“Cuando el último árbol sea cortado; el último río envenenado y el último pez pescado. Sólo entonces, el hombre descubrirá que el dinero no se come” (Proverbio de los Indios Cree)

Se cree que durante la Patria Boba, Colombia perdió por los enfrentamientos entre los patriotas, que defendían el régimen federalista, y los partidarios del centralismo. Sin embargo, la historia ha demostrado que esos enfrentamientos fueron de mucho provecho, porque ayudaron a forjar las bases posteriores de nuestra democracia, después de librar unidos la última batalla por la libertad, el 07 de agosto de 1819, en el emblemático Puente de Boyacá.

Casi 203 años después de haber alcanzado la emancipación definitiva del yugo español, en los que en los últimos 50 hemos tenido a gobiernos regulares, malos y pésimos, en los cuales se ha desangrado a Colombia y se ha hecho creer que algunos presidentes han sido los redentores de un pueblo que ha sufrido la miseria por culpa de la corrupción, el desgobierno, el enriquecimiento ilícito de los dueños del poder, sus familias y sus amigos, mientras que la gran mayoría de la población colombiana se ha sumido en la miseria, la desesperación y la desesperanza.

El país tocó fondo y ya no quiso más de lo mismo. Por eso, dio un giro hacia lo que llaman: la izquierda. Y, cansado de que le inculcaran un miedo irracional que lo petrificaba. Hastiado de que lo hicieran ver en el espejo de un inexistente Castro-Chavismo y de comer lo que dijo el Coronel que comerían, él y su mujer, cuando perdió toda esperanza porque le mataron el gallo, ese pueblo se lanzó a recoger lo último que le quedó a Pandora: la esperanza. Era ahora o nunca.

Hay incertidumbre. Todo lo nuevo produce angustia, ansiedad…

Pero, no podemos dejarnos vencer de esos sentimientos. Hay que tener fe en Dios. Pidámosle sabiduría e inteligencia para Gustavo Petro. Que sea Él quien realmente dirija el país durante estos 4 años. Que reprenda a los enemigos de la patria para que dejen gobernar. Ellos han tenido muchos años de gobierno y lo que han sembrado es la desigualdad. No quieren dejar su zona de confort. Y no les importa el futuro de sus hijos ni de sus nietos, porque como dice el proverbio de los Indios: llegará el momento en que si seguimos atentando contra el medio ambiente, nos tendremos que comer el dinero. Pensemos en las futuras generaciones y no en nuestra comodidad.

Dejemos de aferrarnos a la economía extractiva y sembremos alimentos. Protejamos nuestras selvas, nuestros bosques, nuestras fuentes de agua. Dejemos gobernar a Petro. Dejemos descansar a los expresidentes para que se retiren a disfrutar los mejores años de sus hijos y sus nietos. Qué esos expresidentes y congresistas que han estado alejados de sus familias aunque vivieran en la mismas casas sean como los consejos de ancianos que han tenido las tribus ancestrales.

¡Qué se acabe el odio de una buena vez! ¡Nuestras futuras generaciones necesitan un verdadero gesto de nobleza!