Entramos a la recta final con las entradas de mis estudiantes de Redes Sociales y Plataformas en la Universidad Externado. Ya se está acabando el semestre académico también. Esta es nuestra entrada número 10. Hoy el turno es de Daniela Navas, quien decidió hablar de la tusa. No voy a dar mi opinión al respecto, para no sesgar a ningún lector, pero diré que me gustó.
Como siempre agradezco enormemente cada comentario, observación y opinión que dan sobre cada lectura. Mis estudiantes aprenden mucho de ello, y en clase hablamos sobre sus comentarios. Sobra decirles que si les gusta una entrada, la compartan entre sus amigos. En últimas lo que busca un bloguero es que muchas personas lo lean.
Los dejo entonces con el aporte de Daniela y la tusa. La tusa y Daniela. ¡Chau!
¿Cómo sobrevivir a la tusa?
Por Daniela Navas España
Desde que tengo uso de razón soy una enamorada del amor. Del amor de pareja, del amor de familia, del amor propio, del amor de amigos, del amor por la comida, del amor a primera vista y hasta del amor a última vista y si te he visto sí me acuerdo, pero finjo demencia.
Sin embargo, el que causa mis desvelos y mis mejores sueños es ese amor de dos, esa fuerza que nos une y nos hace inevitablemente más poderosos, ese amor que crece día tras día y se fortalece, pero sobretodo, ese amor eterno que no dura ni seis meses.
Sin importar si la relación duró quince días, tres meses o veinte años, una ruptura es tan divertida como golpearte el dedo pequeño del pie con la cama, not funny at all, y es fundamental mantener la cordura para sobrevivir a ella. Hoy vamos a hablar de esas pequeñas cosas que te ayudarán a salir del miserable y solitario hueco en el que te dejó sumida la tusa.
He aquí los principales 9 consejos que te ayudarán a sobrevivir y evitar el manicomio:
- Elimínalo de tus redes sociales. Ajá que qué inmadura, que qué showcera, que qué intensa, who cares? Lo más importante es tu salud mental, no lo que la gente diga. Yo era de las que pensaba que era innecesario eliminar/bloquear/ocultar al ex de las redes sociales, hasta que al verlo sonriendo en una selfie hizo que me entraran ganas de ir a incendiarle la casa. Como entendí que no era lo más sano para mi reputación, decidí quitarle la amistad en todos lados y librarme de los mini paros cardíacos que me daban cada vez que publicaba algo.
- Prométete que esta es la última vez que le escribes. Por experiencia sé que no es fácil, de hecho, lo vas a tener que prometer tres, cuatro o cinco veces, sobre todo cuando eliminaste su número pero desafortunadamente todavía sabes su nombre y lo puedes buscar en redes sociales, pero es importante entender que cuando una relación acaba en malos términos, lo mejor es alejarse. Si sientes una necesidad inmensa de escribirle, hazlo, pero en un diario o en las notas de tu celular. No lo envíes, escríbelo para desahogarte y después elimina toda prueba de que hubo un momento de debilidad.
- Cuéntalo. Todo se siente menos pesado cuando se lo cuentas a tus amigas o cuando cantas “Equivocada” de Thalia en un karaoke familiar y todas tus tías se conmueven por el sentimiento que le pones a la canción. (No tías, no soy una excelente intérprete, realmente estaba despechada). La miseria compartida siempre es menos dolorosa, y hablar de qué pasó y cómo te sientes siempre es sano. Lo que nos lleva al siguiente consejo.
- No te obsesiones con las respuestas. Sí, todas queremos saber si se fue porque se hartó de que lo dejáramos sin cobija por las noches o porque la pechuga del otro día quedó demasiado insípida, pero realmente la obsesión por saber en qué momento decidió irse no aporta nada al proceso de sanación. Las posibilidades van desde la cobija y el pollo, pasando por “el amor simplemente se acabó” y llegando hasta el más vil “nunca se enamoró”. Ninguna de las anteriores es tu culpa.
Espero que estos breves consejos sean de ayuda. Definitivamente no son la poción mágica que necesitas para salir del fondo -esa todavía no te la tengo- pero ponerlos en práctica no está de más. Mientras tanto, gracias al amor por pasar por aquí y volvernos la vida un poco más entretenida.
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