Los epónimos son aquellas personas que sirven como emblema o símbolo de un pueblo, que dan realce, importancia y respetabilidad a ese terruño; situación ésta que en otrora tenía a Caldas y, en especial, a Manizales bien posicionados en el contexto nacional, y que descolló no sólo en la política, sino en la cultura, en las letras y en la academia, situación ésta que se empezó y está siendo reemplazada por una nueva generación de mediocres, en todos los sentidos, sombría, indolente, pendenciera, de pasado azul casi negro, y la cual se viene imponiendo a través de su poder económico inexplicable e imposible de justificar y utilizando para alcanzar su fin los medios más ominosos, todo ante la mirada cómplice y connivente de algunas autoridades judiciales corruptas.
La aguda y enconada controversia que se viene presentando entre el Jefe de la administración municipal de Manizales y un parlamentario de la Cámara de Representantes, es vergonzosa y grotesca, sólo comparable con aquellas que se daban entre “verduleras”, hace 50 años, en los mercados libres de la Plaza España, Barrio Las Ferias o Barrio Estrada de la capital del país, lo cual sólo demuestra una falta de madurez en sus protagonistas, desavenencias que al parecer se suscitaron por inicuas repartijas burocráticas, y digo “al parecer”, porque ninguno de los dos “púgiles” ha tenido la suficiente entereza, honradez o “verraquera” para contarle a la opinión pública y, sobre todo, a su electorado, los intríngulis que la originaron y qué represalias políticas ha habido, respecto a destituciones y a ofrecimientos para convertirlos en “apóstatas” e inducirlos a una repugnante “voltereta”.
Estos “berrinches” o “pataletas” no sólo le causan daño a Manizales en la colaboración armónica que se debe tener entre éstos para su desarrollo, sino que producen “vergüenza ajena” en el resto del país, por cuanto estas “grescas” dejan en el ambiente un hedor nauseabundo que sólo apunta a inferir que se trata de componendas corruptas. Estas disputas se deben arreglar o subsanar en privado, y no con amenazas y desafíos públicos como lo han hecho en diferentes medios locales de comunicación. Claro que me gustaría presenciar este debate, aclarando que ya se de antemano quien es el que tiene mejor retórica. “Y el que más saliva tiene, más hojaldre traga”
Ha hecho carrera que después de cualquier elección, aun en las presidenciales, resulten algunos abrogándose que su participación fue clave en el triunfo del candidato ganador; no se sí este sea el caso del parlamentario de marras, pero, lo que si se es que el Alcalde actual le ganó al segundo en la contienda por la Alcaldía por cerca de 5.500 votos, y que sumados los votos obtenidos por el 2° y 3° hay doblete de éstos frente al triunfador. O sea, al actual Alcalde de Manizales lo elegimos, “mea culpa Manizales”, un puñado pírrico de votantes equivalente a un 30% de los votos depositados, lo que le depara un “gobierno” endeble y lleno de veleidades que le permite impunemente atropellar, hasta las personas más discapacitados. No se puede olvidar hoy ni a futuro la indignante y errada decisión que tomó la administración municipal sobre las “Zonas Azules”.
El interrogante radica en saber si Yepes tiene en Manizales esos 5.500 o más votos, de ser así, tiene toda la razón en andar “verraco” y “pataleando”, y, por sobre todo, que estén recurriendo a prácticas corruptas y abominables para “voltear” a sus adeptos.
Y ya que se habla de cifras electorales, es bueno conocer algunas anécdotas en esas elecciones: En la cuadra de mi residencia, bajo Palermo, hay 32 casas en ambos costados, y después de los comicios con mucha sutileza se pudo establecer el número de votos y por quien se habían depositado: Adriana Gutiérrez – 2 votos.- Luís Roberto Rivas – 0 votos.- Octavio Cardona – 5 votos ( los de mi casa) – y para la Gobernación de Caldas – Guido Echeverri Piedrahita – 136 votos, no hubo votos para otros candidatos. ¡Qué tal esto!
Varios vecinos, de manera confidencial, manifestaron: No votamos ni por Adriana ni por Rivas, esas relaciones con grupos ilegales no nos gusta, como tampoco lo de la “pirámide” de Rivas. Pero eso sí, no tiene riesgos de que votemos por ese señor Cardona.
Señor Alcalde, ¿Entiende bien el último párrafo? Es mejor manejar un poco de opinión, que ser un electorero corrupto manejador de un gran electorado corrompido.
Marco Aurelio Uribe García.
Manizales, octubre 19 de 2017.