La costumbre de buscar diccionarios de sueños para encontrar en ellos la interpretación de uno propio o ajeno está muy arraigada en la conciencia popular. Muchas de las personas que consultan estas obras terminan convencidas de su veracidad si, por ejemplo, en la vida cotidiana acontece un hecho real o parecido al definido en sus páginas. Algunas de las simbologías que contienen, y sus correspondientes significados, están tan divulgadas que, en la mayoría de los casos, sobra la consulta porque todo el mundo las conoce. Tal es el caso, por ejemplo, de los sueños relacionados con embarazos, matrimonios, muertes, culebras, etc. Si las imágenes del sueño de alguien le muestran una boda (que significa muerte) y se da el caso de que fallece un pariente político de una prima lejana, entonces quien soñó piensa que la interpretación de su sueño anunció la muerte de esa persona a la cual probablemente nunca conoció en vida. No le importa acomodar hechos ajenos al sueño propio aunque el resultado sea un disparate. Se conforma con creer que su sueño le anticipó la ocurrencia de esa muerte. Esta clase de conclusiones es errónea. Los mensajes de los sueños, les recuerdo, están dirigidos al soñador; le revelan, además, la situación (o aspectos de ella) por la cual está atravesando y le sirven, de paso, para tomar decisiones importantes. En ocasiones excepcionales, sin embargo, en vista del prejuicio creado por tales lecturas (llámenlo sabiduría divina o determinación del inconsciente) he visto coincidir interpretaciones prefabricadas con el mensaje correcto del sueño. Son casos muy raros y para mí es la sapiencia de Dios orientando la tozudez humana.

A veces el mensaje que Dios envía por medio de un sueño está contenido en imágenes atemorizantes. El impacto que causan en la siquis tiene como finalidad evitar su olvido. Es el caso de los sueños relacionados con aguas negras, precipicios, serpientes, toros negros que embisten, automóviles sin frenos, persecuciones, por citar algunos de los más frecuentes. Estas pesadillas contienen mensajes de advertencia. Por eso es necesario, con el fin de adoptar la decisión acertada, recordar la mayor cantidad de detalles.

Las personas que han desarrollado una creencia religiosa muy profunda, particularmente las que profesan alguna rama del cristianismo protestante, descartan de plano los significados de los sueños que traen los diccionarios. Para ellas los códigos para descifrar los sueños están en la Biblia. Es decir, convierten la Palabra de Dios en su propio diccionario. He tratado con varios miembros de estas religiones y les he interpretado algunos sueños. Han estado de acuerdo con el mensaje que contienen pero después sus íntimas convicciones las mueven a regresar a la creencia de que en la Biblia los colores, los números y algunos elementos de la naturaleza, que en ella encierran un significado particular, se pueden extrapolar para aplicarlos a los sueños. Ellas opinan que Dios solo habla desde las Sagradas Escrituras. Descartan que Él pueda utilizar otro medio para comunicarse con los seres humanos, es decir, le imponen las limitaciones creadas por sus afiebrados cerebros. Están equivocadas. Los atributos de Dios son ilimitados, no tienen condicionamientos ni barreras. Él es perfecto.

Los escépticos y agnósticos constituyen un grupo aparte. Algunos me han escrito para narrarme un sueño pero son francos y directos al decirme, de entrada, que no creen en mi don. Sin embargo, esperan de mí una respuesta. Yo les digo que mi propósito no es convencer a nadie para que crea en mí. Solo les pido que consideren el mensaje del sueño y decidan si refleja lo que está ocurriendo en sus vidas en el presente. Y no soy yo quien se los envía sino Dios (aunque duden de su existencia). Cito uno reciente llegado a mi correo:

