En cierta ocasión dije aquí que las comas son muy suyas, muy
bohemias, y a veces aterrizan en el sitio menos esperado. Efectivamente,
la Real Academia Española reconoce que este signo de puntuación es el
que más dudas plantea. Sin embargo, hay comas que son impepinables (o
sea, que no admiten discusión, según la definición que da la RAE de la
palabra ‘impepinable’). Así, igual que es incorrecto escribir este
pequeño y gracioso trazo entre el sujeto y el verbo -‘Juan, tiene un
coche’-, también lo es prescindir de él cuando un sustantivo (o un grupo
nominal o un pronombre) funciona como vocativo. Dicho así puede que no
lo entiendan, pero estoy seguro de que algunos de ustedes han cometido
ese error más de una vez.
Me basta con dar un paseo por el muro de Facebook, por el Whatsapp o
por la bandeja de entrada de mi correo electrónico para tropezarme con
esta mala costumbre casi a diario. Algunas personas se dirigen a mí por
escrito de la siguiente manera: «Hola Ramón». Esa escritura es
incorrecta, porque la palabra ‘Ramón’ está funcionando aquí como
vocativo, o sea, quien escribió eso se está dirigiendo a mí «de forma
explícita», según explica la Ortografía de la lengua española
(Espasa), de la RAE. También funciona como vocativo cuando alguien
pronuncia mi nombre para llamarme y a continuación darme cierta
información: ‘Ramón, tráeme eso’.
Da igual que en la lengua oral no se haga un pequeño silencio entre
el vocativo y el resto del enunciado: esa coma es obligatoria. El
maestro José Martínez de Sousa dice, en su Ortografía y ortotipografía del español actual
(Ediciones Trea), que hay casos «que apenas admiten discusión en cuanto
a la presencia de al menos un signo de puntuación» y señala, entre las
comas obligadas, la de los vocativos, «se haga pausa o se prescinda de
ella». La Ortografía de la RAE aclara que esa brevísima interrupción del discurso es muy frecuente, aunque no siempre se produce.
El manual de la Academia pone estos dos ejemplos para explicar en qué
consiste un vocativo: ‘Alberto, escribe bien’ y ‘Alberto escribe bien’.
En el primer caso, ‘Alberto’ funciona como vocativo: yo llamo la
atención de Alberto y le pido que escriba bien. En cambio, en el segundo
actúa como sujeto: Alberto es una persona que escribe bien. Y ahora yo
les pongo dos ejemplos de mi cosecha para que entiendan la necesidad de
esa coma y lo desacertado de no emplearla: ‘Ya está hecho, Ramón’ y ‘Ya
está hecho Ramón’. ¿Qué ocurre con la segunda oración? ¿Es que yo ayer no estaba hecho?
Hay que añadir que la coma se emplea incluso aunque el enunciado sea
muy breve: ‘Sí, señor’, ‘Ven, Rebeca’. Y si el vocativo está en medio de
la oración, se encierra entre dos comas: ‘Te he dicho, Alberto, que
escribas bien’. Ya les va quedando más claro, ¿verdad?
Por cierto, no sé si se habrán fijado, pero hace un momento he
escrito una coma antes de ‘¿verdad?’. Esa es otra coma impepinable. La
palabra que han visto entre signos de interrogación funciona aquí como
«apéndice confirmativo». ¿Y eso qué es? La RAE define esas muletillas
(‘¿verdad?’, ‘¿no?’, ‘¿eh?’, ‘¿ves?’…) de esta manera: «Expresiones
interrogativas de refuerzo que cierran algunos enunciados aseverativos».
En estos casos, el bohemio signo de puntuación tiene que escribirse
obligatoriamente. De hecho, si leen en voz alta eso de ‘Ya les va
quedando más claro, ¿verdad?’, se darán cuenta de que ahí sí que hacemos
una pausa con nuestra voz.
Lamentablemente, la coma del vocativo y la de los apéndices
confirmativos brillan por su ausencia en decenas de textos que leo todos
los días, especialmente en Facebook. Algunos podrían replicar que en
una red social no es importante respetar las normas de puntuación, pero
yo les respondo que quienes prescinden de la coma en esos casos no le
están faltando al respeto a la ortografía de manera consciente;
simplemente desconocen sus reglas más básicas, algunas de las cuales
-como las que hemos comentado hoy- son tan evidentes que no precisan
sino un poco de intuición por parte de quienes las ignoran. Y quienes
las ignoran lo hacen sin ningún rubor no solo en las redes sociales,
sino en cualquier texto que salga de sus manos. En fin, allá ellos.
Ramón Alemán
@Lavadoratextos
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