Un 8M con mucho alboroto por intervenir una estatua. Una sociedad que se escandaliza y le atribuye sentimientos a un pedazo de bronce. Pero lo que esto me dejó ver, es que una vez más, las mujeres no estamos siendo representadas en algo tan sencillo como lo es el espacio público.

Estatua de Luis Carlos Galán en la Plaza del Concejo de Bogotá. Foto: Sergio Acero EL TIEMPO

La historia de la humanidad (en su gran parte) se ha escrito por los hombres y por las élites. Bogotá no se escapa de esta costumbre. La ciudad a través de sus monumentos no solo refleja la memoria colectiva, sino también las dinámicas socioculturales que han influenciado su espacio público. Lastimosamente la disparidad en la representación de género en los monumentos de Bogotá revela el machismo estructural aún presente en la sociedad. 

Según datos del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), Bogotá cuenta con más de 560 bienes muebles inventariados, de los cuales 350 corresponden a esculturas y monumentos conmemorativos ubicados en el espacio público. ​

Sin embargo, un análisis más reciente indica que la capital tiene un total de 712 monumentos, de los cuales 46 están dedicados exclusivamente a mujeres o figuras femeninas. Pero 20 de estos son de carácter religioso, representando a santas católicas y ubicados en templos o en el espacio público (​blog.properati.com.co). Aunque no se especifica el número exacto de monumentos dedicados a hombres, se infiere que la mayoría de monumentos están dedicados a figuras masculinas o a otros temas no relacionados con las mujeres.

Esta escasa representación femenina en el espacio público no es un fenómeno aislado. Históricamente, las decisiones sobre a quiénes se erigen monumentos han estado influenciadas por estructuras de poder dominadas por hombres, lo que ha llevado a una perpetuación de figuras masculinas en detrimento de la visibilidad de las mujeres y sus aportes en diversos ámbitos. (blog,properati.com.co).

Entonces me hice una pregunta, ¿quién decide cuál estatua se erige en el espacio público, en especial en Bogotá?

Para instalar una estatua en Bogotá, es necesario seguir los procedimientos que fija el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), quien se encarga de evaluar las solicitudes de intervención en bienes muebles y monumentos del patrimonio cultural en el espacio público del Distrito Capital, pero revisando a fondo no existe una estrategia de participación ciudadana para decidir colectivamente quiénes nos deberían representar en los monumentos.

¿Por qué es importante involucrar a la ciudadanía en la selección y diseño de estatuas, esculturas o monumentos? El enfoque participativo garantiza que el arte público sea significativo y relevante para quienes habitamos Bogotá, fomentando un sentido de pertenencia y orgullo colectivo.​ La colaboración activa de las ciudadanas y ciudadanos en proyectos artísticos promueve la interacción social y refuerza el tejido social.

Entonces, señor alcalde, en vez de perseguir mujeres por intervenir una estatua, le propongo que revise el inventario de monumentos en la ciudad, promueva la participación ciudadana y gestionemos de manera colectiva el patrimonio cultural de Bogotá. Es una oportunidad para eliminar esculturas no solo machistas, también algunas que son racistas y de paso reescribir la historia en la que las mujeres hemos estado relegadas.