Hace unos días cambié de casa. Pasé de vivir en la «City» a un suburbio llamado Dulwich Hill.
La City es como el centro de negocios de Sydney. En este sector se encuentran reunidos varios agentes comerciales, universidades, casi todas las escuelas de inglés, cinemas, bares y los más representativos sitios turísticos de Sydney. En la City hay mucha gente, siempre vive congestionada de carros y de personas, pero es un ambiente interesante. Cuando uno está sin plan, puede salir a caminar por esta zona. Ya luego de la City vienen los suburbios, que son sitios más tranquilos, con menos gente, pero en algunos casos muy lejos y sin muchos sitios cerca.
Conseguir un lugar cómodo para vivir es complicado y se debe ser paciente pues aunque las opciones son muchas en habitaciones compartidas, ya depende de qué y qué no le gusta a uno a la hora de vivir con otros.
Antes de que se me olvide quiero hacer una advertencia. Hay algunas personas inescrupulosas -léase hampones hijos de puta- que roban por internet a las personas que buscan vivienda antes de llegar aquí. En la red existen varios sitios donde usted puede ver apartamentos, cuartos compartidos, casas de familia y demás opciones para llegar a Australia con vivienda fija. Algunos son www.domain.com.au, www.gumtree.com.au, y http://www.share-accommodation.net/, entre otros.
Pues resulta que estas ratas de mala muerte andan rondando por estos sitios, entonces a través de falsos correos electrónicos, muy amables por cierto, engatusan a la gente. Como las personas que visitan estos sitios para buscar apartamento en ocasiones se registran, allí es cuando son contactados por los bandidos.
Ellos le envían un correo más o menos así:
«Hola, ¿cómo estás? Mi nombre es Sutanita la morronga y vi que estás buscando un apartamento en Australia; pues imagínate que precisamente yo tengo uno disponible para cuando viajes. Te adjunto las fotos. (En las fotos se ve que es un apartamento más bonito y amoblado que cualquiera de Paris Hilton) Yo debo rentarlo pues por ahora debo viajar fuera de Sydney y necesito que alguien lo ocupe. El apartamento está completamente amoblado, incluye internet, TV por suscripción, piscina, gimnasio etc.», Mejor dicho, le enciman hasta el gato.
Lo mejor de todo es que como «supuestamente» deben viajar urgente no exigen tantos requisitos a la hora de rentarlo. Lo traman a uno diciendo «Veo que eres una persona decente y tengo un presentimiento de que eres responsable y sabrás vivir bien ahí. Te adjunto el archivo con el documento de arrendamiento, mi pasaporte y demás datos que necesitas. Necesito que lo firmes, y me adjuntes una copia de tu pasaporte. Por el precio no te preocupes, dos semanas de depósito y dos semanas pagas por adelantado».
Mejor dicho la ganga es como para morderse el codo de la emoción. Uno salta de alegría al saber que ya tiene a donde llegar a Australia y lo mejor de todo, en apartamento propio. ¿Cierto Juanito?
De inmediato responde uno el correo.
«Hola Sutanita la morronga, me encanta tu propuesta, ¿qué debo hacer?»
Estos malditos juran ser gente seria, entonces envían los documentos para justificar la legalidad de la operación; allí uno firma, corre para que sea el primero al que le den el apartamento. Cuando todo está listo, la gente se pregunta: ¿y cómo pago? Entonces ellos simplemente le dicen:
«Mira si quieres puedes hacerme un giro a Londres a nombre de Sutanita la morronga. ¿Mmm… Londres? ¿Luego no estás en Sydney?. No, tuve que viajar de urgencia como te conté. Pero apenas me gires y yo confirme, te mando por correo certificado las llaves a Sydney. Simplemente las recoges y llegas a vivir a mi apartamento».
Lo demás los dejo a su imaginación…
Hay algunas personas que giran la plata.
Uyy echeverry como que me tumbaron!!!!
NUNCA HAGAN DESDE COLOMBIA O SUS RESPECTIVOS PAISES GIROS DE DINERO A PERSONAS DESCONOCIDAS PARA RENTAR VIVIENDA EN SYDNEY O EN OTRAS CIUDADES DE AUSTRALIA. EN EL 99.9876% DE LOS CASOS ES UN FRAUDE Y LA PLATICA QUE LE ROBAN ES BASTANTE.
