Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
No voté por Petro, me desilusionó en aquel momento su voto a favor de quien hoy es su verdugo; sin embargo fui ayer a la Plaza de Bolívar. No soy un mamerto anacrónico, tampoco soy un “escobita” o un “zorrero”, o un “marica”, o un “indio”, y creo que no pertenezco a ninguna de las categorías peyorativas que usan los medios y algunas personas para describir a quienes salen a protestar, y si igual perteneciera a uno de esos grupos no veo que sea motivo de vergüenza.
Ayer, más que sentirme indignado estaba asqueado, y sentí la necesidad de salir y unirme a las personas que supongo compartían el mismo sentimiento. Lo que encontré allí fue gente común, familias, trabajadores, jóvenes, nada distinto a lo que se ve habitualmente en la calle o en un cine. Algunas familias llevaron sus hijos pequeños, a personas mayores y en ningún momento me sentí agredido, y eso que en el lugar había barras bravas, tribus urbanas, guardia indígenas, campesinos y todos esos demonios que hacen mojar los pantalones a los “colombianos de bien”.
Asombrosamente no hubo ni un solo hecho de violencia a pesar de que la presencia de la policía era escasa, pensé que tal vez la violencia en las protestas es una respuesta generada por la excesiva fuerza con la que pretenden combatir ese derecho… así, una vez terminada la concentración era sorprendente ver a la gente recorrer el centro y observar las iluminaciones y la oferta navideña de la carrera séptima.
Los que estábamos ayer y todos los que han ido estos días a la Plaza de Bolívar, representamos generaciones que además de no saber que es vivir en un país en Paz, tenemos la desgracia adicional de lidiar la corrupción y el abuso de una clase dirigente abusiva y rapaz que ha sumergido a Colombia en una violencia absurda y sin sentido.
Ayer lo que realmente sentí fue un despertar y como bien lo dijo Petro en sus primeras palabras, su presencia había pasado a ser un hecho secundario, lo que realmente está pasando es que se metieron con lo único que tenemos los ciudadanos: “el voto” y aunque comprado, robado menospreciado, inutilizado es lo único que tenemos. Ayer esas miles de personas salimos a mantener la democracia a la plaza de Bolívar en un ambiente pacifico fraternal y decidido. La última vez que alguien salió a “Mantener la democracia” en ese lugar, acabo con más de 100 vidas y de paso con la tranquilidad de muchas familias que después de 20 años aun buscan respuestas, aquella vez fue el estamento a través de su brazo armado, el que defendió la democracia, ahora nos toca a nosotros hacerlo de verdad ya sea en las calles o en las urnas, lo que no podemos hacer es seguir callando y permitir que esas sátrapas que hoy intentan retomar mediante sentencias y fallos apócrifos y acomodados un cargo que perdieron, sean los que sigan dirigiendo este país.
Ya nos quitaron hasta la basura…….qué más podemos perder?????
Piénsenlo y los espero este viernes en la calle