Conocido el resultado de la primera vuelta en la elección de presidente, para el periodo 2022-2026, en Colombia sigue la incertidumbre, porque si hubiesen quedado Petro-Federico o Petro-Fajardo, sabríamos a qué le apuesta cada uno. Pero con Rodolfo Hernández no se sabe a ciencia cierta qué va a pasar.
Rodolfo Hernández ha hecho una campaña por redes sociales con un solo pregón: “Voy a combatir la corrupción”. Pero no dice qué acciones va a tomar. Con decir que tiene “el alma limpia”, no se acaban los problemas de un país. Y nadie en este mundo puede decir que no ha pecado. Como dijo Jesús: “El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”. Y Rodolfo Hernández sabe que no puede lanzar ni un terroncito. Al igual que Gustavo Petro.
Yo voté por Gustavo Petro, pero hay muchas cosas que él tiene que cambiar en su discurso y en los hechos, si llega a ser presidente. Tiene que comprometerse y cumplirle a todos los colombianos. Pienso que si él bautizó su proyecto de gobierno como “Pacto Histórico” es porque sería un acuerdo con todos los ciudadanos que tienen que ver con este sufrido país que ya no aguanta más corrupción, que necesita obras que vayan en pro del bien común, que se atenúe el hambre y las necesidades. Que no sufra más el medio ambiente, que se cambie el cultivo de drogas ilícitas por productos que nos alimenten a todos y nos quede para exportar. Que se reúna con todos los líderes del país, incluyendo a todos los expresidentes, congresistas, grupos al margen de la ley… que estos se resocialicen, que se firmen acuerdos de paz; que llegue a acuerdos con los productores de petróleo y carbón, sin perjudicar el medio ambiente con el Fracking. En fin, que todos vayamos hacia un mismo lado. Que se les dé a los más pobres un subsidio acorde con las finanzas del país, mientras se les capacita para trabajar. Es decir, no es que se sienten a esperar el pescado, es que aprendan a pescar y se vuelvan productivos con programas impulsados por el Estado.
Y, si es Rodolfo Hernández, lo mismo, pero que salga a la plaza pública y asista a debates en donde se van a presentar programas, no a atacarse sacando la miseria que encuentren en el pasado de cada uno. Ya todos estamos asqueados de tantas afrentas en donde el que queda mal es el país.
Esta es la última esperanza que le queda a Colombia, porque si el que sale elegido no cambia a Colombia, parodiando a Gabriel García Márquez: “Las estirpes colombianas condenadas a cientos de años de soledad no tendrán por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.