Lo que yo recomiendo es llegar a donde un familiar, amigo, tío, sobrino, machuque, arrunche, amante o lo que sea, por lo menos por uno o dos días. Una vez aquí, va, conoce, escoge y si le gusta lo renta. En caso de que ya no tenga dónde llegar, asesórese de una agencia en Bogotá, o de alguien aquí – es más, pregúnteme si quiere – pero evite que lo roben.
La advertencia está hecha. Seguimos…
Una de las preocupaciones de todos los nuevones que venimos a Australia es el tema de la vivienda. Opciones hay según gustos y presupuestos. Desglosaré algunas de ellas aquí.
La primera de todas y la más segura en términos de comodidad, eficiencia y lugar fijo es llegar a un «home stay». En la casi todos los casos son casas de familia que para tener un ingreso extra reciben a uno o varios estudiantes extranjeros. Es la primera opción que le ofrecen las agencias en nuestros respectivos países pues además de las comodidades que ofrece tienen un margen de ganancia alto. De lo que puedo destacar, según testimonios de personas que han optado por esta alternativa, es que usted es un miembro más de una familia. Tiene su cuarto privado amoblado, baño privado, ambiente familiar – atendido por su propietario-. Incluso tiene rollo de papel higiénico privado. Aquí usted vive en una casa, y comparte en familia. También todo el tiempo habla inglés, lo cual es una gran ventaja, pues los propietarios son familias clásicas australianas. Así comienza a mejorar más rápido el idioma. Si usted logra entenderse muy bien con la familia puede llegar a ser uno más de ellos, entonces las aventuras no demorarán en llegar: salidas, paseos, vacaciones etc; y eso ayuda también cuando el demonio de la soledad ataca y usted no tiene nada para hacer.
Las casas están ubicadas afuera de la City generalmente, en los suburbios y usted podría estar viviendo a 10 minutos en tren o bus de la City en el más cercano, o a una hora o más. Aquí entre más lejos viva es más barato, pero por lo general un home stay no le baja de 250 dólares la semana (a la fecha de hoy), con un depósito de entre dos y cuatro semanas por adelantado.
De las cosas que no son buenas en esta opción son, además del costo, saber con qué familia se va a encontrar. Es decir, si usted da con una familia que lo considera un «hijo» más, será algo estupendo, pues hablará mucho con ellos, compartirán tiempos y espacios. Incluso puede estar de buenas y conseguir trabajo en caso de que la familia tenga niños pequeños. Pues puede negociar cuidarlos o recogerlos en la escuela, entre otras cosas, y le pagan por eso.
Sin embargo, si no da con una familia interesante. Usted podría ser el gato de la casa. En este caso, usted tendría las comodidades que le mencioné, pero estaría totalmente aislado. La familia no lo integra, ni le pregunta, ni le habla, ni nada. Simplemente le rentan el cuarto y punto. Sí, eso pasa.
Para concluir, cada casa tiene unas reglas que hay que cumplir. Pero ya eso se negocia con sus propietarios. En algunos casos no tiene sus propias llaves, debe llegar a timbrar y la hora máxima de llegada es a las 10:00. ¿Y si tengo la rumbita? Pues te jodiste.
La segunda opción – que considero la más acertada- es vivir en apartamentos o casas compartidas. En los sitios web que mencioné al principio de esta crónica encuentra uno habitaciones de todos los colores, sabores, olores, distancias, precios y tamaños. Aquí una persona le renta un espacio en un apartamento y usted vivirá con varias personas más. De muchas nacionalidades, personalidades, extravagancias y demás.
Esta opción es más barata (comenzando en 80 dólares por semana más dos semanas de depósito). De lo bueno que destaco es que por lo general usted vive con personas de otros países, donde predomina el inglés en el ambiente casero. Si usted es socialmente activo (entiéndase rumbero a la lata) pues aquí puede salir a donde se le dé la gana y llegar a la hora que se le dé la gana. Aquí no hay reglas de llegada o de salida. En casi todos los casos usted tiene sus propias llaves. Los apartamentos están equipados con sala, comedor, habitaciones con camas (mínimo dos camas por cuarto, aunque hay casos en que meten dos camarotes por cuarto); televisión por cable, internet gratis (aunque con todo respeto el internet en Australia me parece una mierda). La cocina tiene todos los implementos para preparar comidas, horno microondas, nevera, calentador de agua, lavadora y secadora. En general, son apartamentos con todo. Además, muchos están ubicados en conjuntos residenciales con acceso a facilidades como gimnasio, piscina, parqueadero, jardines para hacer BBQ’s, entre otros.
