Colombia amaneció triste este jueves. En un video reaparecieron ‘Iván Márquez’, ‘Jesús Santrich’ y ‘El Paisa’ para informar que no quieren reincorporarse a la vida civil porque prefieren la guerra. Es una imagen como esas de principios del 2000: visten camuflaje y empuñan cada uno un arma. Ver esa escena es retroceder, es contar otra vez esas noticias como una resignación.

Sin embargo, esta historia tiene otra orilla.

Más de 8 mil exguerrilleros le dicen sí a la paz, sí a cosechar cultivos en los espacios territoriales, sí a tener un futuro distinto al que eligieron esos tres. El 90% de los excombatientes de esa guerrilla siguen vinculados al acuerdo.

Escuchar la voluntad de Rodrigo Londoño para continuar comprometidos con lo pactado, sin mencionar a los opositores, da un poco de tranquilidad en medio de la incertidumbre que atraviesa el país.

También alienta a creer en ellos, en los que están del lado de la paz, que Sandra Ramírez, la viuda de Marulanda, el mismo que fundó a las Farc, es congresista. Ella y un grupo de compañeros prefirieron cambiar las armas por la política.

Es obligación del estado proteger a esos desmovilizados para que nos los maten y vean crecer a sus hijos. Que les cumplan. Es obligación del Estado cuidarlos.

Sobre ‘Márquez’, ‘Santrich’ y ‘El Paisa’, la historia ya les demostró que perdieron la guerra y es el momento de la paz.

JUAN ALCARAZ
@Juan_AlcarazS