Quienes hicimos nuestros trabajos de bachillerato con máquina de escribir, y no con ordenador, ya éramos grandecitos (que no es lo mismo que grandes hitos, como adivinaba el genial Daniel Rabinovich en un sketch de Les Luthiers) cuando el idioma español comenzó a verse invadido por una serie de términos relacionados con la informática que, en la mayoría de los casos, a mí me sonaban a chino: disco duro, bit, memoria RAM, software, hardware, Internet… De todos ellos, uno siempre me resultó especialmente chocante, aunque a estas alturas es tan de andar por casa que lo usan hasta los vendedores de perritos calientes. Me refiero a la expresión ‘por defecto’.

El hecho de ser grandecito cuando se produjo esta invasión es un dato importante: para entonces mi archivo léxico ya estaba lo suficientemente consolidado como para que yo tuviera bastante claro lo que significaba la palabra ‘defecto’, de tal manera que, cuando algún técnico informático –especie rarísima que comenzó a ser habitual en las redacciones de los periódicos en los años noventa del siglo pasado– me decía que mi ordenador hacía algo por defecto, yo entendía que el aparato estaba defectuoso y me preguntaba a qué esperaba el técnico para repararlo. Pero no: él te soltaba eso y se marchaba con su lento andar de extraterrestre despistado.

La expresión ‘por defecto’ es una mala traducción del inglés ‘by default’ y tiene bastante de falso amigo. Para quienes no lo sepan, un falso amigo es, según el diccionario de la Real Academia Española, ‘cada una de las dos palabras que, perteneciendo a dos lenguas diferentes, se asemejan mucho en la forma, pero difieren en el significado, y pueden dar lugar a errores de traducción’. La RAE pone como ejemplo una de las parejas de falsos amigos más famosas: ‘actually/actualmente’. Aunque pudiera parecer lo contrario, la voz inglesa ‘actually’ no significa ‘actualmente’, sino ‘realmente’, ‘efectivamente’ o ‘de hecho’.

¿Por qué no es buena la traducción ‘por defecto’? Bueno, ‘default’ significa muchas cosas, entre las que citaré algunas extraídas de varios diccionarios que tengo por aquí: ‘falta’, ‘defecto’, ‘estándar’, ‘descuido’, ‘negligencia’, ‘incumplimiento’ e ‘incomparecencia’. Les cuento que, después de que aquel técnico extraterrestre me dijera una y otra vez que el ordenador hacía algo por defecto, llegué a comprender que lo que quería decir era que aquello funcionaba así de fábrica o que seguiría haciendo lo mismo si no se alteraba de alguna manera su configuración.

Y es que cuando un informático anglohablante afirma que un ordenador hace algo ‘by default’ no quiere decir que lo hace ‘por defecto’ –en la acepción más común de este sustantivo, que es la de ‘imperfección’–, sino ‘de manera estándar’ o, hablando en plata, ‘si no le mandan otra cosa’. Sin embargo, la palabra ‘default’ es relativamente parecida a ‘defecto’ y, para colmo, ‘defecto’ es una de sus posibles traducciones, aunque no la más común. ¿Es ‘by default’ un falso amigo? Ahora lo sabremos.

Veamos la definición que da el lexicógrafo José Martínez de Sousa de ‘falso amigo’ en su Diccionario de usos y dudas del español actual (Ediciones Trea): «Término que tiene en una lengua morfología semejante a la de otro de una lengua distinta, pero cuyos significados son parcial o totalmente diferentes». ¿Qué les parece? ¿Dirían que ‘por defecto’ y ‘by default’ son una pareja de falsos amigos? Yo sí, porque, además –y como ocurre con ‘actually/actualmente’–, la expresión ‘por defecto’ ya tiene en español un significado propio y que nada tiene que ver con el ‘by default’ de los informáticos: según el Diccionario de uso del español (Gredos), de María Moliner, estamos ante una «expresión que, refiriéndose a una diferencia o inexactitud, significa que ésta consiste en menos». En similares términos habla Sousa en su Diccionario de usos y dudas. Aquí les va un ejemplo de este uso: ‘Calcularon mal, por defecto, el combustible que necesitaba la nave para llegar a la exosfera, por lo que el aparato cayó al mar’.

Sin embargo, todos sabemos que quien manda en esto de la lengua es la demoledora democracia del uso cotidiano: si una palabra o una expresión tiene éxito y acaba por imponerse contra viento y marea –contra lexicógrafos y correctores–, tarde o temprano habrá que darle nuestra bendición. La RAE ya lo hizo en 2001 con ‘por defecto’, que define en su diccionario de la siguiente manera: ‘automáticamente, si no se elige otra opción’. Y aunque la Academia restringe su uso a los ámbitos de la tecnología y la informática, yo se la escuché el otro día a una señora que hacía perritos calientes cuando le pregunté si les ponía mayonesa. Su respuesta fue esta: «Por defecto, no. Si nos lo pide, se la podemos poner».

¿Tenemos alguna alternativa para ‘por defecto’ que se adecue mejor a nuestro idioma? En el diccionario antes citado, Sousa –que califica de desacertada la traducción de la que estamos hablando– propone la locución ‘por omisión’, que describe así: ‘por falta de una orden distinta de la que viene definida’. A mí me parece una propuesta fantástica, y estoy seguro de que si hace veinticinco años aquel informático me hubiera dicho que el ordenador funcionaba de determinada manera «por omisión», lo habría comprendido a la primera. No obstante, mucho me temo que va a ser complicadísimo desandar lo andado y lograr que dentro de otro cuarto de siglo un vendedor de perritos calientes me diga que sus bocadillos los hace sin mayonesa «por omisión». En realidad (‘actually’), creo que para entonces los perritos calientes los hará directamente un ordenador.

Ramón Alemán

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