![Foto del autor: Lina Páez Otero Peña](https://blogs.eltiempo.com/laventanaindiscreta/wp-content/uploads/sites/878/2025/01/LINAFOTODOS-200x200.jpg)
Deforestación cero para 2030, eso decían.
A mediados de los años 70 en Brasil se desarrolló un proyecto vial que tenía como objetivo el desarrollo de las zonas silvestres para poderlas conectar a nivel nacional con la construcción de una carretera. No obstante, esta había estado bastante descuidada y abandonada en las últimos años.
Recordemos que donde hay vías principales, hay civilización y por ende, algún tipo de intervención (buena o mala) en el paisaje natural.
Lo que sucede es que la autoridad ambiental del país (IBAMA), recientemente dio la autorización para pavimentar una carretera, más conocida como la BR – 139 (que abarca aproximadamente 900 kilómetros), la cual tendría como objetivo conectar a la ciudad de Manaos con el resto de Brasil.
Esta es una zona de selva virgen, con una alta biodiversidad y con la presencia de grupos indígenas.
Expertos entrevistados aseguran que incluso, con todos los recursos internacionales, el panorama no pinta favorable para parar la deforestación en el país. Por supuesto que la pavimentación de esta vía le permite a los madereros ilegales tener un tiquete de entrada gratis a zonas donde en situaciones normales, les sería muy difícil acceder.
Las zonas vírgenes y de reserva son justamente especiales por eso, para que el ser humano no pueda llegar a destruirlo todo.
Cuando se nos dice que algo es inaccesible al turismo para su protección, ¡es por algo! Lo mismo sucede en estos momentos con Chiribiquete.
Aquí entran a jugar muchos actores aparte de los madereros: también se encuentran los mineros ilegales, ganaderos que no respetan la frontera agrícola, grupos al margen de la Ley, y todos nosotros como consumistas al final del día.
Adicionalmente, lo que se sabe hasta el momento, es que la licencia inicial no contempla muchos de los puntos necesarios y atenientes a los aspectos ambientales.
“Nuestra soberanía no es negociable” – Bolsonaro.
Esta es una frase que se le ha escuchado en reiteradas ocasiones al Presidente y en la cual me quiero detener. ¿Dónde queda la palabra co- responsabilidad en todo esto?
No es posible que en el cargo más importante que se tiene en un país a nivel de gobierno, haya tal nivel de ignorancia frente a un patrimonio mundial por naturaleza propia. El simple hecho que el pulmón del mundo esté situado en un país con tan deficiente administración, no tiene por qué perjudicar a todo el Planeta.
Brasil es y será responsable por lo que pase con la Tierra en los próximos años. Claro está, todos los países vecinos también jugamos un papel primordial, pero es que la mayor tajada de la selva se encuentra allí, ¡qué hacemos!
Leyendo sobre algunas visitas de investigadores y biólogos por la BR – 139, se evidencia cómo detrás de todo esto hay una gran estrategia política que busca por una parte, vender la idea de una mejora en la calidad de vida de las comunidades aisladas que allí se encuentran, y por la otra, facilitar el acaparamiento de tierras y títulos a como dé lugar.
Y aunque no lo crean, hay grupos de comunidades vulnerables que apoyan abierta y oficialmente la construcción de esta vía, es decir, no es solo el gobierno.
No estoy con esto diciendo que las comunidades que quieren progresar se vean afectadas, ni mucho menos. Pero por nada del mundo tiene lógica atravesar una vía sobre uno de los puntos más estratégicos de la selva.
Ojala puedan ver con sus propios ojos las imágenes…
Política y más política. ¿Por qué tiene que ser sinónimo de perversidad? Esto que está sucediendo mis queridos amigos, no es gratis, no es un simple gesto de Bolsonaro como arquitecto en potencia. Quedan pocos meses para las elecciones en Brasil y este pequeño permiso otorgado por la Autoridad Ambiental le da para algunos, punticos extras.
Desarrollo y sostenibilidad ambiental: dos conceptos que no hemos logrado casar de una manera inteligente.
Ah pero eso sí, en unos años estaremos lamentándonos cada decisión sin poder hacer nada al respecto.
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