«El refrán dice: al mal tiempo, buena cara. Pues ante la tragedia, el fútbol saca a relucir el lado fraternal y solidario de la humanidad»
El fútbol está de luto. El accidente aéreo que acabó con el sueño de gloria del Chapecoense ha impactado al mundo futbolístico. Una catástrofe que ha tocado los corazones de todos y cada uno de los que amamos el balón. Por sobre todas las cosas, este accidente nos deja la pérdida de vidas humanas y las terribles consecuencias que esto conlleva para familiares e hinchada.
Pero el club también ha perdido a la gran mayoría de sus activos mas importantes: jugadores, cuerpo técnico y directivos. Consecuentemente, peligra la sostenibilidad y la misma existencia del Chapecoense a futuro. Para terminar, la final de la Copa Sudamericana no se juega y queda el incógnito de quien será el campeón, en un debate entre lo moralmente correcto y los intereses comerciales y deportivos.
Por ello, la reacción del mundo futbolístico ha sido absolutamente fantástica. Más allá de los colores que defendemos, lo más importante es la solidaridad y fraternidad con aquellos afectados por esta tragedia.
De una parte, el gesto de Atletico Nacional solicitando que el Chapecoense sea coronado campeón es digno de aplaudir. La solidaridad de todos los clubes brasileños adoptando el escudo del Chapecoense y aseverando que prestarán jugadores para evitar que el club desaparezca deportivamente es algo increíble. Asimismo, voces de clubes del exterior demuestran que son acciones que van más allá de crear una buena reputación de marca; es solidaridad futbolística.
La ciudadanía, y en especial los hinchas, se han sumado a este movimiento. No solo en las redes sociales se han visto manifestaciones de aprecio, mensajes positivos y buenos deseos para las víctimas; hinchas colombianos han realizado manifestaciones en Bogotá y Medellín para acompañar este duelo de talla mundial. Otros hinchas han creado una petición para cambiar el nombre de la Copa Sudamericana a Copa Chapecoense. Asimismo, cientos de ciudades han incorporado el color verde en muchos de sus monumentos para solidarizarse.
Esto nos demuestra el potencial y capacidad del fútbol para movilizar y crear efectos inmediatos y globales. Si bien esto se dio en el contexto de una tragedia que no queremos que se repita, imagínense si clubes e hinchas trabajan mancomunadamente. ¡Cuánto podríamos crear en conjunto!
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Leía un refrán que decía «el fútbol es lo más importante de las cosas menos importante». A veces, sin embargo, supera cualquier credo o religión y nos une a todos (clubes, hinchas, medios y otros) para contribuir a una causa humana.
Eso, es el poder del fútbol.
¡¡Descansen en paz campeones!!