Cecilia López Montaño, en su columna de El Heraldo del 5 de abril del presente año, casi que en un lamento, decía que ameritaba una seria reflexión el hecho de que el Pacífico tenga 5 candidatos a la vicepresidencia y el Caribe, cero. Me parece que es un triste “triunfo” de las comunidades afro, quienes, en mi concepto, son sólo un instrumento oportunista de los candidatos para captar adeptos de ese sector de nuestra población, imitando a los norteamericanos con Joe Biden y aprovechando la estela que dejó Barack Obama.

Tal vez, sea una excepción el caso de Francia Márquez, quien se ganó a pulso su designación. Pero entonces no es un triunfo desde ningún punto de vista, pues el vicepresidente va a ser un ministro más que se convierte en una piedra en el zapato del presidente. Sin llegar al extremo de la ausencia permanente del primer mandatario.

En lo que sí estoy de acuerdo con Cecilia es con la falta de liderazgo de los políticos costeños, comenzando por ella, quienes parecen no creer en ellos y creo que son felices con ser “amigos” del antioqueño o bogotano que llegue a la presidencia. Que éste los nombre en su burocracia, les dé contratos, los deje pasar a la Casa de Nariño, se tome la foto con el brazo sobre su hombro y lo atienda a cuerpo de rey cuando venga a cualquier ciudad de la costa. Ellos sólo aspiran al congreso y se contentan con pertenecer a la mesa directiva del senado o la cámara o  acomodarse en las comisiones que manejan presupuesto.

Nombra Cecilia a Álex Char y Barguil. Sin embargo, el segundo perdió, al igual que Petro, sus raíces costeñas. Ni hablar de Char, quien se siente feliz con su gorrita y su informalidad; además de la fobia que parece tenerle a hablar ante grandes multitudes. Creo que él aceptó la postulación para impulsar a un antioqueño que lo que le falta de verdadero líder y conocedor de la realidad colombiana, lo compensa con el empuje que tienen los paisas, quienes son parecidos a los personajes de Tomás Carrasquilla.

Por ejemplo: Simón Pérez, protagonista del cuento Qué pase el aserrador, quien da muestra del paisa astuto que nunca dice que no sabe hacer algo. En su deserción de la guerra del 85, para la cual fue reclutado, se escapa con un indio por la región del Nus y, al pasar por un aserradero, piden trabajo y les contestan que lo que necesitan son aserradores. Simón Pérez, como buen paisa, enseguida dice que él es un experto; mientras que el indio dice que no sabe aserrar y no se sabe, si murió de hambre, pues tiene que seguir su camino. Con artimañas, cuentos, dichos y música, el falso aserrador, se gana a la familia del Conde. Posteriormente, hace un trato monetario con el verdadero aserrador, con el que sale a cortar árboles de comino, aprende y es el aserrador que más gana.

Federico Gutiérrez es ese paisa que ataca y luego escucha lo que piensa hacer cada uno de los demás candidatos, para absorber esas ideas como una esponja. Y la gente, por el temor de no ser como los venezolanos o no salir de su zona de confort, sin pensar, habla del fenómeno Fico y los empresarios, y a los que les gusta la música del “Picó”, salen detrás de la caravana del próximo presidente. Sin pensar. La #CaravanaBacana.

Yo he estado en Medellín y me he bajado en la comuna 13. Sin embargo, no entiendo cómo viven todas esas familias entre pequeños callejones de interminables escaleras. ¿Cómo hacen los discapacitados? ¿Ahí no aplica la inclusión? Asimismo, se ve un libertinaje que lo reflejan las series y películas grabados en la ciudad, la cual es muy hermosa en algunas partes, pero parece que los gobernantes de Medellín y Antioquia no caminan por esos lados. Las partes que he conocido de Pereira, Armenia y Manizales son pocas, por lo que no tengo suficientes elementos de juicio para opinar al respecto. El lugar que veo por televisión que tiene parecido con esas comunas de Medellín, es Ciudad Bolívar, en Bogotá. ¿Y qué hay del Urabá antioqueño? Entonces, ¿si no han hecho por su ciudad y su región, qué quedará para el resto del país?

Todo apunta a que el gran Fico va a ser un presidente al estilo Duque o Pastrana. Este último, que no dejó llegar a la presidencia a un hombre de la talla de Horacio Serpa Uribe, con quien Colombia hubiese estado en mejores condiciones. Y no vengan a hablar del proceso 8000…

Insisto, desde que mataron a Galán, se acabaron los líderes. Y Colombia va a la deriva, lastimosamente. Y en la Costa Caribe, pasarán muchos años para que salga alguien con liderazgo o quiera a la región. No es por falta de capacidad, como dijo el exsenador Uribe en uno de sus innumerables trinos: “Los costeños son la población menos intelectual del país, es por eso que esta región de Colombia está sumida en la pobreza. Tampoco les gusta trabajar, por eso hay en estos momentos un nivel muy alto de miseria en la Guajira. Con el centro democrático cambiaremos”. Se nota que fue un trino anterior a todos los mandatos de ese partido, que ha dejado a Colombia en una Venezuela maquillada.  Y sí, a la Guajira la cambiaron: la volvieron más pobre, a pesar de su riqueza. Y no confundamos el folclorismo del costeño con la falta de intelectualidad y la pereza. Esta región es rica en conocimientos y en laboriosidad.

Finalmente, quiero decir que no sé por qué, en vez de Char, no lanzaron a Eduardo Verano De La Rosa, quien ha demostrado talante y conoce las regiones de Colombia y sus necesidades.