En estos días me enviaron un video por whatsapp en donde hablan de una persona que dice que lo malo que les pasa a los demás, no es problema de ella. No es su negocio. Y el sacerdote que comenta esa situación dice que el problema de los colombianos no es la violencia, el hambre, la pobreza: es la apatía. A los colombianos no nos importa el dolor del otro. Sobre todo, los grandes empresarios y las personas que pertenecen a la clase alta, quienes envían a sus hijos a estudiar al exterior y, en el mayor de los casos, los dejan en esos otros países. Así mismo hacen con la mayoría de sus capitales. Por eso, personas como Mario Hernández, se expresan tan despectivamente al referirse a Gustavo Petro, nuevo presidente de Colombia. Hernández dice que él se va en cualquier momento si ve que la situación se aprieta. Y, claro, él se puede ir porque lo más probable es que la mayor parte de su capital (que ha sacado de Colombia) y su familia está en el exterior. Y lo que pase en nuestro país: “It´s not his business”.

De la misma manera, hay personas como María Fernanda Cabal que cree que hay que “ser opositor” sin motivos, porque Gustavo Petro aún no ha asumido, y fenómenos económicos como la inflación, el precio del dólar y la recesión no es sólo de Colombia, sino de muchos otros países. Casi que mundial. La senadora se ha dedicado a CENSURAR (La crítica construye, la censura anula) todo lo que tiene que ver con Gustavo Petro, sin que se haya ejecutado nada por parte del gobierno electo. Abrió un twitter con el nombre de: SOY OPOSITOR, en donde escribe trinos que, en muchas ocasiones, tratan de incendiar el país, sin razón. Da la impresión de que hubiese comenzado a hacer campaña para el próximo periodo presidencial. Sorprende ver que todo lo que hoy le reclama a Petro, lo dejaron de hacer los presidentes anteriores, comenzando por su jefe político.

Sus trinos son salidos de contexto, porque Petro, a diferencia de lo que esperaban al aceptar diversas fuerzas políticas, está escogiendo un gabinete técnico, preparado, pasando por encima de su partido; el cual, con excepción de Gustavo Bolívar, ha entendido que primero está nuestra nación con sus pobres y sus desposeídos. “Los Nadies” de los que habla Francia Márquez. A quienes les toca “vivir sabroso”. Una frase con una gran profundidad, que muchos no han comprendido; porque la toman como indica la palabra de moda: “literalmente”.

Cada presidente tiene la libertad constitucional de escoger la gente que lo va a acompañar en su mandato. Todos lo han hecho. Ahora, Uribe, Cabal, Paloma Valencia, Lafaurie, Margarita Restrepo, Vicky Dávila y todo el Centro Democrático quieren decidir sobre quién nombra Petro. El caso más sonado es el del ministro de defensa, a quien han tratado de echarle a las fuerzas militares encima. Como también lo hicieron en el diario El Heraldo, de Barranquilla, el periodista Óscar Montes y el columnista Rafael Nieto Loaiza. ¿A quién le pidieron concepto Pastrana, Uribe, Santos, Duque y todos los demás mandatarios para nombrar ministros de defensa en su época?

Lo que están es tratando de crear malestar en los militares para propiciar un golpe de estado o que se nombre un ministro guerrerista, que siga con el derramamiento de sangre por parte de colombianos de las clases más bajas, que son los que se enfrentan entre sí y ofrendan su vida por quien está detrás de un escritorio recibiendo dinero y tomando whiskey. No dejan construir la paz con todos los actores de esta guerra sin sentido. De la manera que lo exija, constitucionalmente, cada una de las partes de los conflictos. Este país, definitivamente, necesita y merece la paz.

Ahora quieren decirle a Petro lo que debe hacer, cuando ellos tuvieron miles de oportunidades para hacerlo y nunca lo hicieron. Nunca tuvieron en cuenta a los menos favorecidos.

Dejen trabajar al nuevo gobierno y trabajen ustedes que para eso los eligieron y les pagan. Dejen de ser el palo en la rueda. ¿O es que les da miedo que Petro haga una excelente gestión y queden mal parados ante el país?

De igual manera, tienen la cantaleta de que Petro fue guerrillero y las FF. MM. están molestas porque su jefe supremo va a ser un exguerrillero. Sin embargo, los militares no son deliberantes y deben cumplir la voluntad del pueblo. Además, todos los próceres tuvieron que luchar contra los españoles por nuestra libertad y en cierta forma fueron insurgentes. No es que yo esté de acuerdo con las malas prácticas de la guerrilla, así como tampoco estoy de acuerdo con los falsos positivos, los cuales tuvieron que ser ordenados desde arriba.

Entonces, démosle tiempo a Petro y trabajemos por un mejor país. No hay que ser opositor sin saber si lo que va a hacerse es bueno.

Y, una vez más: Ya ustedes gobernaron, dejen gobernar.