“La verdad soy muy escéptico a este tipo de cosas, no suelo pensar mucho en si Dios existe o no, pero he aprendido que si Dios no, existe la energía y la verdad.  Lo que me paso el día de ayer me dejo muy preocupado, te envío este mensaje con el ánimo que me puedas dar una guía sobre lo que me sucedió, te lo agradezco de antemano… 05 de diciembre de 2013 Estaba en mi habitación a eso de las 12:40 PM estaba leyendo un libro de historia del siglo XX, cuando sentí sueño. Tenía mucho frío así que antes de dormir me puse 2 cobijas encima y me quité los lentes, casi inmediatamente me quedé dormido, cuando empecé a soñar que estaba en un lugar, no había edificios pero tampoco árboles, era un lugar abierto sin nada, todo estaba entre tonos blancos y cafés, de repente apareció un hombre, estaba vestido de pantalón café y camisa blanca, era un señor de edad unos 60 años pero bastante vigoroso y sabio, no recuerdo su cara por más que lo intento, paso un tiempo yo caminando por ese lugar hasta que el hombre empezó a hablarme, empezamos a hablar sobre la situación política y económica de América Latina, él no discutía ninguno de mis argumentos solo me exponía los de él y jamás me dijo “pero tal cosa (como suele pasar)”, me sentía muy cómodo hablando con él y empecé a sentir calor pero era un calor agradable, había luz pero no sabía de dónde provenía, de un momento a otro en medio de la conversación que ya llevaba bastante yo lo interrumpí y le hice la pregunta directa.

Yo: Estoy muerto ¿cierto?

Hombre: Si,  pero cálmese todo estará bien

Yo: como  así. ¿En serio estoy muerto?

Hombre: Sí, estás muerto pero tranquilo aquí todo es diferente, este es otro mundo, nada como el que conocías. En ese momento yo miré a todos lados y sentí mucha paz, había silencio completo y por primera vez en mi vida me sentí completamente tranquilo y en paz, sentía que sonreía mucho y el hombre solo me miraba en silencio con una gran sonrisa y me dijo “aquí puedes hacer lo que quieras, ir a donde quieras hasta puedes volar”, en ese momento me di cuenta que en ningún momento había tocado el suelo, no estaba caminando cuando movía las piernas, estaba caminando sobre el aire y el hombre al ver mi asombro me dijo “¿que quiere hacer?” Y yo inmediatamente pensé en mi hermano mayor Diego, quería verlo y hablar con él y pensé que si pensaba en él podría ir a donde estaba ya que podría volar, y el hombre me dijo, sin que yo hubiese dicho ninguna palabra, “eso no se puede hacer, ellos están en otro mundo, tu ahora estas aquí, te puedes quedar si quieres, hay mucha paz y aquí todo irá mejor”, la verdad no sentí tristeza ni nada, me sentía muy en paz y entendí que el señor decía la verdad, ya no podría hacer nada, yo le dije “morir no duele” y él me respondió “no, nunca  ha dolido, siéntate” y me señaló el piso, yo lo pensé un momento, me senté y me desperté en mi cama.”

Este sueño pone de presente una experiencia reveladora, a pesar de la duda o la indiferencia del remitente sobre la existencia de Dios. Fue una especie de “paseo” por el plano espiritual. Ahí él pudo ver y comprobar cómo es esa realidad alterna. No vio edificios ni árboles porque allí no existen. El hombre mayor, sabio y vigoroso, representa la imagen de Dios. Él vestía pantalón café y camisa blanca, las mismas tonalidades del ambiente que los rodeaba. El color blanco, en este caso, representa la honestidad, la pureza, la verdad y la espiritualidad. El color café, lo material y terrenal, es decir, en lo único que cree el soñador. En la conversación que sostuvieron, relacionada con la situación económica y política de América Latina, en la cual el hombre mayor le expone sus argumentos pero sin controvertir los de él, se plasma la postura divina: Dios le muestra, le revela, le enseña, sin forzarlo a aceptarla, la verdad espiritual en la cual no cree. El bienestar, el calor agradable y la paz que el soñador siente, le demuestran cómo se vive en ese plano. La luz que ilumina todo, sin que se perciba la fuente que la irradia, es la verdad que impera como realidad absoluta en ese lugar. Además, ahí no hay limitaciones. Por eso el hombre le dice: “aquí puedes hacer lo que quieras, ir donde quieras, hasta puedes volar”. También por eso el soñador percibe que en ningún momento ha tocado el suelo, simplemente camina en el aire, no necesita sus piernas aunque crea que las mueve. De igual modo, pero de manera tajante, un detalle le queda bien claro: no puede ir donde su hermano mayor y hablar con él. Su hermano, en ese momento, está en otra realidad, en otro mundo, en el plano físico. Por último, como corolario, pudo comprobar que la muerte, como paso de una realidad a otra, no duele y nunca ha dolido.

Lo dicho anteriormente expresa el sentido de las imágenes. Pero el mensaje de la experiencia le dice al remitente que debe cuidar su cuerpo, es decir, que debe atender su salud. Por eso le sugerí que visitara al médico y se practicara un chequeo general.

El Portal de los Sueños

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