La historia del regreso no probado de los falsos positivos y  las publicaciones en la prensa internacional, insisto, deben servir como una alerta sobre la que todavía se requieren explicaciones. 

El general Nicacio Martínez estuvo en la cabina de La FM en una entrevista en la que no hizo falta ninguna pregunta. Fue cuestionado punto por punto sobre las denuncias de José Miguel Vivanco y por las historias de The New York Times, El País y AP.

El general, ya con cuatro soles en su hombro, contestó con integridad. Sin embargo, aún se necesitan investigaciones y respuestas más claras especialmente sobre las órdenes de pago a informantes que desencadenaron posibles ejecuciones irregulares, y con prevalencia en el caso de la niña indígena Nohemí Esther Pachecho Zabata, presuntamente dada de baja como miembro de las Farc en el 2006 por la décima brigada blindada. 

Pero, como es más rentable levantar el dedo para acusar a los miembros de la Fuerza Pública, no muchos se preocupan por la suerte de quienes ponen el pecho y arriesgan la vida para garantizar la seguridad en un país infestado de actores armados y el motor del narcotráfico que todo el tiempo genera violencia asesina en las regiones profundas. 

En cantidad, Colombia tiene uno de los ejércitos más potentes del mundo. Este país tiene cerca de 500.000 soldados con 46 millones de habitantes. Mientras que Estados Unidos con más de 300 millones de ciudadanos tiene un ejército de cerca de un millón de activos que se distribuyen en varios conflictos en el mundo.

El salario de un soldado profesional hoy es de entre $ 1.100.000 y $ 1.800.000. El total depende de la antiguedad. A esa suma se le descuentan los montos de la seguridad social y los créditos con los que los soldados se hayan endeudado voluntariamente. Pero hay un descuento más, en buena parte de los casos. 

Desde hace varios años y, sin que se haya solucionado el problema hasta ahora, a varios soldados les aparece en su desprendible de pago un pequeño descuento que puede variar desde $ 20.000 hasta $ 100.000 pesos, por cuenta de pólizas exequiales o seguros jurídicos que nunca autorizaron y por los cuales jamás firmaron un contrato. 

El descuento se materializa cada mes y a veces pasa desapercibido. Pero no todos los soldados se quedan inmóviles. A algunos un pequeño descuento les acaba la estabilidad económica. No son grandes salarios. Y entonces se quejan ante la Unidad de Nómina del Ejército que es la encargada de administrar los recursos y realizar los desembolsos. 

En uno de los casos, los descuentos se llevan realizando desde hace seis años sin que el soldado haya utilizado ningún servicio de los supuestos seguros que está pagando sin su aval. 

Nómina hace el pago directamente a las compañías y los soldados solo reciben la notificación en su desprendible. Un gran negocio. 

Según las denuncias, las firmas que son más comunes en los supuestos seguros son GM Y Romero Abogados Consultores, Prevención Legal y Recordar. Sobre estos casos ya hay solicitudes de investigación en la Fiscalía General y el Ejército conoce también los hechos. Pero los expedientes siguen dormidos al tiempo que alguien se enriquece con facilidad.

En una grabación de una llamada a una de estas compañías, un soldado trata de pedirle información a la asesora en el otro lado del teléfono, y esta le asegura que no aparece como beneficiario del seguro en la base de datos de la empresa. Contra toda lógica, en el desprendible de pago aparece el descuento irregular. Es decir que el soldado paga por un servicio que nunca autorizó y al que no puede tener acceso porque no aparece como cliente. 

(Vea: Descuentos irregulares a soldados en el Ejército abren dudas sobre transparencia /Santiago Ángel- La FM)

Los militares tienen varias preguntas, pero sobre todo dos que no han podido responder los administrativos de la Unidad de Nómina. ¿Por qué Nómina de Ejército autoriza estos pagos que son a todas luces irregulares? y ¿cómo hicieron las empresas para acceder a las bases de datos con la información de los nombres y las cédulas de los soldados y generar sin contrato alguno los descuentos de los que solo se enteran los soldados una vez reciben su salario?

El Ejército contestó negando cualquier tipo de inconsistencia. Lo cierto es que si este es un problema masivo, podríamos estar hablando de miles y miles de millones de pesos en descuentos para seguros y pólizas que firmaron las plumas del viento. Hace falta una seria auditoría de la Contraloría General que pueda encontrar a los responsables y determinar si se trata de corrupción. 

Los soldados honorables del país merecen ser tratados con dignidad. Y estos hechos lo único que generan es desconfianza, indignación y dudas sobre transparencia. Seguiremos investigando. 

En otro tema: Más allá del debate moral, las altas cortes del país parecen haberse alineado para convertirse en la gasolina de una constituyente promovida por el uribismo. ¡Qué gran riesgo en el que estamos hoy! Un país más polarizado y sin un norte claro que nos permita trabajar unidos para construir.

@santiagoangelp