Tan polémicas como discutibles han resultado para la opinión pública las recientes convocatorias para revocar mandatos en más de cien municipios del país. Varias iniciativas alegan razones argumentadas y cercanas al propósito del mecanismo de participación ciudadana, otras no, por ejemplo, la que se lidera en el municipio de Icononzo (Tolima), a mi manera de ver.

Dar por terminado el mandato que se le confirió al alcalde o gobernador en defensa del voto programático por el incumplimiento de su plan de gobierno, es el requisito principal para liderar esta iniciativa. Sin embargo, esto lo olvida el promotor de la revocatoria en el municipio de Icononzo. Reyes Cortes Hernández, fue alcalde de Icononzo en la pasada vigencia constitucional y su mandato brilló por la ausencia del cumplimiento de su plan de gobierno, por el irrespeto a los ciudadanos, por escándalos e investigaciones disciplinarias.

Si se examina la gestión de Reyes, los datos tampoco lo hacen quedar bien. Su plan de desarrollo “Acuerdo de Unidad, paz y prosperidad 2012-2015”, proponía entre sus dimensiones una atención prioritaria en la infancia, la niñez y la adolescencia, salud, educación, cultura, recreación y deporte, y atención a grupos vulnerables, sin embargo los hechos hablan por sí mismos.

En el mandato de Reyes no hubo inversión en la mejora de la infraestructura del Jardín Infantil del municipio, el Hospital Sumapaz empeoró la prestación de sus servicios, nunca tuvo en cuenta el exmandatario que el principal gestor de salud de Icononzo no cuenta con equipamientos necesarios para la atención de primer nivel, ni un sistema de comunicación eficiente con los demás centros de salud del país; nunca se destinó presupuesto a la mejora de la infraestructura de las escuelas, ni en la dotación de recursos académicos para niños y docentes, en su administración se vencían los contratos de transporte escolar en las zonas rurales y su gestión no se caracterizó por ocuparse de asuntos ambientales del municipio, como la recuperación de la fuente hídrica Juan López.

Pero además, Reyes fue suspendido de su cargo como alcalde por dos meses porque la Procuraduría General de la Nación comprobó que se extralimitó en sus funciones, adicionando de manera irregular al presupuesto del municipio la suma de $737.434.703, por medio de nueve decretos suscritos en el año 2013 y sin la autorización del Concejo municipal. También es conocido porque el pasado 19 de septiembre de 2015 agredió al intendente Geyson Morales Garzón, perteneciente a su esquema de seguridad, un hecho lamentable en el que se evidenció maltrato físico y verbal contra el escolta, y claro el exceso de alcohol del exmandatario. Y actualmente cursa una investigación en su contra por el delito de estafa y por el incumplimiento de obligaciones con terceros.

No queda más que calificar la campaña de revocatoria al alcalde de Icononzo como una fiel muestra de revanchismo político, teniendo en cuenta además que la recolección de firmas se dio por medio de engaños, a quienes les pidieron sus firmas prometiendo darles vivienda y no siendo claros del propósito original de la convocatoria ciudadana. Al parecer, el objetivo de este señor sigue siendo el mismo, impedir el progreso de Icononzo y contribuir a la inestabilidad política del municipio.