Los requisitos para rentar no son nada complicados (plata y ya). Hay muchas opciones para escoger, incluso en las calles de Sydney, especialmente en la City, donde vea un poste, allí verá avisitos de personas que rentan o buscan roommate (compañero de cuarto).
Lo que no es bueno en esta opción es que en muchos casos la gente vive hacinada. -Sí, está bien, exageré con la palabra, pero en ocasiones uno se siente así.- Lo que pasa es que en Australia existe, además del «Cartel de los cleaners», otro que he llamado «El cartel de los capataces». Y es que a estos personajes, que son los que rentan un apartamento ante las oficinas de arrendamiento «Real States» para decir que van a vivir tres personas, y luego lo subarriendan para meter a 10 más. Entonces uno se encuentra casos en que apartamentos de dos cuartos, donde deberían vivir como máximo cuatro personas, están viviendo hasta diez personas. ¿Cómo? Cuatro personas en un cuarto, cuatro en otro y dos en la sala. Sí, estos casos pasan. Y he oído de peores, en especial apartamentos con inquilinos asiáticos. De hecho el Gobierno trata de regular esto, pero son más vivos los que rentan y cuando programan una visita de las autoridades del Gobierno a los apartamentos. Estos meten todo en un depósito y aparentan que solo viven ahí dos personas por cuarto y nadie en la sala. Una vez se van los inspectores, vuelven a acomodar todo y regresan a la cruda realidad.
Obviamente diez personas en un apartamento es un desorden muy hijuemadre. Comenzando porque lo que le gusta al uno, al otro no le gusta. Y por lo general las personas no tienen un espacio para ellas mismas. Si trajiste el osito de peluche con el que duermes todas las noches, deberás dejarlo en el garaje pues no hay cupo en el cuarto. Si usted es una persona tranquila, que no le gusta mucho el ruido, el desorden, entre otras cosas, esta opción no es para usted.
En muchos casos usted tiene que comprar su mercado y meterlo debajo del colchón, pues no falta el «ratón» de dos patas que le gusta merodear en la comida de los demás, o secarse luego de salir del baño con la toalla del otro, y ni hablar del vecino de cuarto que llegó borracho a las cinco de la mañana y le da por prender la luz, el televisor, etc. Y también hay casos en que el roomate se comió una sopa de buitre con cabeza y todo, que le cayó mal y dejó ese baño oliendo a… mejor dicho, como para lanzar un fosforito prendido, explota todo el edificio.
La mezcla de culturas que es súper interesante en muchos aspectos (Idiomas, ciudades, experiencias, historias de países), en otras no lo es tanto (mañas, drogas, borrachera, pecueca, fumadores, ronquidos, chucha y demás).
Aquí la tendencia es vivir con personas de su mismo país colombiano con colombiano, chileno con chileno, indio con indio, chino con chino, entre otros. Pues así ya uno medio se conoce, y si hay problemas, son un poco más fáciles de solucionar.
Otra opción que clasifica en el tema de compartir es vivir en casas compartidas. Es decir, hay un administrador que renta cuartos en una gran casa. Cada cuarto es privado, con su propia llave. Amoblado con todos los juguetes, y con zonas comunales. Algunos tienen baño o lavamanos propio. Lo demás se comparte: cocina, baños, zona de lavado, comedores y salas.
Yo viví en una de estas hasta hace un mes y tuve experiencias positivas y negativas. De lo positivo que destaco es que tenía cerca todo. Mi trabajo estaba a cinco minutos caminando y la escuela a diez minutos. Era en la City. En esta casa vivíamos varios extranjeros. Había colombianos, ingleses, irlandeses, alemanes e indios. Aquí tenía un cuarto grande para tres personas, entapetado y con balcón. Tenía dos camas, televisor, DVD y un par de armarios. La casa tenía internet gratis, comedor y en la cocina había implementos para preparar comidas.
Además de mi trabajo y la escuela cerca, tenía supermercados, zonas comerciales, rutas de transporte (un paradero de bus al frente de la casa) y otras zonas de fácil acceso.
