Este es un escrito para decirte algo que la mayoría no suele publicar en Facebook, Twitter, Instagram y mucho menos en un medio de comunicación: se vale sentir que estás mal, pues todos en algún momento pasamos o pasaremos por ahí.
Creo que sé exactamente qué es eso que estás sintiendo. Las ganas de salir corriendo, esa sensación de estar en el lugar equivocado o la incertidumbre de no saber cuál es el siguiente paso a dar.
Sé lo que es llevar a todo lado ese hueco en el pecho que te recuerda que no estás bien, mientras posas ante otros con una sonrisa fingida. Créeme, también he pasado por ahí.
Sé lo que sueles pensar antes apagar la luz de tu habitación en los días de crisis:
- Sí, es otro día en lo mismo, enfrentando la misma lucha y sin saber cuándo acabará.
He pasado por esas temporadas en donde en lo único que piensas es en salir corriendo o en que tal vez eres una completa equivocación. Conozco de cerca el sabor del fracaso y ese ardor repugnante que deja en la mente y el corazón el haberte ilusionado con un espejismo falso de amor. Más de una vez me he enfrentado a esas eternas noches en donde repentinamente tu cuerpo te pasa factura e intentas quedar dormido mientras pides a gritos un milagro que te devuelta la salud.
Sin embargo, mi propósito no es hablarte de eso que está mal en tu vida, tampoco juzgarte por sentirte débil y mucho menos darte un golpecito en la espalda con un mensaje motivacional. De eso ya hay demasiado en las redes.
No busco hablarle a la imagen surrealista que hiciste de ti en la internet para hacerles creer a tus seguidores que tienes la vida perfecta, aunque en el fondo sabes que no es así. Hoy quiero hablar al ser humano que escondes detrás. Esa frágil persona que aunque quisiera gritar que está cansado, decide comerse lo que siente para no flaquear ante ese montón de vidas aparentemente perfectas que te rodean.
No te dejes engañar por lo que otros publican a diario, nadie tiene la vida perfecta, ni la vida asegurada. Se vale que sientas que en este momento muchas cosas están saliendo al revés y eso no te hace menos que nadie.
No has fracasado, a todos nos toca morder el suelo y caer para aprender. El mismo sol sale sobre malos y buenos y la misma lluvia sobre justos e injustos, por eso no esperes a que algo ajeno a ti cambie para decidir ir contracorriente. Al fin y al cabo, lo peor que puede pasar es que resbales, aprendas de la caída y te vuelvas a poner en pie… de hecho, algunos triunfos solo se consiguen de rodillas en una habitación.
No te enfoques en lo que no tienes o no has logrado, mira eso que tienes a la mano y no sueles agradecer. Deja de permitir que el dolor del pasado defina tu presente y quítale el poder sobre tu futuro. Por más de que te aferres a lo que pasó jamás lograrás regresar el tiempo, pero sí puedes hacer de tu futuro algo mejor. Por ahora, lo único que necesitas saber es las marcas que deja la vida no se esconden, de ellas se aprende.
Hace un año me enviaron a Medellín para escribir sobre el terror que vivieron las víctimas de la masacre de Machuca el 18 de octubre de 1998 (📝 https://bit.ly/2OY9FXb) . Ellas hablaban con orgullo de las marcas en su piel como señal de que las llamas habían pasado por su lado y milagrosamente sobrevivieron. Todos los seres humanos cargamos nuestras propias marcas, esas que nos recuerdan que estamos vivos, que los años han pasado a través de nosotros y, pese a que no nos ha tocado fácil, seguimos en pie.
Para mí, por ejemplo, cada día (bueno o malo) siempre es un par de pecas más en la cara desde mayo del 91. Lejos de pretender ocultarlas, me emociona pensar que Dios lleva cuenta de cada una de ellas y conoce cada logro, sonrisa, problema o lágrima que encierran al aparecer tras el regalo de tener una nueva puesta de sol.
Ya que leíste hasta el final… quiero dejarte un regalo. Para encontrarlo solo debes buscar en Google: Salmos 147:3 (necesitas leerlo).
**Para cualquier comentario, sugerencia de temas para la próxima entrada, testimonio o si simplemente quieren charlar, pueden escribirme a dravelomendez@gmail.com o seguirme en mis redes sociales Twitter: @DianaRavelo. Instagram: dianaravelom.
PDT: Gracias a las personas que se han tomado el tiempo de compartirme algo de su vida, he intentado poco a poco responderles. Ha sido emocionante conocerlos ¡Nos seguimos leyendo!