EN PAZ

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida
;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡Mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

Amado Nervo (Mexicano)

 

Este poema de Amado Nervo, cuyo nombre verdadero fue Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo, fue escrito en 1916 y nos muestra la tranquilidad de sus últimos años en este mundo. En él da gracias a la vida por lo que recibió durante ella. No culpa a nadie de nada. Considera que fue él el responsable de lo bueno y lo malo que vivió.

Y así debe ser. Desafortunadamente, mucha gente en nuestro país vive según sus conveniencias. No asumen las consecuencias de sus actos y pasan echándole la culpa de lo malo a los demás. Es decir, sólo aceptan las mieles. La hiel se la dejan a otro.

El domingo 19 de junio de este año, los colombianos debemos asumir la responsabilidad de entregarle el poder durante 4 años a Gustavo Petro o Rodolfo Hernández para que saquen a Colombia adelante o la dejen sumida en la más grande desesperanza.

Particularmente, pienso que más del 50 % de los colombianos, por ignorancia o por no investigar, actúan impulsados por sentimientos y pasiones; las que, como tal, no dejan razonar y darse cuenta de que un país no se arregla expidiendo decretos para quitarle a los congresistas y otras personas que necesitan o no, sus camionetas y su esquema de seguridad; así como al no hacer ceremonia de posesión. Ese no es el dinero que está desangrando al país, social y económicamente. La fiebre no está en las sábanas. Y el señor Rodolfo Hernández no va a saber resolver los verdaderos problemas de Colombia. Con él corremos un enorme riesgo de irnos a un abismo peor de los que hemos caído una y otra vez desde hace muchos años con los presidentes que han pasado por la Casa de Nariño y hoy no se acuerdan de lo que hicieron o dejaron de hacer y ahora aconsejan, deciden por quién votar y exigen realizar lo que en su momento dejaron de llevar a cabo. Porque, si ellos hubieran hecho un buen trabajo, nuestro país no estaría en la horrible situación en que estamos. Y, estos señores se convierten en jueces y mueven a la gente que los sigue ciegamente, sin cuestionarlos. Viviendo de unas realizaciones inexistentes.

Para Colombia, esta es la última oportunidad que viviremos en muchos años, porque Colombia le teme a la libertad. Somos, como dice Luis Carlos «El Tuerto» López en su poema “A mi ciudad nativa”: “Una caterva de vencejos”. Ya pasó la época de los Bolívar, Santander, Nariño, Galán el comunero, La Pola y tantos próceres que expusieron y ofrendaron sus vidas para que las siguientes generaciones, entre ellas la nuestra, fuésemos libres y tuviésemos una vida mejor. Su sacrificio fue en vano porque a cambio de los españoles, quedamos en manos de “Criollos” esclavistas. Es hora de despertar. Es hora de no escoger a Barrabás. Nuestros hijos y nietos merecen una vida mejor que la que hemos vivido nosotros. Es el momento de que los Uribe, Duque, Pastrana, Gaviria, Fajardo, Gutiérrez, los liberales, los conservadores, los de Cambio Radical, Los Char, Los del Centro Democrático, Los Galanistas y otros partidos muestren un gesto de nobleza por nuestro país. La historia lo exige.

Qué la ilusión que vivió Colombia con Gaitán y Galán se pueda volver una realidad con Petro. Dejemos de censurar todo lo que dice o hace este candidato. Aceptemos que sus inmensas ganas de ser presidente se las dan el gran amor por los menos favorecidos del país. Que quiere mejorar las condiciones de vida de todos. Que es un hombre inteligente y preparado para dirigir nuestra nación, porque la conoce y siempre ha dado una gran lucha contra la corrupción, exponiendo su vida. Que la campaña oportunista de desprestigio, miedo y odio de muchos, entre ellos la los medios de comunicación, es un temor que no se sabe cuál sea su razón. Será que la estrategia del Florero de Llorente no la han debido hacer los que entregaron sus vidas por darnos la libertad que hoy tenemos. Y qué decir de lo que tuvo que hacer Bolívar y todos nuestros héroes para vencer a los ejércitos que nos tenían sumidos en la oscura represión y esclavitud .

¡Dejemos el egoísmo para que cese la horrible noche!