De lo que me pareció no tan bueno de vivir aquí fueron varias cosas. Cuando uno vive en una casa compartida por ende debe «compartir» casi todo. Aunque soy hombre y a l lado de las mujeres nosotros somos un poco menos asquientos y más tolerantes, había situaciones que francamente desesperaban. Por ejemplo, teníamos de vecinos a una pareja de indios y esta gente se la paseaba peleando a cada rato. Creo que se insultaban en indi y se tiraban cosas; el escándalo era horrible. No respetaban que uno estuviera durmiendo, incluso había unos días en que se correteaban uno detrás de otro por la casa. La gritería era aburrida hasta que un día los paré y les dije que dejaran de gritar y hacer escándalos que ellos no vivían solos.
A los británicos e irlandeses les gustaba armar sus rumbas los fines de semana. Había uno de ellos que le gusta en especial darse en la cabeza a punta de marihuana, entonces el olor por toda la casa era bastante fastidioso. Y muchas veces al otro día uno encontraba el reguero de la fiesta por toda la casa. También en la cocina a veces las personas cocinan y no lavan sus utensilios y quienes queremos cocinar nos jodemos. Y ni hablar de las neveras, a veces aquí también se desaparecían las cosas. Por esta razón opté por rentar una nevera para el cuarto, comprar algunos utensilios de cocina e incluso tener internet propio.
Como sólo hay una lavadora y una secadora, pues los turnos para el lavado a veces son largos, y en ocasiones la ropa se extravía , en especial las medias o la ropa interior; Hay casos en que uno termina con ropa de otra persona en el cuarto, incluso me quedé con algunas medias sueltas pues las compañeras se me perdieron.
Ya al interior del cuarto vivía con una pareja de colombianos, con lo que aún sigo viviendo en la nueva casa. Con ellos tuve algunas discusiones menores, pero nada que no se pudiera solucionar. Afortunadamente nos hemos llevado bien y nos apoyamos en muchas cosas.
Otra opción final puede ser rentar un apartamento propio. Pero aquí en este país hay demasiado trámite pues en el 99.43% de los casos se hace a través de los agentes de bienes raíces «Real states». Los dueños están tan ocupados en sus propias vidas, que dejan eso en manos de ellos. Los apartamentos tienen bastante demanda. Antes de llegar al que tenemos, nos postulamos a varios, pero ninguno resultó. Cuando íbamos a verlos, había varias personas detrás del mismo y así era con todos. De acuerdo con las agencias, el dueño es el que decide, según los documentos que presentan los posibles inquilinos. Aquí no se ven avisos en las ventanas de «SE ARRIENDA SIN INTERMEDIARIOS». Salvo en casos de contactos, con el tío del amigo, del primo que tiene un apartamento y lo quiere ceder. Aquí los contactos son de gran ayuda, y gracias a uno de ellos estoy viviendo ahora aquí en este apartamento.
Como conclusión recomiendo antes de buscar apartamento o cuarto para compartir, hay que ir a verlo, conocer sus inquilinos, hacer todas las preguntas que se tengan, por simples que sean. Mirar si tiene facilidades de transporte – hay sitios a donde no llegan ni burros para transportar a las personas y la caminada es larga-. Examinar los alrededores del sitio, supermercados, restaurantes zonas comerciales entre otros. Personalmente viví varios meses en la city, y me pareció el lugar ideal. Sí, hay mucho ruido, estrés, mucha gente, comercio por todo lado; cuando hay rumbas unas calles se ponen muy pesadas. Pero Bogotá es algo parecida y así me crié. Ahora viviendo por fuera, la tranquilidad es mucho mayor,pero no se ven muchas personas, sólo algunos gatos en las madrugadas, y muchas cosas quedan lejos, por ejemplo algo clave como el supermercado.
Por otra parte cuando vivía en la City gastaba en mi trabajo en las madrugadas una hora y diez minutos como máximo. Ahora debo sumarle aproximadamente una hora y media más, por el transporte.
Aquí retomo algunas ideas de negociación que vi en una clase en la Universidad. En toda negociación se debe estar dispuesto a renunciar a algo para obtener otras cosas. Nadie obtiene todo lo que quiere. Y en este tema pasa eso, en cualquier lado donde uno viva tendrá algunas ventajas, pero también habrá desventajas.
A la conquista!!!