Los gritos y los insultos sin argumentos pueden sonar muy fuerte. Las agresiones a la prensa son siempre una salida fácil. Pero el periodismo no debe amedrentarse nunca ni por los poderosos ni por los pequeños delincuentes.
Esta semana se hizo viral un video que grabé cubriendo la manifestación de los estudiantes frente a RCN Radio. La semana pasada vándalos y delincuentes atacaron las instalaciones de la emisora, utilizando como primer medio de manifestación la vía fácil. La violencia baja y el insulto cliché: “paracos, no dicen la verdad, desinforman”, etcétera. Con esas frases quedaron pintadas las paredes de la emisora la primera vez, y la ciudad esperaba que para la segunda movilización la Policía y el Distrito tuvieran listo un operativo más serio para proteger no solo al medio de comunicación y sus periodistas, sino a uno de los elementos fundamentales de la Constitución, del Estado de Derecho y de la libertad: la propiedad privada.
Pero eso no ocurrió. Los delincuentes tenían todo listo y coordinado. Hicieron sonar elementos estrenduosos para causar distracción y luego arrinconaron al pequeño escuadrón de policías que estaba frente a la emisora. Lanzaron bolas con pintura una vez más y empezaron a rayar todas las ventanas de las emisoras de la cadena. Yo estaba haciendo un cubrimiento para Blu Radio, emisora para la que trabajo desde hace un año. Y solo hice mi trabajo. Grabé en video y registré rostros de los vándalos que estaban atentando contra el establecimiento privado y contra la prensa. Porque el mensaje de fondo es ese. Un irrespeto irrelevante y bajo a la prensa y a los periodistas. Por lo menos por ahora no tienen el poder de hacer expropiaciones.
Desde que comenzó la coyuntura de las exigencias de los estudiantes y los rectores, los medios de comunicación y los periodistas libres y rigurosos hemos hecho un trabajo detallado y de fondo sobre la situación actual de las universidades, siempre con equilibrio y con veracidad. En Blu Radio, por ejemplo, Nestor Morales invitó a Jennifer Pedraza, la joven a la que el presidente del Congreso llamó con tono ridículo y restándole su autoridad en el tema, una simple “niña”. Eso sucedió un día después de la salida en falso de Macías en el Senado.
En Blu contamos también cómo 1.246 jóvenes beneficiarios de Ser Pilo Paga tuvieron que salir del programa porque por diversos motivos no pudieron permanecer por más de dos semestres en las universidades: manutención, costos de transporte, problemas familiares, etcétera. Estos jóvenes hoy le deben al estado más de $11.000 millones y esa deuda es un problema grave para sus familias. Estos pilos que merecían todas las oportunidades en un país lleno de talentos solo pudieron pisar los campus de las universidades de sus sueños por unos meses. Luego se retiraron y ahora, sin cartón, sin profesión y, muchos de ellos, sin trabajo, están endeudados con el Ictex. Una deuda que van a tener seguramente por la mitad de su vida.
También contamos como la mayor cantidad de recursos que recibe el Icetex tiene destino en las Universidades privadas. La Universidad Javeriana es la que más recursos ha recibido con al rededor de $200.000 millones, seguida de la Universidad Libre con $180.000 millones, y una muy especial: La Universidad Cooperativa que ha recibido, producto de los créditos a los deudores del Icetex, más de $166.000 millones. Pero no se encuentra acreditada. Lo que no es un impedimento para que el Icetex apruebe los créditos, pero sí era una barrera para Ser Pilo Paga.
Yo personalmente he entrevistado al rector de la Universidad Pedagógica, Leonardo Martínez, por lo menos en cinco ocasiones, a los estudiantes también durante las últimas semanas. Bien lo saben Álex Florez, Alejandro Palacios, Daniel Torres. Al profesor Pedro Hernández de Aspu, a la profesora Gabriela Delgado de la Universidad Nacional, y muchos otros líderes del movimiento. Y se que así lo ha hecho RCN, Yolanda Ruiz a quien admiro personalmente y La Fm que le ha dado también todo el espacio a las partes para que el debate se haga relevante y la sociedad pueda escuchar las demandas y las respuestas.
No pueden decir de ninguna forma sobre esta cobertura que hemos dicho mentiras. No pueden decir de ninguna forma sobre esta cobertura que hemos sido parcializados. No pueden decir de ninguna forma que somos comprados y defensores del poder. Y sí lo dicen con rayones ilegales en las paredes de nuestros medios, no son más que delincuentes ávidos de desorden que necesitan ser procesados judicialmente, porque la sociedad necesita orden, pero sobre todo respeto.
El joven al que grabé dijo ser defensor de Derechos Humanos. Nos pidió a los colegas de RCN y a mi que no registráramos los rostros de los vándalos. Y repito con convicción, no son nada más que vándalos. Nos exigió censura. Y la censura no debe ser jamás una posibilidad en Colombia. Yo lo cuestioné sobre su trabajo y su labor en la manifestación. Me respondió que era un defensor de Derechos Humanos de la Universidad Pedagógica Nacional. Pero no se puede entender que los defensores de Derechos Humanos defiendan el delito.
A él le ofrezco disculpas. No puedo decir que sea un vándalo porque no lo vi rayando las paredes, ni tirando bolas con pintura. Pero sí puedo decir que fue cómplice de los vándalos porque no trató de detenerlos. Nos detuvo a los periodistas. Cada quien sacará sus propias conclusiones.
Me han dicho en las redes sociales que yo los ataqué físicamente. Sigo esperando las pruebas, porque hasta tanto no lo demuestren serán simples frases sin sustento como las que rayan en las paredes de los medios.
Mi mensaje final es claro. El valor fundamental del periodismo es decir la verdad. No la verdad absoluta. Sino la versión más cerca posible de la verdad. Con sustento, con evidencia, con rigurosidad y con equilibrio. Y los medios libres y la prensa libre y los periodistas libres en Colombia seguiremos haciéndolo, aunque los poderosos y los pequeños delincuentes nos ladren con rabia y con violencia.
El periodismo se respeta.
@santiangelro