Por: Gustavo Vega Villamil
Presidente de ACH COLOMBIA
Desde inicios del 2020 vivimos inmersos en una coyuntura que nos obligó a replantear las diferentes dinámicas de comportamiento que realizamos en nuestro día a día. Hoy buscamos múltiples formas de cumplir con nuestras obligaciones sin tener que asistir a puntos físicos concurridos, evitamos aglomeraciones y somos más conscientes del distanciamiento social y las medidas de bioseguridad establecidas para evitar posibles contagios.
En ese sentido, las actividades más comunes se vieron afectadas y muchas compañías tuvieron que dar un giro completo a sus negocios, apalancándose en la tecnología y desarrollando estrategias de transformación digital que les permitiera poder afrontar esta nueva realidad y así atender las necesidades de sus empleados, clientes y proveedores.
Para nadie es un secreto que, en 2020, los colombianos tuvieron que acercarse a la realidad y a los beneficios de los pagos electrónicos, los cuales en tiempo de confinamiento se convirtieron en una herramienta útil para las personas, las familias y, por supuesto, los negocios.
Según la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, en su informe “Comportamiento del Comercio Electrónico durante 2020 y perspectiva 2021”, el número de transacciones entre enero y agosto del 2020 creció 53,8 % frente al mismo periodo del 2019.
No obstante lo anterior, aún preocupa en muchos países el uso del efectivo. A nivel mundial, uno de los objetivos que los gobiernos continúan buscando alcanzar es la reducción del uso del efectivo, promoviendo las transacciones digitales. Disminuir el uso del papel moneda es una meta para aquellos países y mercados que quieren ser cada vez más sostenibles. Un ejemplo claro de esto es Suecia, donde sólo el uno por ciento (1 %) de las transacciones en el país escandinavo se hace mediante efectivo. Por su parte, en Corea del Sur, el 80 % de las transacciones se hacen de manera digital y el 60 % de la población declara no usar dinero físico.
Si bien en nuestro país el Gobierno Nacional ha sugerido evitar realizar pagos y transacciones en efectivo, la investigación sobre el uso del efectivo en la economía colombiana que realizó la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) y Fedeseguridad reveló que, para noviembre del 2020, la variación anual del uso del efectivo se ubicó en 30,2 %, mientras que para la misma fecha del 2019 se ubicó en 7,7 %.
Lo anterior revela que en Colombia aún tenemos mucho por hacer en materia de digitalización financiera. Es un esfuerzo conjunto de gobierno, sector financiero, reguladores, gremios y academia, por mencionar algunos.
Como país debemos continuar trabajando arduamente para que los colombianos tengan la posibilidad de usar los diferentes mecanismos y herramientas para realizar sus pagos, compras o transferencias de manera electrónica, evitando desplazamientos innecesarios que pongan en riesgo la salud, aprovechando mejor el tiempo y dando un manejo más adecuado a los recursos, lo que al final mejora la calidad de vida.