¿Qué decimos en el momento apoteósico de las fiestas de boda? ¿’¡Viva los novios!’ o ‘¡Vivan los novios!’? Nunca lo recuerdo, porque a esas alturas ya está uno con sus facultades lamentablemente mermadas. Me escribe un amigo para decirme que vio en una viñeta de Tintín una frase que no le hizo mucha gracia: «¡Vivan Tintín y Milú!». No le convence ese ‘vivan’. Dado que no puedo argumentar la respuesta por la vía de mi experiencia en asuntos de bodorrios, recurramos una vez más a los diccionarios.
Para empezar, les contaré que la frase está extraída de una de las peores aventuras del famoso periodista belga –Tintín en el Congo-, que, dicho sea de paso, escribió un solo reportaje en más de cuarenta años. Fue en el primer libro, titulado Tintín en el país de los sóviets. Eso de ponerle tilde a ‘sóviets’ (o a ‘bíceps’) lo hablaremos otro día.
Vamos al grano: algunos verbos -y sus variadísimas funciones- nos pueden volver locos, porque el español es tan complicado que se ha sacado de la manga estructuras que parecen hechas solo para fastidiar (pero no olvidemos que las inventaron, hace siglos, personas como usted y como yo). Es frecuente leer ‘habían dos coches’ donde debería leerse ‘había dos coches’, por poner un ejemplo.
Esa complejidad fue tal vez la que llevó a nuestro lector de Tintín a dudar cuando vio aquella frase. En el caso que nos ocupa, la palabra ‘vivan’ es la tercera persona del plural del presente de subjuntivo del verbo ‘vivir’ y concuerda a la perfección con el sujeto al que acompaña: ‘Tintín y Milú’. No deja de ser verdad que estamos hablando de una expresión que se aparta del significado común del verbo ‘vivir’, pero no por ello está exenta de cumplir las normas establecidas.
El Diccionario panhispánico de dudas, tan pedante a veces, explica que esta construcción se emplea en «fórmulas desiderativas de buena fortuna o que expresan aplauso u homenaje entusiasta a algo». Añade este diccionario de la Real Academia Española que el sustantivo, aunque pospuesto al verbo, funciona como sujeto. Vamos a darle la vuelta a la frase para que lo entiendan: ‘Tintín y Milú vivan’. Que nos caen muy bien, vaya.
Sin embargo, tengo la impresión de que lo que motivó la duda fue otra cosa: la interjección aclamativa ‘¡viva!’, que funciona siempre sin sujeto, siempre en singular, aislada, más sola que la una. Viene a significar algo así como ‘¡bien!’ y no encaja en la frase de Tintín porque allí sí había un sujeto. Lo correcto, por tanto, es ‘¡Vivan Tintín y Milú!’. En cualquier caso, hizo bien mi amigo en dudar: darlo todo por sentado no es bueno. Y no solo en lo que tiene que ver con la lengua.
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