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¿De cuál “lucha” contra la corrupción se habla?

“El poder de infección de la corrupción es más letal que el de las pestes”

¿Con qué autoridad moral se atreven, hoy por hoy, las autoridades a hablarnos de luchas sin cuartel contra cualquier brote de corrupción? Especie de contrición o teatro que es repetitivo cada vez que sale a la luz pública un nuevo y estruendoso escándalo. Palabras en las cuales ya nadie cree, por cuanto no pasa de ser un simple “bochinche mediático”, sobre todo por parte los últimos que han desempeñado el cargo de Fiscal general, y en menos de lo que canta un gallo el asunto pasa a la gaveta del olvido, quedando sólo en indagaciones preliminares y en el recuerdo el monto de la defraudación, y los responsables, por lo regular de “cuello blanco”, se pasean muy orondos por las calles gozando de impunidad y disfrutando de su enriquecimiento ilícito.

Los principales agentes generadores de la pandemia de la corrupción en Colombia son: la clase política reinante y los operadores judiciales, siendo grandes impulsadores la mayoría de los medios de comunicación por su posición timorata y del mutismo frente a la corrupción. Los primeros son los encargados de hacer las grandes reformas que garanticen la prevención contra ese flagelo, cosa que jamás han hecho y que nunca veremos; y los segundos son los encargados de la administración de justicia y que terminan, por lo regular, garantizando una plena impunidad en su propio pellejo o en el de sus compinches o amigos. Situación ésta que mantiene florido el árbol de la corrupción.

El presidente Santos en el año 2000 como ministro de Hacienda del presidente Andrés Pastrana, para congraciarse con él y con la clase política corrupta y voraz, y garantizar la gobernabilidad de este inepto presidente, se ingenió la diabólica y perjudicial figura de los “cupos indicativos”, reviviendo así y de manera descarada los prohibidos “auxilios parlamentarios”, siendo aquellos más dañinos que éstos por la enorme distorsión que causan al ejercicio de la libre y plena democracia y por su efecto corruptor, ya que hasta la sal la tienen corrompida y las corporaciones de elección popular atestadas de muchos haraganes y delincuentes.

Es bastante preocupante y sospechoso, qué habiéndose solicitado públicamente y por diferentes medios de comunicación a la corte suprema, fiscalía, procuraduría y contraloría investigaciones penales y/o disciplinarias por el mal uso y destino diferente dado a los nefastos “cupos indicativos” por parte de algunos parlamentarios, no hayan tenido el valor, la responsabilidad y la obligación legal de iniciar siquiera las respectivas investigaciones preliminares, habida cuenta de qué a muchos de esos cupos no se les da su debida destinación yendo a parar con gran facilidad a bolsillos ajenos, bien porque no se ejecuta la obra o se hizo parcial o se sobrevaloro; los misteriosos desembolsos por parte de las diferentes agencias estatales, parece que sólo se dan con el guiño presidencial.

También, es inquietante y sospechoso el trámite que cada agencia estatal le da al desembolso del “cupo indicativo”, el cual es registrado en el sistema electrónico contable a través de códigos secretos, como si dichas agencias estatales operaran como un organismo de inteligencia y espionaje como la CIA o la KGB. A dichos desembolsos no se les ve el sustento legal para que gocen de reserva legal o que sean un secreto de Estado o de seguridad nacional, como los quieren mostrar, ya que son dineros públicos para inversión pública, teniendo que ser de conocimiento público. ¡Así de sencillo! El Portal Las 2 orillas ha sido un único medio virtual qué, por arte de birlibirloque, tuvo acceso a conocer una mínima parte de ese esotérico listado de “privilegiados beneficiarios”, el cual puso en conocimiento general, y hasta el momento nada ha pasado.

¿Por qué el gobierno, en cabeza del presidente Santos, no da a conocer el nombre de todos y cada uno de los parlamentarios gestores, su destinación específica y el monto de cada uno de los “cupos indicativos” desembolsados desde el año 2010 a la fecha?
¿Será que temen que alguno de los habitantes de un pueblo determinado manifieste públicamente que ese “dinero” jamás llegó a su destino y, por ende, la obra no se ejecutó, pero el desembolso sí se realizó?
¿Tendrá asidero el aserto que se corre en los mentideros políticos de que muchos “cupos indicativos” son objeto de la figura mercantil de la “compra-venta” entre el “parlamentario gestor” y otro de sus colegas?

Si sólo fuera cierto el 1% de todo lo que se dice sobre los desafueros que se cometen a través de los susodichos “cupos indicativos”, estaríamos frente a una incubadora de corrupción de características de gestación impresionante, y a la más inconmensurable expoliación que se haya podido cometer contra el erario, en toda su historia republicana, quedando en pañales las defraudaciones a la salud, a cajanal, a caprecom, a la dirección de estupefacientes y otras más, y en aquel y en éstos, está la mano y el cerebro malevo de muchos que dormitan en el Capitolio Nacional. Queda faltando por censar los departamentos y municipios.

El día que se investigue a fondo el manejo que le dieron y le están dando a los “cupos indicativos”, los congresistas gestores y los alcaldes, como “ganchos necesarios” o sea, que se destape esta “caja de pandora”, nuestra débil democracia quedará maltrecha y este Congreso tendrá que ser renovado por sustracción de materia, y el hacinamiento carcelario será causal de suicidios. El escándalo de la parapolítica pasará a la historia como una fiestica de quinceañeras frente a este destape, que temprano o tarde tendrán que hacer los órganos de investigación y control.

Marco Aurelio Uribe García.
Manizales, marzo 2 de 2017.

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