«La primera vez que estuvo detenida Luz Esther Ramos Rincón, de 47 años, tenía apenas 12. El miedo a la justicia se le volvió sorpresa: ese día se enteró de que no era la primera vez que pisaba una cárcel, porque ella nació en una, en El Buen Pastor de Bogotá.Hoy, 35 años después, otra vez está tras las rejas y es una de las mujeres que más entradas tiene al Buen Pastor».
Este es el lead de una noticia aparecida esta semana en este diario. Su vida a partir de entonces estuvo caracterizada por normas quebrantadas, relaciones nocivas y el pago de precios como que uno de sus seis hijos muriera en las calles y otros dos también estén en la cárcel. Y aún más, «un año después de su primera captura conoció a su esposo, Fernando, y dice que fue él quien le mostró el mundo de las drogas y el hurto. Pero luego lo piensa más y dice que fueron sus mismos padres los que le enseñaron a robar: «Mi mamá y mi papá eran ladrones, y robaban ganado».
Esta historia me sensibilizó especialmente, debido a que muy pocos días atrás había presentado en sociedad a mi libro «Legado de Vida, un libro para aprender a volar con nuestros niños» y las conversaciones que he venido sosteniendo desde entonces habían estado dirigidas precisamente a resolver preguntas como ¿será imposible y utópico pensar en romper esa cadena de herencias negativas a nuestras nuevas generaciones?¿los padres seremos conscientes de la importancia de apoyar a los pequeños a encontrar su propósito de vida? o pensamos que para qué si aún están muy chiquitos..
Y mientras pensamos en esto leemos historias de padres enseñando a sus hijos a robar, a mentir, a matar… ¡que horror! ¿a dónde vamos a parar?, se preguntarán muchos al leer este tipo de noticias. Y si les preguntara a esas mismas personas si alguna vez han dicho en frente de sus hijos o les han pedido cosas como «si me preguntan di que no estoy», cuando suena el teléfono o «pilas, si ves un policia de tránsito ponte rápido el cinturón, porque me gano una multa», cuando van manejando y los niños están jugando en el asiento de atrás.
Claramente no les están enseñando a robar o a matar.. pero donde queda esa mentira piadosa o el permiso para romper normas sociales solo porque nadie los está viendo… Lo que eres hoy en día es el resultado de lo que te heredaron tus padres más aquello que tú mismo has elegido ser.
¿Somos conscientes de lo que estamos aportando a estas nuevas personitas?
Claro, para que esto pueda ser, es esencial que primero seamos conscientes de lo que somos, porque es cierto que das de lo que tienes y más aún de que no puedes dar de lo que no tienes.
Dejo tres preguntas: ¿estás feliz con lo que has logrado hasta hoy?, ¿en el camino para lograrlo has estado atento a quienes están a tu alrededor? y la final: ¿Qué incluirás en el testamento de vida para quienes te aman?