“Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro”
Lord Byron
Fatalista, parece esta frase de Lord Byron. O tal vez la dijo en un momento de decepción por el comportamiento de la especie humana. Tal vez, un momento como el que yo particularmente vivo. Tenía la esperanza puesta en un cambio en Colombia. Sin embargo, este país está lleno de una minoría que se cree dueña de él, más un rebaño que se acostumbró a seguir a ese grupo de personas que les da pan y circo. Que les hacen creer que están trabajando por ellas y los envuelven con “regalos” que sacan del mismo pueblo. Asimismo, juegan con el miedo de que Petro va a acabar, con lo que nunca les ha pertenecido a las clases menos favorecidas. Es decir, aprovechan la ignorancia de la clase baja; la cual es mayoría aquí.
Nunca había visto una arremetida tan tremenda como la que han hecho contra Petro y los verdaderos seguidores de él, porque en el Pacto Histórico hay una cantidad de infiltrados que están haciendo su trabajo sucio, propio de los hipócritas. Y detrás de ellos una gran mayoría de la prensa, que vive de los poderosos.
Muchos periodistas han perdido la ética. Se han vuelto chismosos, bochincheros, oportunistas. Toda frase que dice Petro la acomodan para atacarlo. Si dice que él no crió a Nicolás, la toman para decir que es mal padre. Si se lo hubiera llevado a la clandestinidad al igual que a la señora Burgos, dirían que fue un inconsciente y la señora sería una exguerrillera. Como lo dije en el anterior artículo, muchos medios de comunicación abren y cierran con lo malo de Petro. Nunca le reconocen algo positivo. Se levantan y miran si el dólar subió, si el café bajó, si la canasta familiar aumentó de precio…, para ver qué agua sucia le echan al Presidente. Ni siquiera se dan cuenta de que la crisis es mundial. Y, lógicamente, Petro tiene que ceder en varios aspectos. Pero dejémoslo trabajar.
Y lo de Nicolás será inversamente proporcional a lo de Tomás y Jerónimo. A Uribe le tienen pánico. A Verónica y Francia las maltratan veladamente, pero a las mujeres de los del Centro Democrático, ni con el pétalo de una rosa. Ninguno de esos periodistas ni los politiqueros de alta alcurnia es tocado en lo que respecta a su hogar. Aunque más de uno tiene su vida vuelta añicos. Y todo ese veneno hay que echárselo al exguerrillero. ¿Mujica no fue guerrillero y fue un gran gobernante? ¿Qué hubiera sido de Uruguay con la prensa y los politiqueros colombianos?
Ahora el colmo de los colmos es que quieren un Bukele. ¿En qué país vivimos, señores de Revista Semana? El nazismo ya pasó, gracias a Dios.
Pero, la verdad, es que los colombianos necesitamos un golpe de estado para que monten a cualquiera de los que hoy se autodenominan CENTRO.
¡Bien merecido lo tenemos!