“Sí voy caminando sola, miro para atrás para asegurarme que nadie me está siguiendo”, “envío la ubicación en vivo”, “reviso cada minuto que no venga nadie detrás mío cuando camino” “cuando salgo a la calle sola, llevo paraguas” “no me emborracho hasta morir, no salgo sola, no camino sola en la noche, no viajo sola” “intento no salir sola de las 8 p.m., y siempre comparto ubicación si voy en taxi o en Transmilenio” “comparto la placa del carro o taxi que usamos” “no hago contacto visual con los hombres en la calle” “no camino sola o en short”.

Lo he pensado varias veces, lo he meditado en serio. No creo que quiera tener hijos, porque si he de tener, al menos serían dos y eso me parece demasiado, ah y porque la vida sin hermanos puede ser más caótica. Ahora, también reflexiono mucho sobre los consejos que les daría, en especial si uno de ellos fuera mujer.

Nacer mujer es tener una vida más complicada y, por lo menos en Latinoamérica y en otras zonas del globo, está llena de miedos, de temores y de prevenciones. Nos violan, nos callan, nos persiguen, nos esconden, nos obligan a vestirnos de cierta manera, nos casan a las malas, no nos dejan decidir sobre nuestro cuerpo pero sí somos víctimas de mutilación genital (en 92 países), no nos dejan estudiar, no ganamos el dinero que merecemos; nos acosan en el trabajo, en la calle y en el transporte público y nos matan, sí, por ser mujeres y ya.

Ser mujer es respirar en un mundo que en su mayoría está confeccionado para los hombres. Las leyes y las normas están redactadas en una lógica masculina, así que si de justicia se trata, al menos en un caso de violación, la carga de la prueba y el impulso procesal estará a nuestro cargo y eso significa demostrar a todas luces que no estamos mintiendo y que no nos imaginamos que abusaron de nosotras (porque la mayoría de los funcionarios son unos incompetentes y nos van a tildar de exageradas).

Los deportes serán patrocinados y financiados en su mayoría para los hombres, porque son más taquilleros y porque a los partidos de las mujeres casi nadie asiste y eso no es rentable. En los libros de historia no aparecemos y si queremos ser escritoras posicionadas nos tocará enfrentarnos al rechazo y la exclusión en el mundo literario por prejuicios históricos, como que solo sabemos escribir novelas.

En cuanto a la medicina, es lo más paradójico. El cuerpo femenino no ha sido estudiado en su totalidad. Sí, se ha avanzado en el cuerpo humano y por eso nos han generalizado, como si el nuestro funcionara igual al del hombre y no es así. Apenas en 1980  Helen O’Connell fue pionera en estudiar el clítoris y la anatomía pélvica femenina (antes no había ni una letra sobre el tema), según Amnistía Internacional, existe por lo menos 2000% más estudios sobre el pene que sobre el clítoris.

Paula Giménez (periodista) dice algo muy importante en su columna de opinión (marzo, 2024), “Cuando se realizan estudios clínicos, investigaciones sobre vacunas, ingeniería de remedios o cualquier cosa que implique análisis sobre los efectos de tal o cual droga, las mujeres, las disidencias y nuestra anatomía no entran en la ecuación. Las razones son principalmente dos: la primera es que somos más variables y menos constantes ya que tenemos otro tipo de ciclo hormonal y eso dificulta los estudios. La segunda está atada a la primera ya que al ser más complejo, es más caro pero, ¿se puede medir en dinero la salud de un país e inclusive de un planeta entero?”

Sobre esto, seguramente podría enunciar más escenarios y acá nos sobraría tinta. Pero mi reflexión queda clara con cinco párrafos que demuestran lo complejo que es nacer mujer y vivir en un mundo hecho para los hombres.

Ahora, este escrito inició con frases de mujeres que respondieron sobre cuáles son sus prevenciones en su vida cotidiana. Son chicas entre los 20 y 40 años, edades en las que deberíamos preocuparnos por disfrutar sin tanto miedo sin que alguien nos acompañe. Sí se fijan, la palabra que más se repite es “sola”, es decir, nacimos en un mundo donde no podemos estar, ni disfrutar estar solas.

@Lore_Castaneda