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“Cuando él estaba allí, el campo de juego era un picadero de circo, la pelota un bicho amaestrado, el partido, una invitación a la fiesta”. Galeano describiendo el juego de Garrincha

El fútbol, cada día más, se trata de movimientos en conjunto y de cómo se administra (optimiza) el espacio, sin embargo, aún quedan unos pocos rebeldes que rinden honor a este deporte con jugadas que desafían la severidad de la táctica.

Foto: tomada de Iniesta rodeado, tributo a las clásicas imágenes de Andrés Iniesta rodeado de jugadores (http://iniestarodeado.com/es)

Foto: tomada de Iniesta rodeado, tributo a las clásicas imágenes de Andrés Iniesta rodeado de jugadores (http://iniestarodeado.com/es)

Decía Galeano en esa biblia del balompié llamada A sol y sombra, que él tan solo era un “mendigo del buen fútbol”1. Él, tal vez no sea el único, quizás todos los que sufren y gritan frente a una pantalla de televisión, en un estadio o en la cancha del barrio, lo sean. Eduardo (como lo llamaré en este relato), no pedía algo imposible, solo añoraba algún gesto técnico que hiciera parar a todos de su asiento y aplaudir.

Al menos en teoría, no parece una labor complicada. En la práctica, resulta un tanto más complicado por dos razones. La primera, tiene que ver con la evolución y las exigencias actuales de este deporte: hoy es mucho más importante ganar, que dar espectáculo; la segunda, es quizás menos razonable, por no decir absurda: hacer una gambeta, un amague o una finta, hoy, es considerado una provocación, una afrenta contra la dignidad del rival, peor que eso, es un crimen que puede ser castigado con un golpe, tan certero y violento, que quien lo reciba, lo pensará dos veces antes de volver a intentar complacer a los fanáticos.

Más grave que señalar a los futbolistas que hacen tacos, bicicletas y elásticas en partidos apretados, es que las reacciones ante estos gestos se han normalizado. Hoy se aplaude más una patada que un buen gesto técnico. Ni hablar de los entrenadores que castigan a sus jugadores por divertirse en la cancha.

Lea también: Lo que le debo al fútbol

Pese al pesimismo de nuestra época, a las voces alarmistas de algunos relatores y comentaristas deportivos, que año a año vaticinan la muerte de esta disciplina como lo conocemos y afirman que el fútbol ya no volverá a ser como antes, pero la realidad es mucho menos traumática gracias a aquellos que tiran un túnel cuando están rodeados sobre la banda. «El fútbol se hace menos dramático cuando lo ejecutan los que saben” dijo alguna vez Marcelo Bielsa. Que razón tiene.

Por eso creo injusto que en la ecuación para elegir al mejor del mundo se mencionen los goles y los títulos, pero no la habilidad del futbolista.

Que doloroso es ver que romper la cintura del rival tan solo genere una avalancha de patadas y agresiones. Tampoco pido un trato especial, ni que les hagan un pasillo cada vez que agarren la pelota, solo pido no señalar a alguien que simplemente quiere divertirse y divertir.

«la segunda, es quizás menos razonable, por no decir absurda: hacer una gambeta, un amague o una finta, hoy, es considerado una provocación, una afrenta contra la dignidad del rival»

Hoy es Messi o Cristiano o Mbappé, antes Ronaldinho, Zidane o Maradona. Así como en su día lo fueron Cruyff, Garrincha, Best, Eusebio o Pelé, a quienes aclaro, solo he visto jugar a través de videos de YouTube, pero eso ha bastado para maravillarme.

Eduardo se fue hace unos cuantos de años de esta tierra añorando eso que parece perdido: el buen fútbol. Por fortuna para nosotros, los rebeldes no desaparecen. De los potreros, de las canchas de tierra y de cemento, seguirán saliendo jugadores que desafían la autoridad y el rigor de la táctica para de vez en cuando, soltar un lujo que emocione a la grada y sonroje al rival. Por fortuna para nosotros, la gambeta aún no muere.

Sobre Letras de fútbol…

Con este blog busco, sobre todo, poner en discusión el otro fútbol, no el del día a día, sino el de la nostalgia, el que reposa dentro de cada persona que alguna vez pateo un balón.

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Lo que le debo al fútbol

 

Camilo Andrés Castillo – 04/04/19

Sígueme en Twitter: @camiloandres894

«El fútbol a sol y sombra» libro publicado por Eduardo Galeano en 1995.

 

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