Llevo dos días pensando en que si hay algo dificil para el ser humano es aceptar su propia responsabilidad sobre los resultados que tenemos en nuestras vidas. De pequeños lo más facil es culpar al profesor que «nos tiene bronca», de jóvenes a nuestros padres que «no nos entienden» y como adultos la gama de posibilidades es mayor aún e incluye ese jefe que es un tirano, ese amigo que es un falseto, ese trabajo que no me deja un minuto para respirar y nuestra propia debilidad porque siempre «pienso en los demás» y hasta llegamos al punto de decir «tomo esta decisión porque otros quieren que la tome».

Y en esa carrera por culpar a los demás por nuestras propias frustraciones, no nos detenemos a echar un vistazo y ver que hicimos para provocar eso de lo cual estamos cediendo el poder a otros. ¿En realidad estamos cumpliendo nuestra palabra cuando la comprometemos con otros, o constantemente estamos pidiendo excusas por el incumpllimiento y pidiendoles a los demás que se coloquen en nuestro lugar sin tomarnos la molestia de ponernos en el lugar del otro a quien de ñapa terminamos culpando?

Nos alejamos de quienes nos ofrecen una relación honesta por miedo al compromiso, a nuestra incapacidad de ofrecer igual honestidad,.. pero a la hora de decirle a los demas o a nosotros mismos por que lo hacemos, decimos «esa persona no era la indicaada», «que intensa es!!», «no es el momento para tomar a alguien en serio».

Formamos sociedades en donde no damos el 100% y esperamos que nuestros socios las saquen a flote porque tenemos miedo a pagar el precio que implica dejar nuestra zona cómoda de un ingreso estable, aun cuando otros lo estan pagando, pero lo justificamos ante todos facilmente con cosas como «las relaciones con esos socios son complicadas», «no tengo un minuto de tiempo0», «yo si quiero pero …».

Para evitar todo eesto que tal si decimos NO desde el comienzo, en lugar de llevar a otros y a nosotros mismos a situaciones de frustración, rabia, decepción y en muchas ocasiones ruptura de relaciones emocionales, comerciales o familiares, perdiendonos asi la oportunidad de aprender y compartir con seres humanos que de seguro tienen mucho que aportarnos.

Louise L Hay, una autora con quien me identifico y mis amigos han escuchado mil veces de mi boca, dice algo que me parece totalmente cierto. Ella explica que todo esto ocurre porque desde que somos niños, los «adultos» que hay en nuestras vidas – sintiéndose infelices, temerosos o enojados con la vida – nos han pasado sin quererlo conscientemente sus sentimientos de impotencia y muchas ideas negativas sobre nosotros y el mundo. Entonces, cuando nosotros nos convertimos en «adultos», tendemos a recrear el entorno emocional que era típico en la vida de nuestra familia, y perpetuar, en nuestras relaciones, el mismo tipo de relación que teníamos con nuestros padres.

Si esto es así, el circulo no va a acabar nunca, porque estamos transmitiendole a nuestros pequeños esa facilidad para justificar todo lo que nos pasa en otros y ellos que no son nada bobos, terminan entendiendo los beneficios que logran con eso: lograr atención, en algunos casos compasión, en pocas palabras QUEDAR BIEN.

Pero a su vez se están perdiendo de otros mas importantes: ser el dueño de sus propias vidas, no sembrar sentimientos de frustración en ellos y en quienes se van encontrando en el camino y en particular, la tranquilidad y el orgullo de decirle a todos que si me equivoqué es mi responsabilidad y si bien voy a pagar un precio, de seguro que la ganancia será mayor que si me quedo de por vida señalado como la pobre víctima del mundo.

Entonces, que tal si empezamos a mirar como cerrar ese círculo, mirar en realidad cómo estamos asumiendo esas responsabilidades sobre nuestras vidas y como la estamos transmitiendo a quiene dependen aún de nosotros. Que tal un mundo en donde cada ser humano tenga menos autofrustraciones y mas valentia, donde haya menos culpables y mas responsables.

Donde un funcionario corrupto asuma su propia corrupcion, pague el precio y no se defienda como procer diciendo que «estos sueldos de miseria que paga el gobierno.. de algun lado debo sacar para mantener a la familia» Y claro, quien paga la «mordida» acepte que tiene dudas sobre su propia fortaleza para ganar esa licitación y no sea el otro procer que dice «es que hay taaanta corrupción que es la unica manera de ganar esto». Siii como noo