Sí, los niños hispanoamericanos, como los españoles, manejan con una naturalidad pasmosa todo tipo de artefactos electrónicos con los que yo ni soñaba en mi infancia, desde teléfonos móviles (‘celulares’ los llaman en Hispanoamérica) hasta ultramodernos coches teledirigidos –con estos sí soñaba yo–, pasando por tabletas y ordenadores portátiles. Y, claro, si los mayores que les regalan o les prestan esos aparatos a los niños de México, El Salvador, Nicaragua o Argentina llaman ‘laptop’ –una voz procedente del idioma inglés– al ordenador portátil, lo lógico es que los pequeños también lo llamen así. Y así lo llamarán, probablemente, los futuros hijos de esos niños.
Sin embargo, me temo que esta palabra (que nuestros hermanos americanos usan como femenina y como masculina) apenas es conocida en España. Aquí, que yo sepa, al ordenador portátil lo llamamos ni más ni menos que ‘ordenador portátil’, o ‘portátil’ a secas. De hecho, la vigésima tercera edición del diccionario de la Real Academia Española incluirá esta acepción (la de ‘ordenador portátil’) para la voz ‘portátil’.
Hecha esta introducción, vamos a ver si yo me precipité al decirle a mi consultante que la palabra ‘laptop’ tiene que ir en cursiva. Para empezar, la Ortografía de la lengua española (Espasa), de la RAE, dice que los extranjerismos crudos deben escribirse con ese tipo de letra, aunque tampoco considera un disparate ponerlos en redonda y encerrarlos entre comillas. Eso de dar por buenas las comillas podríamos discutirlo largo y tendido, pero hoy digamos simplemente que lo recomendable en estos casos es la cursiva.
Ahora bien, ¿es el término ‘laptop’ un extranjerismo crudo? Veamos qué dice al respecto la autoridad que debería tener la última palabra en este asunto, que no es otra, evidentemente, que José Martínez de Sousa. En su Manual de estilo de la lengua española (Ediciones Trea), señala el maestro gallego que las palabras extranjeras «no acomodadas ni adaptadas [o sea, los extranjerismos crudos, aclaro yo] se escriben de cursiva». Pero a renglón seguido añade esto: «Se escriben de redondo los extranjerismos empleados en su propio contexto, los cuales, por carecer de adaptación al español, son regularmente usados en ese campo de aplicación». Y pone, entre otros, estos ejemplos: ‘pizzicato’ (en el contexto de la música), ‘surf’ (en el del deporte), ‘in vitro’ (medicina) y ‘parking’ (urbanismo).
Y en su Ortografía y ortotipografía del español actual (Ediciones Trea), aclara Sousa que no deben considerarse extranjeras aquellas voces de otros idiomas «que se usen en español normalmente, hasta el punto de que, en general o en alguna disciplina particular, se consideren admitidas por el uso, aunque no lo estén por la Academia, y su sustitución por una forma española parece algo poco menos que imposible». Entran en esta categoría –y por tanto no se escriben en cursiva– palabras como ‘clown’ o ‘jazz’, para las que la RAE sí pide ese tipo de letra. El ortógrafo también propone la redonda para los xenismos, o sea, «extranjerismos que se utilizan en español con la grafía original y una pronunciación similar a la de la lengua de procedencia». Así que, si nos guiamos por el maestro, tampoco irían en cursiva, en contra del criterio de la Academia, voces como ‘whisky’, ‘marketing’ o ‘dossier’. ¿A quién le hacemos caso? Yo, a Sousa, sin el menor género de dudas.
Una vez sabido todo esto, analicemos esas diferencias entre España e Hispanoamérica de las que hablábamos al principio. ¿Se emplea en España normalmente la palabra ‘laptop’ para referirnos a un ordenador portátil? No. ¿Se considera admitida por el uso, como plantea Sousa? No. ¿Es posible sustituirla por un término español? Sí: disponemos de la voz ‘portátil’. Por lo tanto, ¿es necesaria la cursiva en ‘laptop’ si el texto ha sido escrito por un español y va dirigido al público español? En mi modesta opinión, sí.
Crucemos ahora el charco. ¿Se emplea en Hispanoamérica normalmente esta palabra para referirnos a un ordenador portátil? Sí. ¿Se considera admitida por el uso? Sí. ¿Es posible sustituirla por un término español? Sí, pero incluso el Corpus del Español del Siglo XXI, una novísima base de datos de la Academia que recoge los usos más recientes de nuestro idioma, da cuenta del éxito de ‘laptop’ en América, especialmente en México y su entorno, y eso que la propia RAE nos advierte que el citado corpus es en estos momentos apenas «un recurso en construcción».
En otras palabras, muchos americanos usan la voz inglesa porque les da la gana y aunque exista la posibilidad de emplear un término en español. Lo mismo ocurre con ‘marketing’ y ‘dossier’, vocablos que, como hemos visto, podemos escribir en redonda pese a que es muy fácil sustituirlos por las formas españolas ‘mercadotecnia’ y ‘expediente’. Por lo tanto, ¿es necesaria la cursiva en la palabra ‘laptop’ si el texto ha sido escrito por un autor de algún país de Hispanoamérica en el que todo el mundo sabe de qué se habla al usarla? En mi modesta opinión, no. Curiosamente, el Diccionario de americanismos sí la escribe en cursiva…, pero no hace lo mismo con la voz ‘lap’, apócope de la anterior. Ellos sabrán por qué.
Para concluir, ¿me precipité al decirle a la consultante que escribiera ‘laptop’ en cursiva por el simple hecho de tratarse de un anglicismo? Sin lugar a dudas, sí; pero puedo decir en mi descargo que mi ordenador, que de portátil no tiene nada –de hecho, es un dinosaurio electrónico–, me pone de los nervios con bastante frecuencia, especialmente cuando mi cuenta de correo (que fue el canal por el que me llegó la consulta) camina como una tortuga. Creo que ya va siendo hora de que me compre una laptop, y escribo la palabrita en cursiva porque, aunque mi tierra –las islas Canarias– es el rincón más hispanoamericano de España, lo cierto es que aquí nadie la usa.