El odio, la envidia, la soberbia, ensucian la vida. (Papa Francisco)

Cada día me pregunto, qué ganan los colombianos de nacimiento y los de adopción, escribiendo en las redes sociales, en revistas, en la prensa digital e impresa o en radio y televisión, barbaridades, vulgaridades y mentiras, poniendo cada vez más palos a las ruedas de un país pobre donde sólo unos pocos tienen el privilegio de vivir cómodamente, comer bien, viajar, darse lujos y todos los gustos habidos y por haber. Mientras, hay un país en la oscuridad, pero no en la oscuridad de la que se aprovechan los congresistas para hacer creer que están luchando por el pueblo caribe, cuando salen con un cartelito que dice: “O comemos o pagamos la luz”. Mentira politiquera gigante. Ellos no tienen problemas económicos de ninguna especie. Tal vez, personales, porque muchos de ellos tienen hogares vueltos nada, en donde la felicidad se fue de vacaciones hace mucho tiempo y sólo aparece en las páginas sociales y eventos donde las sonrisas fingidas y las manos entrecruzadas son para pasar el momento y posar para una foto. Quizás, ellos llevan una procesión más grande en sus vidas privadas. El problema lo tiene la clase media que paga cumplidamente, porque las clases menos favorecidas se defienden con la desobediencia civil y se pegan a los cables o hacen trampas para ellos sí poder comer.

El problema de la energía eléctrica viene desde hace años, pero ahora fue cuando lo tomaron los “congresistas, gobernadores, diputados, alcaldes y concejales costeños”, acompañados, ahora sí, por la prensa nacional y los caciques del país. ¿Quién le entregó las empresas de energía a Air-e y Afinia? ¿Durante el mandato de quién regalaron esta gallina de huevos de oro?

Colombia, mientras esté Gustavo Petro en la presidencia, no avanzará en lo que tenga que ver con el congreso de la república, porque los presidentes de los partidos de la “oposición” y los congresistas como Iván Name, María Cabal, Miguel Uribe, Paloma Valencia, Miguel Polo y todos los del Centro Democrático, los conservadores, los de Cambio Radical, los verdes, los “Jotapés” y los que no son “Jotapés” van a entorpecer todo lo que haga Petro, porque no les conviene que haga una buena administración, pues la derecha perdería el poder, por lo menos un cuatrienio más. Y se perdería mucha plata de contratos por parte de ellos. Y sobre todo, las mieles del poder.

Ahora es cuando se preocupan por la pérdida de la realización de unos Juegos Preolímpicos; los cuales habría que analizar, si en realidad beneficiaban a los necesitados del país o llenaban el ego y las arcas de los adinerados. Hay que ver qué es lo que necesita la gente, antes que un evento hecho para naciones con una vida más holgada. He sido amante y practicante de varios deportes, pero no creo que, como los Preolímpicos, una válida de la fórmula 1, como lo planteó Jaime Pumarejo, iba a mejorar las condiciones sociales y económicas de las clases necesitadas. En 1986, Colombia renunció a la organización del mundial de fútbol, y no pasó nada, porque había otras prioridades que no han cambiado, ni parece que cambiarán con la realización de un evento que dejaría unos escenarios que servirían un tiempo y después se dejarían perder como tantos en Barranquilla y Colombia, después de las justas. Sin embargo, ahora salieron los defensores del deporte en el país. ¡Pura paja! Los Preolímpicos les servirían para hacer política, meterse al mar de la costa, tomar whisky y hacer campaña política.

Pero, de todas maneras, estos juegos les sirvieron para atacar a Petro, comenzar a hacer campaña política para el 2026, y dilatar las reformas y los proyectos de ley que presente el gobierno. Mientras ellos pierden esta legislatura. Tengo en mi poder una relación de lo que han presentado todos los congresistas y no hay nada bueno. En los noticieros del Senado y cámara pintan pajaritos de colores, pero la realidad es otra. El presidente del congreso, Iván Name Vásquez, es un “Gallito de pelea”, cuyo contrincante favorito es el presidente de Colombia, a quien quiere dejar mal siempre. ¡Qué “señor” tan hipócrita éste! Y Petro ha caído en la trampa de la mal llamada “Oposición” también. Lo atacan para distraerlo y que no haga nada. Yo le recomiendo que no siga con las reformas que nunca les van a aprobar, porque prefieren robar el dinero a los colombianos, que les pagamos para que no hagan Quórum y no trabajen.

Señor Gustavo Petro, lo invito a que se dedique a trabajar en la búsqueda de la paz, la erradicación de cultivos ilícitos, la entrega de tierras a los campesinos, el fomento de la educación y mejorar las condiciones de vida de los menos favorecidos. En fin, lo que le dejen hacer. Dios, Colombia y la historia juzgarán a los que han acabado nuestra nación. A la tumba se irán con las manos vacías, después de una vida llena de infelicidad.

En verdad, el odio, la envidia, la soberbia, ensucian la vida. Como dice el Papa Francisco.