Los Cincuenta Años del Festival de la Leyenda Vallenata. Todo un acontecimiento que se vivió con calor, pasión y alevosía en la ronda semifinal.
Los más queridos, los juglares, los vaqueros, los acordeonistas, los cajeros y los guacharaquros, se presentaron está mañana en la feria ganadera de Valledupar en el concurso del Conjunto de Música Tradicional Vallenata. Categoria profesional. Para mi gusto de neofita, una cita fascinante, pues todos llegan con la ilusión intacta de ser el mejor.
En la noche, en la recta final, muchos de los que han sido los mejores no llegan a la cima. Paradojas de la Fiesta Vallenata. Esta mañana tocaron para un público entregado al que el calor, y el mal sonido, imperdonable en una semifinal en la que estaba todo el tiempo presente que son unas Bodas de Oro, y, que allí estaban los mejores. Pero la pureza del acordeón, la fiereza de la puya, el romance de los sones y el festivo aire del merengue, hicieron de esa sofocnte mañana un ritual de entrega y emoción.
En pocas hora los cinco finalistas se encontrarán en el Parque de La Leyenda Vallenata, eco de la antigua Plaza Alfonso López, para jugarse con pico y espuela quién es el verdadero Pollo Vallenato (Luis Enrique Martínez)