Eso fue lo primero que pensé cuando me enteré: ¿Qué, en el nombre del Señor, está haciendo un youtuber en la Feria del Libro? ¿Audiolibros? No, no. ¡Videolibros! Me enteré por Twitter (que es por donde yo me entero de la mayoría de cosas hoy en día), cuando leí a una amiga quejándose porque no pudo entrar a comprar sus libros porque se acabaron las boletas. Se acabaron porque un jurgo de niñas fueron a ver a Soy Germán, un youtuber chileno. A pesar de ser tan joven ella es una lectora incansable, así que le entiendo su frustración. ¿Cómo es posible que uno, ciudadano de bien, no pueda ir a la Feria del Libro a comprarse un libro? Digo, para eso es, ¿no? Y claro, tiene uno además la oportunidad de ir a charlas de diferentes autores, encontrarse culturas diferentes y muy interesantes como la holandesa. Personalmente creo que La Feria del Libro es una de los mejores eventos que se hacen en Bogotá.

No nos podemos negar que lo primero que uno piensa es eso: «Jum, ¿dónde vamos a parar? Estos muchachitos incultos y desvergonzados van a acabar con la humanidad». Yo estaba de visita con mi familia, tomando chocolate como todos los sábados. Con queso, como casi todos los sábados, porque mi tío Julito no fue y él es nuestro traficante de lácteos. El «dealer» que llaman. El caso es que cuando les conté a mis tíos lo del youtuber, todos hicieron cara de «no, no, no: ahora sí nos llevó el que nos trajo».

Por supuesto en Twitter había de todo.

Luego vi otros tweets indignados con los indignados, como siempre pasa en Twitter. Y bueno, en la vida. Siempre nos hemos peleado unos con otros, solo que con Twitter se nota más.

Me asaltó la curiosidad y analicé un poco más el tema. Ahí me enteré que Germán (el youtuber en cuestión) estaba lanzando un libro. Ahora todo tenía más sentido. También vi un par de videos del chileno, para tener más argumentos. No conozco el contenido del libro y mucho menos su calidad, solo ruego que tenga menos faltas de ortografía que sus videos.

Menos mal vive de hacer videos y no de escribir (hasta ahora).

De hecho, dudo que su libro tenga (tantos) «herrores» porque seguramente tiene hordas de editores que corrigen cuanto descache tenga el muchachito, alma de dios. Es más, tengo entendido que muchos grandes autores tenían pésima ortografía, pero finalmente lo de ellos no era escribir perfecto, sino tener buena imaginación para inventar historias. También les confieso que el nombre del libro no me atrae ni poquito: «Chupa el perro». Ruego por que sea una expresión chilena divertida. Pero, de entrada, no me parece muy de literatura. O sea, no lo tendría en mi biblioteca ni lo mostraría orgulloso a la visita. Ni con autógrafo y dedicatoria más beso pintado en la portada.

Pero el objetivo del libro tampoco es cambiar a la humanidad ni volverse un clásico de la literatura. «En un lugar de la perra, de cuyo nombre no quiero acordarme, weón». El objetivo del libro es vender y eso lo está haciendo divinamente, obviamente como consecuencia de su éxito en Youtube y del arrastre que tiene entre las niñas que lo ven como el nuevo galán. Supongo. No les quiero criticar el gusto. Ahora, ¿qué tiene que decir Germán en un libro? Pues… ni idea. Me imagino que es su biografía. Si mal no recuerdo otro youtuber colombiano también sacó libro contando su historia. Y es que estos benditos youtubers jalan audiencia de una manera absurda. Iba a decir increíble pero me parece mejor decir «absurdo». La verdad es que no entiendo cómo un tweet con una foto tan pendeja tenga 14 mil «me gusta». Supongo que el pelao les parece «DIVINOOOOOO».

Este muchacho tiene un millón de seguidores en su cuenta de Twitter. Vaya uno a saber por qué, la verdad es que no entiendo. Y sí, me parece que la mayoría de videos que hace la mayoría de youtubers son una pendejada y que no aportan un carajo, ni media carcajada. Al menos los que he visto. No puedo negar que hay videos que sí aportan, como tutoriales y esas cosas.

Tampoco puedo negar que los videos que he visto de Germán son buenos, graciosos y bien editados. Germán tiene gracia y talento para hacer reír. ¿Qué si eso es lo que les gusta a los jóvenes? Pues sí. Y ahí no hay nada que hacer. Y es que tampoco se trata de entender por qué les gusta, a menos que ustedes vivan del marketing y estén buscando fórmulas para hacer contenido viral, pero supongo que no es el caso. Las niñas que compran ese libro seguramente no esperan leer algo que Germán escribió, sino su historia.

Ahora, si lo pensamos, eso mismo sucedió hace unos años con estos libros de vampiros que brillan. Las niñas eran felices comprándolos. Y también las criticamos. Las más grandecitas fueron felices comprando 50 Sombras de Grey. Y también las criticamos. Les aseguro que si esto hubiese sucedido hace unos años  -muchos años- y vienen los pelaos de Menudo se nos llena cualquier estadio. «Súbete a mi moto: Las propuestas de mi manager», con prólogo de Julio Correal.

Antes se llenaban estadios con RBD, o con Servando y Florentino. No se hagan, pilluelas, yo sé que les gustaban. Es más, si Gokú hubiera venido a la Feria del Libro yo le hago fila y hasta le armo carpa. Yo habría donado un riñón con tal de participar en una Genkidama en vivo y en directo.

Antes no se compraban libros sino afiches. Y no necesariamente del tipo pinta o de la viejota en bikini. Vendían afiches de ALF, Transformers, cuadernos de los Superamigos, loncheras de Profesión Peligro. Y hago énfasis en eso de vender. O sea, plata. La plata es lo que mueve todo en este mundo olvidado del señor.

Ahora, si lo que nos indigna no es que vayan a hacerle fila a un ídolo de la adolescencia sino el contenido que consumen, les cuento que tampoco hay mucho qué decir. ¿Cuántos de ustedes vieron el domingo en la noche a la Filarmónica por Canal Capital? Estuvo buenísimo. Pero para hacer el ejercicio cambié a RCN y estaban dando un reality de fútbol. Cambié a Caracol y estaban dando… comerciales, que es lo que dan el 90% del tiempo en nuestros dos canales líderes en audiencia. Luego supe que estaban dando Séptimo día, que tampoco habla muy bien de nosotros. ¿Cuántos eran felices viendo peleas de locas en «Protagonistas de Novela» en lugar de ver «Los Puros Criollos»?

¿Qué canal estaban viendo?

Y en eso caemos todos, yo no me escapo (antes de que digan que soy un esnob con ínfulas de literato). Si a mí me ponen a escoger entre una charla de Bernardo Hoyos Pérez -así, recién revivido y todo- y tomarme una foto con Scarlett Johansson, yo le hago a la foto sin mente. Digo, de pronto ella se enamora de mí cuando le dé un besito. Uno nunca sabe.

@OmarGamboa

Los dejo con la banda sonora de la semana. Ahí perdonarán si se les pega y la tararean todo el día. Nos leemos el jueves. ¡Chau!


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