Si se sintió identificado con el título de este artículo, o en algún momento lo pensó, en serio hágalo saber en los comentarios a ver si ayudamos a terminar con esa mentira de que la vida es una línea recta llena de metas según la edad y en la que si no cumples con esas expectativas (o algo no sale como debería) te rajaste en la materia más importante: la de vivir.

Hoy quiero hacerte un spoiler:

¡Los seres humanos no siempre sabemos para dónde vamos!

Y a veces, por más organizados y planificadores que seamos, algunos de nuestros planes se dañarán para recordarnos nuestra humanidad y llevarnos a algo mayor.

Ten la seguridad de que esa puerta cerrada sí o sí abrirá otra más grande o por lo menos te ayudará a entender que debes dejar de esperar a que otros te abran puertas y construir la propia. Que el «tal vez no sirves para esto» puede transformarse en un «wow, tienes razón, no servia para eso sino para eso y mucho más» o que frases como “no me gustas”, “ya no te quiero” o el aburridísimo “no eres tú, es que eres demasiado para mí” siempre desembocarán en un nuevo “te quiero a mi lado” o un “ahora sé que efectivamente soy demasiado valioso, que puedo pasar este tiempo solo. Cómo no me di cuenta de lo importante de llevarme bien conmigo mismo mucho antes”.

Instagram: @dianaravelom

Así que, si sientes que de un momento a otro te perdiste del rumbo o que no has logrado lo suficiente para la edad en la que estás: relájate, disfruta del camino, sigue intentándolo y trabajando, porque todos hemos pasado por ese atorado del ¿y ahora qué sigue? ¿qué hago? ¿por qué le invertí tanto a esto y no pasa nada?…

Para que entremos en confianza, es importante que sepas que voy a hablarte de direcciones, de trazar rutas o encontrar caminos desde la experiencia de alguien que sabe exactamente lo que es no entenderlas a primera vista. De ahí que entre mis frases de presentación infaltables esté: “debes saber que no nací con GPS ni brújula y por eso me pierdo con facilidad. Sufro cuando debo llegar a una dirección”.

No me siento orgullosa de admitirlo, me da algo de pena, aunque ya aprendí a reírme de eso. Pero la verdad es que por más indicaciones que me den, encontrar direcciones nunca ha sido lo mío cuando de transitar una ciudad se trata.

Me es común vivir escenas como la de tratar de llegar a un lugar y creer que estoy lejos aunque ya llegué hace horas y ni me había dado cuenta o ir al norte cuando en realidad era al sur. ¿Se les hace conocida esa sensación de incertidumbre? Esa frustración de saber que hay algo esperándote del otro lado pero no logras entender las coordenadas que te harán llegar allá o inclusive… ni siquiera saber a dónde vas simplemente porque no sabes leer coordenadas o no las encuentras.

Aunque que todos quisiéramos que eso de descubrir la ruta, el propósito o esa “razón” por la que atravesamos ciertas temporadas difíciles de nuestra vida fuera fácil, la verdad es que la vida es más eso que transita entre la fe, el arriesgarse, la prueba, el error y el acierto.

La buena noticia es que así como para los desubicados como yo existe el Waze o Google Maps, si intentas oír la voz  ↑ más allá del ruido de tu rutina y continúas moviéndote en la carrera de tu vida (no importa si te distrajiste, tomaste la vía equivocada o no lograste entender del todo las indicaciones del mapa): siempre se puede recalcular la ruta para llegar a tu destino, nunca es tarde para volver al camino.

¿Tomaste decisiones que te alejaron de la ruta a la que debías llegar? ¿perdiste el enfoque? ¿no sabes hacia dónde seguir?¿no tienes ni idea de cuál es tu ruta? En vez de tratar de tomar atajos, caminar en círculos, correr como un loco sin rumbo o quedarte paralizado a mitad de trayecto, tómate el tiempo de descubrir qué es eso que te emociona en el interior o aquello que amas lo suficiente que hasta lo harías gratis.

Saca lápiz y papel o crea un drive y anota esas cosas que te gustan (así a primera vista creas que no eres lo suficientemente bueno) e inténtalo, busca en el día a día cuál es ese «no se qué» que te hace diferente a los otros. Empieza a tomar decisiones que te acerquen a lo que realmente amas, suelta eso que sabes que no es para ti y recalcula tu ruta. Créeme, si sigues caminando llegas porque llegas. Nada está perdido para el que decide no darse por vencido.  😉

Ya que leíste hasta el final…

Quiero dejarte un regalo, está en Habacuc 2:2-3:

“Y Dios me respondió: «Voy a darte a conocer lo que está por suceder.  Escríbelo en unas tablas, para que se lea de corrido. Tardará un poco en cumplirse, pero tú no te desesperes; aún no ha llegado la hora de que todo esto se cumpla, pero puedo asegurarte que se cumplirá sin falta”.

PDT: Gracias a las personas que se han tomado el tiempo de compartirme algo de su vida, he intentado poco a poco responderles. Ha sido emocionante conocerlos ¡Nos seguimos leyendo! Por ahora, los dejo con música:

 

“Y solía pensar que cuando fuera adulta tendría mi vida resuelta, que sabría exactamente quién soy y el camino que tendría que recorrer, pero ahora entre más crezco me siento más como una niña que todos los días aprende lecciones y necesita ser guiada. Permanezco necesitando dirección. Así que cuando sienta que no puedo entender las señales de tu mano seguiré confiando en tu corazón para que me guíe y me lleve a nuevos comienzos”, New Start, @wearyfriend 🎶