Al final no extrañaremos las palabras de nuestros enemigos, pero sí la presencia de nuestros amigos.
¿Sabía usted que consumir una hamburguesa sencilla de carne, requiere gastar lo equivalente a dos meses en agua?
El consumo de carne proveniente de la ganadería extensiva representa actualmente casi el 91% de la deforestación del Amazonas, el 40% de la contaminación de las aguas y la principal fuente de la masiva extinción de especies.
Como todo gran documental, (ya sabrá al final cuál es), la primera escena inicia con entrevistas a los gobiernos y alcaldías locales de los EE. UU., los cuales “se hacen los de la vista gorda” ante una situación tan crítica como la afectación que genera el consumo masivo de la carne de res a nuestro Planeta. Y esto por supuesto tiene que ver con intereses económicos ocultos y lo peligroso que puede llegar a ser el hecho de declarar en contra de la agricultura animal hoy en día.
Claramente, EE. UU. es uno de los países que más consume carne en el mundo en una escala industrial monumental. Lo anterior, acompañado de grandes extensiones de terreno que son utilizados para el cultivo de granos los cuales son necesarios para alimentar al ganado.
Es impresionante cómo el narrador de este famoso y controversial documental recibe respuestas evasivas y con mucho temor por parte de los directores de las principales ONGs ambientales a nivel mundial.
En Brasil han muerto más de 1100 líderes social que defienden abiertamente la Amazonía de la agricultura extensiva.
Una de las escenas más particulares, es en la que una familia de ganaderos que criaba vacas y cerdos para vender su carne, en un momento dicen en frente de la cámara que ellos se dedicaban a esta actividad justamente porque amaban tanto a los animales y que no creían que hubiera efectos negativos del metano en el ambiente…
La ignorancia también es parte del problema, sin duda alguna.
Por otra parte, muchos de los lecheros que son entrevistados aceptan directamente que la producción de leche no es sostenible, no lo ha sido y no lo será nunca. Y esto se debe a que se necesitan cientos de litros de agua para generar una botella de leche.
Y es que las matemáticas simplemente no dan, son demasiadas personas demandando este tipo de productos y no hay suficiente terreno disponible para lograr satisfacerla de manera sostenible.
Incluso, el documental revela cómo los directores ejecutivos de una de las principales empresas productoras de comida en EE. UU. se niegan a responder si las organizaciones como Greenpeace han sido financiadas por la industria de la agricultura extensiva.
Este punto es clave: en la gran mayoría de documentales siempre se muestra ese hilo económico invisible que ata a las grandes industrias pesqueras, ganaderas y lecheras, paradójicamente a las ONGs ambientalistas.
En pocas palabras: es muy difícil señalar que la única manera de salvar al Planeta es dejando de consumir animales, siendo que gran parte de la economía depende de ellos.
En el mundo nacen aproximadamente por día, 260.000 personas y paralelamente se requieren al menos 140.000 hectáreas para abastecer la demanda a diario.
¿Es esto sostenible?
La decisión de hacer una transición energética y de volvernos eco-sostenibles puede tomar muchos años, pero cambiar nuestros hábitos de consumo puede empezar el día de hoy.
Si nos ponemos a pensar, este cambio de cultura y de discurso nos devolverá los valores por los cuales nos denominamos seres humanos; la bondad, empatía, generosidad y sensibilidad hacia nuestro entorno.
¿Y de cuáles amigos será que estoy hablando en la primera frase del artículo?
Ahí les dejo.
Información tomada del documental: Cowspiracy
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