Hace unos meses publicamos lo que le pasó a este joven. Con la ayuda de lectores y benefactores le conseguimos a Óscar una cama hospitalaria y una lavadora. Además, le hemos podido colaborar con pañales, Ensure y con algunos gastos de primera necesidad.
En este momento necesita ayuda para pagar sus desplazamientos a Teletón, para su alimentación, sus medicinas, sus útiles, su enfermera y su diario vivir. Su madre lo cuida las 24 horas, ella no tiene trabajo y vive de las colectas de los vecinos.
También queremos donarle una silla de motor de última tecnología.
La historia:
“Por favor revívanlo, mi hijo es fuerte”, esas fueron las palabras del padre de Óscar, cuando su hijo ya estaba prácticamente muerto, los paramédicos le hicieron caso, y lograron traerlo de nuevo a este mundo, pero con un daño cerebral severo, porque ese órgano no recibió oxígeno por unos segundos.
Este padre abandonó a su hijo desde muy pequeño. A Óscar Fredy Preciado Peña, ahora de 25 años, y quien volvía a encontrarse y compartir con él en un trabajo de construcción en Bosa. El mismo Óscar, en su desespero por mantener a su madre y hermanos, le había pedido unos días antes a su padre que le ayudara con un ‘camello’ para llevar dinero a su familia.
Y ese domingo, Óscar se despidió de su hermano Michael y le dijo: “vamos a salir adelante los dos”. Al llegar al trabajo, ilusionado y con la esperanza de ayudar a su familia, se subió a la terraza para recibir unas varillas, mientras su papá hablaba con el patrón de algún asunto importante, pues lo había mandado a llamar. Pero una de las varillas tocó un cable de alta tensión y lo electrocutó.
Su papá escuchó un estruendo, corrió hasta donde estaba el hijo que abandonó cuando era pequeño, y lo recogió inconsciente, nadie lo quería auxiliar. Por fin una camioneta lo llevó al hospital de Bosa, y allá les dijeron que Óscar estaba muerto, que no se podía hacer nada. “Revívanlo, mi hijo es fuerte, revívanlo por favor”, decía el padre. Y con choques eléctricos lograron regresarlo. En ese hospital lo entubaron, con respirador artificial, días después lo trasladaron a la Clínica Fundadores, a la UCI, le hicieron ‘gastrostomía’ para poderlo alimentar. Después de unas semanas lo pasaron a cuidados intermedios y luego a cuarto. Les dijeron que las neuronas de Óscar estaban quemadas. Lo diagnosticaron con el síndrome de ‘Lance Adams’, una complicación rara que se produce en pacientes que sobreviven a la hipoxia o la hipotensión prolongada, días o semanas después del daño cerebral.
Lo llevaron a la casa y les asignaron un PAC, ‘Paquete Domiciliario para Personas Crónicas’, llamado Proyectar.
La situación económica de la familia es muy dura porque Óscar era quien mantenía el hogar desde que trabajaba en bici taxis. Hoy, su papá de nuevo lo abandonó, y esta vez para siempre.
Su traslado a citas médicas es muy complicado, tiene ‘espasticidad’ en su cuerpo, permanece muy tensionado y no se ayuda para llevarlo de un lado a otro. Para transportarlo se deben contratar carros muy costosos. De parte de la familia del papá todos lo abandonaron también.
Óscar tiene una desnutrición severa, necesita terapias respiratorias, físicas, nutricionistas, necesita médicos que vayan a la casa, necesita enfermeras, transporte para Teletón. La mamá no puede trabajar por cuidarlo. Óscar vive con su señora madre, con sus hermanas, una de ellas, la de 17 años, con problemas neurológicos también. Requiere una silla de ruedas y unas bolsas de nutrición,
Kelly, su novia, de 23 años de edad, quien ha demostrado un verdadero amor incondicional por Óscar, pese a su estado, y la mamá, quien no se separa de él un instante, lo cambian y lo sondean.
“Óscar tiene los ojos abiertos, pero su parte cognitiva no está bien”, dice su novia, y agrega, “a veces se conecta, nos mira, siempre está muy tensionado, su parte neurología fue la más afectada, porque él murió y no le llegó oxígeno al cerebro”.
La mamá de Óscar necesita un trabajo desde la casa para no separarse de él. Los gastos son muy grandes, su medicamento, sus pañales, su champú, sus pañitos, sus jabones, unas gotas para los ojos que valen 90 mil pesos, y que si no se le aplican se ponen rojos, sus comidas con proteínas, su ENSURE… necesita muchas cosas.
Dice Kelly, “Óscar llora cuando tose, por su ‘traqueotomía’, porque de seguro le duele¨.
Óscar siempre fue solidario con todos, su casa era posada para quien lo necesitara, ahora depende de nuestra ayuda amigo lector, para poder rehabilitarse y para que no le falte nada en lo que respecta a la parte económica.
¡Ayudémoslo amigos lectores, por favor!
Quienes en realidad puedan colaborar por favor comunicarse al correo electrónico giovannetti2@homail.com
Giovanni Agudelo Mancera
Periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
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