordado y aprobado en La Habana) no sólo contiene grandes galimatías sino una serie de compromisos ilusorios y, por ende, nugatorios que ponen en peligro la Paz duradera y estable que se busca alcanzar con el grupo guerrillero de las Farc, tal es el caso y como ejemplo por solo mencionar uno, está el de la Reforma Rural Integrada, en la cual el gobierno se compromete a repartir 10 millones de hectáreas entre la población rural, especialmente la desplazada.
Este Acuerdo que se va a someter al veredicto del plebiscito constituye un “Acuerdo Especial” en los términos de la Convención de Ginebra, lo que significa que lo aquí pactado se convierte en una norma “supraconstitucional”, o sea, “Pacta sunt servanda” (lo pactado obliga). ¿Por cuenta de quién y por cuánto tiempo corre el sostenimiento de las Zonas Veredales?
Este Acuerdo está diseñado a la perfección para la “buena y placentera vida” que merecen todos los miembros del Secretariado de las Farc: algunos indultados y otros amnistiados; vivirán en una Colombia convertida para ellos en el mejor paraíso fiscal del mundo; con un poder político envidiable servido por el presidente Santos en bandeja de plata; serán los amos y señores en muchas regiones del país; sin ninguna responsabilidad con sus victimas. ¿Será que con este plebiscito si gana el “SÍ”, nos cambia la vida?
Marco Aurelio Uribe García.
Manizales, septiembre 8 de 2016.