Un equipo de prestigiosos biólogos ha culminado un estudio que muestra el primer inventario de especies que habitan la sabana de Bogotá; el informe, que presentamos de manera parcial pero eso sí, en exclusiva, fue desarrollado durante varios años de juiciosas investigaciones. Este avance se enfoca en mostrar las especies migratorias, que en su mayoría llegan a la ciudad buscando camello a sabiendas que en Bogotá no hay camello de ninguna especie, pese a los reportes del DANE. A continuación presentamos algunas de las especies identificadas:
Boyis Cacunensis
Se caracteriza por su gran adaptabilidad a la sabana; esta característica está dada por encontrarse cercanamente emparentado con las especies locales. Algunas veces estos especímenes son difíciles de reconocer, sin embargo algunos dedicados observadores logran identificarlos por que no les combina el color de las medias con el resto de su singular atuendo. Se les puede avistar en sitios donde se cuente con una buena provisión de génovas, que engullen con unas cuantas cervezas, las cuales junto a productos derivados del maíz, son su principal fuente de alimentación.
Costeñus Malucus
Esta especie realiza una de las más extensas rutas migratorias hacia el interior y se reconocen cuando están recién llegados, pues tienen como estrategia adaptativa contra el frío, el uso de camisetas de manga corta con bufanda o sacos de lana un poco alejados de las tendencias de la moda. Esta estrategia, poco exitosa, suele tener diversas variantes, en algunas ocasiones usan camiseta con guantes o en su defecto con un gorrito de lana. Para su avistamiento se recomienda visitar las facultades de derecho (sitio predilecto de esta especie) y bares como el muelle Mackenzie y otros de especialidad vallenata.
Paisas Montañerus
Es quizá la más fácil de identificar debido a que evitan a toda costa pasar inadvertidos; la tendencia histórica muestra que los flujos migratorios se han incrementado a niveles realmente alarmantes. Para su identificación es fácil observar que desde su arribo están comparando todo con su nicho de procedencia, el cual no pierden oportunidad para evocar. Se ubican principalmente en los llamados “agáchese” (todo a mil), en el sector de San Andresito, en los centros comerciales y en algunos entes gubernamentales, que han colonizado, especialmente desde los últimos cuatro años. Expertos aseguran que para calcular su población hay que multiplicar por 10 el número de “agaches” y por 50 los entes gubernamentales incluyendo la casa de Nariño.
Santandereanus Atravesadus
Esta especie es al parecer la más beligerante, se caracteriza por tener dos variaciones: los pingos y los toches. Se pueden identificar por el constante y fuerte movimiento de sus extremidades superiores y porque finalizan sus frases con la palabra pingo o toche. Hay que aclarar que aunque talante “golpeado” en su habla, proyecte mal genio, no siempre se encuentran en esta condición, sin embargo se recomienda no molestarlos.
Hermanus Ecuatorianus
Esta curiosa especie se caracteriza por ofrecer abrigo a las especies locales, tienen un gran éxito colonizando nuevos nichos por esta razón son observables en diferentes latitudes. Para su avistamiento se recomienda visitar zonas de comercio informal o asistir a alguna plaza pública, en donde se les puede ver interpretando sonidos de los de los Andes
Estas son tan sólo unas pocas de las especies que habitan la sabana de Bogotá, en donde las especies locales han mostrado gran aprecio y tolerancia por las especies migratorias, que hoy en día forman parte fundamental de nuestra amada capital, rogamos el favor de enviar su comentarios con las especies por ustedes observadas, para así complementar tan interesante investigación.
DON BETO