“No olvides sustentar tu discurso con lo que haces. Cualquiera habla, muy pocos actúan: se llama coherencia”.
WALTER RISO
Cada amanecer siento un sabor amargo en la boca y un pensamiento lleno de tristeza pasa por mi mente. Volver a vivir lo que vivimos en años pasados los colombianos, jornada tras jornada, causa desazón y desesperanza. Nunca antes había visto las incoherencias del presidente Petro, sus ministros, los órganos de control, los congresistas y la llamada oposición. Todos trenzados en hechos y palabras que a los colombianos, no importa por quién hayamos votado, nos produce una incertidumbre y una incógnita acerca de lo que va a ser de nuestro país en la actualidad y en el futuro. Estamos metidos en medio del egoísmo y los ataques de los que mandan y los que se oponen, quienes están trenzados en una sucia guerra a través de las redes sociales que llegaron para sacar las miserias más grandes del ser humano, en todo sentido. Se acabó el debate serio, con argumentos y respeto. Hoy lo que se ve al abrir Tik Tok, Tweeter y otras redes es una letrina, en donde se apuesta a quien sea más cochino.
No entiendo muchas cosas que demuestran esa incoherencia de todos los que nos gobiernan y los que quieren recuperar el poder que no supieron administrar en su momento.
Por ejemplo, no entiendo por qué el presidente Petro y varios de sus ministros, a veces expresan una idea sobre algo que piensan y luego tienen que dar reversa.
Tampoco comprendo por qué María Fernanda Cabal, Miguel Polo (quien está caminando sobre la cornisa) y todos los que están contra este gobierno no le encuentran nada positivo. Todo lo que hace Petro está mal y tanto ellos como los gobernadores y alcaldes ahora sí le exigen a la presidencia, lo que no hicieron con los presidentes anteriores. Y parece que a algunos no los hubieran elegido para presentar proyectos de ley que vayan en pro de todos los habitantes de esta nación. Parece que su trabajo fuese tuitear en la madrugada, la mañana, tarde y noche. Cansan a la gente.
Por otra parte, no entiendo por qué Petro nombró a Irene Vélez en el ministerio equivocado. Le hizo un daño a ella y a Colombia. Es una persona preparada, pero su perfil no es para el ministerio de minas.
Tampoco comprendo por qué el expresidente Uribe, parece que en un instante de nobleza, aceptó la voluntad de los colombianos e hizo creer que iba a trabajar por el país, pero de un momento a otro su rostro cambió y no aceptó lo que sí le aceptaron en sus administraciones.
No entiendo por qué los grandes ganaderos, agricultores, industriales y adinerados de Colombia en complicidad con el Centro Democrático y algunos periodistas y medios de comunicación están saboteando subrepticiamente, con alza de precios inexplicables y alarmas inventadas, para que el pueblo se “emberraque” y salga a un paro el 14 de febrero, que desestabilice al gobierno y a la vez sirva para programar las elecciones regionales.
No comprendo por qué el presidente Petro convocó a sus seguidores para apoyar sus reformas ese mismo día; lo cual podía ocasionar un enfrentamiento entre compatriotas. Aunque ya cambiaron los del Centro Democrático para el 15 de febrero su manifestación, que como dije, busca medir su caudal electoral y no se dan cuenta de que pueden encender a la gente para que haya un golpe de estado que no le conviene a nadie. Además, el pueblo se manifestó en las urnas y su voluntad hay que respetarla, como se les respetó a ellos en su momento.
Siguiendo con las incoherencias, no entiendo por qué Petro nombra amigos, de su familia, no preparados, en puestos oficiales. La Primera Dama debe ser un escudero de su esposo y una trabajadora incansable del país.
El presidente también debe darle prioridad a lo fundamental. En 4 años, él no va a arreglar todo lo que está desarreglado. Que continúe lo bueno que hayan iniciado sus antecesores. Que, si no es posible la paz total, se enfoque en lo que se pueda. Ya sería ganancia.
Ojalá, quienes tienen las ramas del poder en sus manos se despojen de egoísmos y actúen coherentemente por nuestro país. ¡El pueblo está cansado de unos políticos que cuando tuvieron la oportunidad no hicieron lo que ahora exigen! ¡Qué descaro!