Más de una vez he sido cruel en este blog con los periodistas -con los malos y con los regulares- por sus temeridades lingüísticas, algunas de las cuales son para tirarse de los pelos. Eso no quiere decir que crea que este gremio, al cual yo también pertenezco, tenga por costumbre maltratar nuestro idioma. En absoluto. Conozco a excelentes periodistas que se toman muy en serio eso que he dicho yo aquí en más de una ocasión: la lengua es nuestra herramienta fundamental. Uno de esos excelentes profesionales es Carlos García, un redactor de deportes -lo suyo es sobre todo el baloncesto- que el otro día me preguntó si consideraba aceptable la expresión ‘cosechar una derrota’. La respuesta es que se trata, en efecto, de una incorrección, pero no por los motivos que él argumentaba.

Todo empezó en Twitter, desde donde Carlos me lanzó estas preguntas: «¿Es correcta la expresión ‘cosechar una derrota’? ¿’Cosechar’ no entrañaría un sentido positivo?». A partir de ahí dio comienzo un pequeño debate al que se sumaron otros tuiteros. Uno dijo: «Tú cosechas para lograr algo. Las derrotas no se logran», y otro añadió: «No suena nada bien, pero es habitual entre los cronistas deportivos. Yo mismo la he usado muchas veces».

En estos casos lo mejor es irse directamente a los diccionarios, y eso es lo que yo hice. Dice el de la Real Academia Española que ‘cosechar’ significa, entre otras cosas, ‘ganarse, atraerse o concitarse simpatías, odios, fracasos, éxitos, etcétera’. Además, si buscamos la quinta acepción del término ‘cosecha’ nos encontramos con esto: ‘conjunto de lo que alguien obtiene como resultado de sus cualidades o de actos, o por coincidencia de acaecimientos’. El diccionario pone estos dos ejemplos: ‘cosecha de aplausos’ y ‘cosecha de disgustos’.

Parece, por tanto, que los argumentos esgrimidos por mi amigo Carlos García y por el tuitero que se aferraba al verbo ‘lograr’ no nos valen. Dicho de otra manera: sí se pueden cosechar cosas negativas, al igual que un agricultor puede cosechar una mala cosecha. Con esto está de acuerdo el Diccionario de uso del español, de María Moliner (Gredos), que pone este ejemplo: ‘Con todo su trabajo y preocupaciones sólo ha cosechado disgustos’. (Ese ‘sólo’ con tilde, que hoy se considera inapropiado, es cosa del María Moliner, que conste).

El refranero español también tiene una respuesta para nuestra duda: el famoso dicho ‘Quien siembra vientos cosecha tempestades’. Y no vamos a llevarle la contraria a nuestro refranero, ¿no? Ustedes podrían decirme que les suena más aquello de ‘Quien siembra vientos recoge tempestades’, pero hagan una búsqueda en Google -un eficaz espía de los usos de nuestra lengua- y se llevarán una sorpresa: 41 200 resultados con ‘recoge’ y 260 000 con ‘cosecha’.

¿Por qué digo, entonces, que la expresión ‘cosechar una derrota’ es incorrecta? Pues porque este verbo se aplica a un conjunto de cosas, y no solo a una. ¿Se imaginan a un hombre del campo cosechando un solo grano de trigo? Yo tampoco. Lo lógico es que coseche, al menos, varias decenas de kilos de ese cereal. El Manual de español urgente (Cátedra) dice que ‘cosechar’ se puede aplicar tanto a éxitos como a fracasos y a derrotas, «siempre que lo cosechado sea una pluralidad». Por su parte, Fernando Lázaro Carreter afirmaba, en su colección de artículos El dardo en la palabra (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores), que «puede haber una cosecha de fracasos o de derrotas, pero nunca de un solo fracaso o de una sola derrota».

Contestada la pregunta, no me queda más que agradecer a este viejo compañero de la prensa que se haya dirigido a nuestra Lavadora para resolver su duda. No he conocido jamás a un buen periodista que no haya dudado alguna vez a la hora de escribir. A aquellos que nunca lo han hecho -sean o no periodistas-, les transmito una recomendación de Alberto Gómez Font, excoordinador de la Fundación del Español Urgente (Fundéu) y actualmente director del centro del Instituto Cervantes en Rabat: acudan inmediatamente al psiquiatra.

Ramón Alemán
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