Continúa la explicación de los hechos históricos que llevaron a que Daniel Ortega llegara al poder en Nicaragua. Alianzas con sectores importantes de la derecha, y la aplicación de ciertas medidas económicas definirían la crisis que ahora vive el país centroamericano.
Año 2006: la llegada al poder
Daniel Ortega aumentó su confianza en la derecha cuando logró estrechar relaciones con el Cardenal Miguel Obando y Bravo, antiguo enemigo de la revolución sandinista. Esta relación se afianzó cuando Ortega le pidió perdón a la iglesia católica por la represión en los años de la revolución, y se convirtió al catolicismo para oficializar su matrimonio con Rosario Murillo.
Así, la alianza con la derecha, el promover las reformas económicas de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la buena relación con la iglesia, y el apoyo de sectores de trabajadores y juventudes sandinistas, le permitió ganar las elecciones en noviembre de 2006.
Reformas económicas
Ejerciendo su presidencia en el año 2007, Ortega generó planes de reformas económicas que estuvieran guiadas bajo el modelo neoliberal, algo que levantó curiosidad y rechazo en ciertos sectores sandinistas. Se sabía que el nuevo presidente quería mantener una buena relación con el FMI, por lo que las privatizaciones y la economía de mercado eran las mejores opciones para mejorar relaciones a nivel internacional y acercarse a otro sector importante en la política doméstica: los empresarios del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP).
Entonces, el nuevo gobierno nicaragüense hizo todo lo posible para mantener las políticas que le recomendó aplicar el FMI. Por ejemplo, la realización de tratados de libre comercio con Taiwán, México o la Unión Europea. Mientras esto sucedía, el gobierno empezó a rechazar las demandas de los trabajadores y de sectores rurales, que pedían mejoras salariales y mejor calidad en los servicios de salud y la educación.
Ahora bien, de acuerdo con los informes de Transparencia Internacional del año 2008, en los primeros años del gobierno Ortega, se aumentaron las privatizaciones en muchos sectores de la economía. Mientras en los discursos el sandinismo acusaba a las multinacionales de ser actores que promovían la desigualdad y se robaban los recursos de los estados, por debajo de la mesa, se estrecharon relaciones con multinacionales energéticas, mineras y agroindustriales.
Año 2008-2019: Tensión y represión
La tensión también empezó aumentarse cuando se formó una alianza entre la Asamblea Nacional de los diputados sandinistas y los conservadores, para crear una ley que prohibiera completamente el aborto sin ningún tipo de excepción. Diversos colectivos de mujeres, así como organizaciones no gubernamentales, hicieron todo lo posible por revertirla. Pero Ortega y su esposa Rosario Murillo (vicepresidenta) reprimieron a estas organizaciones amenazándolos con enviarlos a la cárcel. Para justificar los ataques contra estos colectivos, invocaron argumentos religiosos de responder a una “misión” salvadora de rescatar a Nicaragua de las fuerzas del “mal”.
Por lo tanto, como lo menciona el historiador Éric Toussaint, desde el año 2008 hasta la actualidad, el gobierno ha seguido implementando reformas políticas de acuerdo con las exigencias del Fondo Monetario Internacional. No ha existido una reforma rural que mejore la situación del campo, tampoco hay políticas que mejoren la situación de los trabajadores de las zonas urbanas, y no hay voluntad para erradicar la pobreza y la desigualdad. Todo lo contrario, la ejecución de cada decisión viene acompañada de represión y coerción para subordinar a aquellos sectores que están en contra de Daniel Ortega y su gobierno autoritario.
La actualidad
Todos estos acontecimientos detonaron el año pasado, cuando el gobierno decidió implementar unas reformas al seguro social. Esto generó el malestar de los estudiantes universitarios, el sector empresarial y los trabajadores, que decidieron salir a las calles para dialogar con el gobierno, pero que fueron reprimidos violentamente por los cuerpos de seguridad.
Con el pasar del tiempo, Ortega aumentó la crisis interna al manifestar que que, en realidad, lo que se estaba planeando era un golpe de estado en su contra. Así, actores como la iglesia han decidido tener una posición neutral e intentar lograr una negociación entre la oposición y el gobierno. Pero la gente huye de su país en busca de refugio en otros lugares, pues las milicias armadas, el ejército, y la policía, generan terror en todo el territorio, y no hay estado que los defienda. Por el momento la solución se encuentra en la negociación, y en la fuerza civil que no aguanta más el autoritarismo de Daniel Ortega y su gobierno.