Las consecuencias económicas del covid-19 para el país ya se han empezado a manifestar. Entre estas, se ha visto que las personas están consumiendo menos, dado que los ciudadanos se están resguardando en su casa. De igual forma, trabajadores informales, empresas medianas y ciudadanos han pedido amparo de ciertos tipos de créditos. Por esta razón, el gobierno ya ha anunciado varias medidas, entre estas se encuentran: subsidios adicionales que ayuden a los más vulnerables, la compra de equipos médicos, alivio financiero para personas y empresas que tienen obligaciones crediticias, entre otras, en aras de minimizar el impacto económico del covid-19 a las personas, empresas y el Estado colombiano.
No obstante, algunos bancos internacionales, como Credit Suisse, han disminuido la proyección de crecimiento económico del país para este año. Según esta institución, el PIB real de Colombia solo crecerá un 1.3%, en vez de un 2.9% que habían pronosticado a principio del año. Aunque Colombia empezó el año con un impulso importante, dado su crecimiento en el cuarto trimestre del año pasado, la pandemia ha frenado algunos sectores económicos del país, al igual que algunas empresas, y ha hecho que el panorama a futuro no sea del todo alentador.
Aunado a esto, la región de Latinoamérica también se ha visto afectada por el nuevo virus lo cual ha hecho que varios de los países hayan cerrado sus fronteras, afectando su actividad económica. De esta manera, la desaceleración económica regional traería consigo afectaciones significativas para Colombia. Entre estas, el déficit en la cuenta comercial se podría expandir al 5.7 % del PIB, cuando la meta del gobierno era por debajo del 3.2 %. Adicionalmente la disminución del precio del petróleo haría que la capacidad de inversión de las empresas se vea afectada. Un ejemplo de esto es que Ecopetrol anunció que disminuiría su Capex (Inversiones en bienes de capital) en un 0.4 % del PIB para este año. De igual forma, la devaluación sufrida por la moneda local, como consecuencia de la caída del precio del petróleo, podría generar una disminución significativa en el gasto privado. Por consiguiente, el panorama del país no es muy alentador, y aún no se ha llegado a la etapa crítica del covid-19 en el país.
Teniendo esto en cuenta, medidas como la cuarentena obligatoria, toques de queda, entre otras, que llevan al cese de las actividades económicas nacionales, hará que decisiones de inversión del sector privado se vean postergadas y que el gasto del gobierno incremente. Esto a su vez hará que el gobierno no sea capaz de cumplir con su regla fiscal y que el presupuesto y margen de maniobra en el 2021 se vea reducido. Como consecuencia de esto, lo más probable es que el déficit fiscal incremente, no sólo en el 2020, sino también en el 2021. De igual forma, la política monetaria del Banco de la República seguramente será el proveer liquidez al sistema, sin intervención o manipulación de la moneda en el sistema cambiario.
Por esta razón, es necesario medidas adicionales que puedan ayudar a mitigar los daños del virus a la economía colombiana. Un ejemplo es el que las empresas, grandes, medianas y pequeñas se les exente el pago de los servicios públicos, que el pago de ciertos impuestos, IVA, predial, entre otros, se aplacen al segundo semestre. Todo esto, en aras de proteger la economía del país. Es claro que la salud de los ciudadanos es de vital importancia, no obstante, el buscar minimizar lo más posible el daño económico, es igual de imperativo. No en vano, el sistema financiero colombiano es quién le provee los recursos al sistema de salud.
Según un estudio del Imperial College of London, la implementación de cuarentenas para reducir la transmisión del virus, al igual que lo denominado distanciamiento social, se tendrá que implementar potencialmente por hasta 18 meses, inclusive puede llegar a ser más tiempo. Este estudio afirma que, la ejecución o relajación de este tipo de medidas dependerá de cómo avanza la reproducción de casos. En otras palabras, si en Colombia se aplicara una cuarentena nacional de 14 días, y se disminuyen los casos, aún después del fin de esta es probable que no exista cura para el covid-19, o alguna vacuna. Por consiguiente, al terminar la cuarentena y volver a resumir actividades normales, los casos podrían de nuevo incrementar y se tendría que volver a implementar el aislamiento. Esta intermitencia podría durar, en el mejor de los casos, 18 meses mientras se encuentra la cura a este virus, o en el peor de los casos hasta dos años.
De esta manera, el reto del gobierno no solo está en qué medidas tomar para proteger a la ciudadanía, sino también en qué acciones a largo plazo podrían ayudar a mitigar los daños económicos causados por toques de queda y/o cuarentenas. Ahora, es importante resaltar que las medidas deben ser tomadas a tiempo, ser certeras y buscar proteger a la población. Sin embargo, estas deben ser equilibradas, deben tener en cuenta el costo económico, deben estar enfocadas al largo plazo y deben buscar minimizar los riesgos y efectos del covid-19.
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MARIO CARVAJAL CABAL
Internacionalista y Ayudante de Investigación en una Consultora Geopolítica
Twitter: @Mariocarvajal9C
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Lo mejor es el denominado distanciamiento social, las demás medidas son consecuencia de está.