Supongamos que ya hiciste toda la tarea de investigación, buscaste por internet toda la información necesaria sobre tu nuevo destino, hablaste con amigos sobre tu viaje, planificaste los primeros meses e incluso ya empacaste la maleta.

Mudarse al exterior, ya sea indefinidamente o por un corto tiempo, es emocionante y aterrador. La emoción y la anticipación crece con el tiempo, lo que significa que en la fecha en que te vas tu adrenalina está por las nubes. No sabes si llorar o reir. Todas tus ilusiones se embarcan contigo en el avión y ahí emprendes tu nuevo camino.

A tu llegada, vives unos primeros días de luna de miel, todo te parece perfecto. Pronto, sin embargo, vas entrando en tu nueva realidad y te das cuenta que no todo es color de rosa y que los planes que habías hecho no van a funcionar exactamente como querías. Tal vez el apartamento que alquilaste por internet no es para nada como se ve en las fotos, o el barrio en el que estás no es el más amigable, o todo es más caro de lo que leíste. De repente te comienzas a hacer preguntas desde las básicas sobre cómo comprar el pasaje del metro, hasta las más complejas sobre cómo forjar estas nuevas relaciones internacionales.

Entras en pánico y lo único que te preguntas es cómo han hecho tus otros amigos en el exterior para tener tantos nuevos amigos, andar en fiestas y tener esas escapadas de lujo. Tú también quieres tener experiencias similares, pero no sabes ni por dónde empezar. Vas a pasar unos días, quizá meses, adaptándote a tu nuevo entorno y entendiendo cómo funcionan las amistades en tu nuevo país.

Lo que a uno no le cuentan, es que algunos de estos sentimientos se pueden superar e incluso prevenir si sabes cómo manejar tus expectativas antes y durante las partes más difíciles de esta experiencia. Aquí te paso algunos consejos.

1. Mandados de rutina se convierten en hazañas enormes en un país nuevo.

Analgésico, toallas, cafetera, tóner de tinta, baterías, un abrigo de invierno … necesitas de todo y no tienes idea de cómo o dónde conseguirlo. Puedes ser ingenioso y hacer una pequeña lista de lugares para preguntarle a tus vecinos o tu arrendatario.

2. El choque cultural es real.

Se manifiesta de diferentes maneras para diferentes personas, pero sin duda existe. Un días vas a querer cachetear a tu mesero por la forma como te habla. Otro día vas a renegar porque tus series favoritas no las encuentras por internet. En otra ocasión vas a sentirte asfixiado en tu pequeñitito apartamento y vas a lamentar no tener a nadie que limpie, planche o te haga la comida. Sea lo que sea, lo único que hay para hacer es aceptar tus nuevas condiciones como parte de tu nueva vida. Después de todo, ¿no querías algo diferente al mudarte al extranjero?

3. Hacer nuevas amistades toma tiempo.

Estás emocionado por tener nuevos amigos internacionales pero en lugar estás frustrado con la gente que tienes alrededor. Para esto lo mejor es visitar áreas fuera del circuito de expatriados o turistas y encontrar los pequeños lugares que la gente menos fiestera y más amigable frecuenta. Suscríbete a un grupo deportivo, asiste a meetups, conferencias locales, o curso de cocina. Esto te ayudará a relacionarte con otro tipo de gente más rápido, pero hay que ser paciente, amistades duraderas requieren tiempo para desarrollarse.

4. Sentirse perdido (en todos los sentidos) es normal.

Acepta el hecho de que ahora tendrás días donde pararás en una esquina con agotamiento y frustración porque no has podido saber dónde que esa cafetería que buscas. O puedes sentirte acongojado un día porque no entiendes qué dicen los letreros en el almacén. No te asustes. Toma pequeños pasos y pide ayuda.

5. Tu presupuesto desaparecerá más rápido de lo previsto.

Puedes pensar que tienes un montón de dinero en efectivo ahorrado, pero una vez que comience el pago de las visitas al médico, paseos en bus, taxis nocturnos, tasas bancarias y otras necesidades que no habías considerado, tu cuenta de ahorros va disminuyendo a pasos agigantados. Recuerda separar un dinero para imprevistos y no exageres pagando cocteles caros.

6. No todo lo que hagas va a ser divertido.

Simplemente porque es un país diferente no quiere decir que es una tierra mágica de sol y buenos momentos. Este es un lugar como ningún otro, hay seres humanos normales que también viven, luchan y prosperan. Haz todo lo posible por salir adelante, pero no te decepciones si cada día no es digno de compartirlo en Instagram.

7. la aclimatación completa a un nuevo lugar lleva varios meses.

No te mortifiques si no te adaptas inmediatamente a la nueva cultura. Entender, adaptarse y en realidad apreciar un lugar lleva más que algunas pocas semanas, así que relájate y disfruta del paseo. Todo lo que sentirás es normal. Al final de cuentas, sabes que en casa siempre tienes un lugar para volver.

Una versión de esta entrada fue publicada anteriormente en la revista de viajes Hayo.